Los scouts checos cumplen 100 años

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Los scouts checos celebran este año el centenario del surgimiento de su organización nacional. Como fecha de su fundación se señala el año 1912, cuando fue organizado el primer campamento de scouts en territorio checo. Pero ya mucho antes tenían lugar aquí diversas actividades que respondían a los ideales del escultismo, movimiento juvenil internacional que se trazó la tarea de formar y desarrollar el estado físico de los jóvenes e inculcarles los principios de la moral y los buenos hábitos sociales.

Scouts en el Valle de Prokop  (1911),  foto: Antonín Benjamín Svojsík,  Archivo de V. Nosek)
Hace cien años era impensable que un grupo de escolares jugara fútbol en las proximidades de una escuela o que los niños acamparan en la naturaleza. Se consideraba que eso lo acostumbraban hacer sólo los gitanos.

En 1911, el profesor de educación física checo, Antonín Benjamín Svojsík, creó la primera patrulla o grupo de scouts en territorio checo. La idea se le ocurrió durante un viaje a Inglaterra, donde conoció la organización dedicada a niños abandonados o sin cuidados necesarios, fundada en 1907 en ese país por Robert Baden-Powel. Así recuerda los orígenes del escultismo checo Josef Výprachtický, actual Jefe Scout Nacional.



”Antonín Benjamín Svojsík viajó a Inglaterra con la intención de conocer la experiencia de Robert Baden-Powell, pionero de la idea del escultismo y quien más tarde consagró toda su vida a ese movimiento. Al volver a Bohemia, Svojsík pidió ayuda a destacadas personalidades de la vida nacional, a médicos y escritores, que le ayudaron a formular los principios del escultismo y su tarea de educar a niños sanos, tanto en lo físico como en lo moral. Svojsík quería además que los menores aprendieran a convivir con la naturaleza, siguiendo el ejemplo de Ernest Thompson Seton, jefe de los scout en Estados Unidos”.

El primer grupo de scouts checo, al que se dio el nombre de Pražská Dvojka (que traducido al español sería Segundo en Praga), surgió en el barrio de Žižkov, en la escuela en la que Svojsík enseñaba.

Un año más tarde, Svojsík publicó un libro titulado ‘Los principios del escultismo’ y en agosto del mismo año, o sea del 1912, organizó el primer campamento al aire libre para muchachos, en el que participaron 13 varones. Este se efectuó en las proximidades del castillo de Lipnice, en Bohemia del Este y dio comienzo al movimiento scout en el país.

El interés de los niños por ingresar en el movimiento scout y vivir las aventuras en la naturaleza fue enorme, lo que condujo a la fundación en junio de 1914 de la organización nacional, que fue denominada Junák, señala Josef Výprachtický.

Josef Výprachtický
“Si fuera en la época actual, la organización se llamaría sin duda scouts, como en el resto del mundo. Pero debido a que en aquel entonces en este país era muy fuerte el movimiento de resurrección nacional, por la independencia y el fin de la monarquía austro-húngara, se escogió un nombre checo. Junák es una palabra popular con la que se denomina a los adolescentes masculinos. O sea que se trata de un nombre típicamente checo”.

En 1920, la organización contaba ya con unos 10.000 miembros y en 1938, año en el que falleció el fundador del escultismo en Chequia, Antonín Benjamín Svojsík, había más de 60.000 scouts checos.

Se calcula que a lo largo de la existencia de la organización nacional, militaron en Junák alrededor de un millón de niños y adolescentes. Figuraron entre ellos el ex presidente checoslovaco Edvard Beneš y el poeta Jiří Wolker.

Así como el escritor de libros de aventuras para niños Jaroslav Foglar, el ex presidente de la Academia de Ciencias, Rudolf Zahradník y Jan Kubiš, posteriormente miembro de la resistencia contra los nazis, quien en 1942 fue uno de los héroes que protagonizaron el atentado contra el protector nazi de Bohemia y Moravia, Reinhard Heydrich.

En los comienzos de la organización, era privilegio exclusivo de los muchachos ser miembro de Junák, no obstante, en vista del amplio interés también de las niñas por tener una experiencia similar, en 1915 surgió en el país el primer grupo de niñas scouts, pero separado al de los varones.

Hemos hablado del nombre de los scouts checos pero no hemos dicho nada todavía sobre su emblema.

Éste respeta la insignia de la organización internacional de los scouts, que es una flor de lis que simboliza el norte, o sea, el camino recto por el que un scout debe encaminarse toda su vida. En el emblema de la organización nacional aparece además una cabeza de perro, situada en medio de la flor de lis.

Especialmente populares eran entre los scouts checos las estadías en el campo. Para que éstas resultaran más cómodas y seguras para los niños, Svojsík inventó en 1913 un nuevo tipo de tiendas de campaña, situadas en un soporte de madera.

Los scouts checos suelen llevar este invento nacional hasta el presente a los jamboree internacionales, o sea encuentros de scouts del mundo entero. Y las tiendas de campaña en soportes de madera son objeto siempre de gran admiración.

A pesar de lo atractivos que eran los programas que ofrecía Junák a los niños, la organización tuvo que pasar casi la mitad del tiempo de su existencia en la clandestinidad. Eso fue durante la ocupación nazi del país y posteriormente durante el comunismo, que consideraba ese movimiento como un invento burgués.

Los comunistas crearon sus propias organizaciones para niños, Jiskra (chispa en español) para los escolares hasta el quinto grado de la enseñanza básica y Pionýr, o sea pionero, para escolares mayores. Estas educaban a los niños en el amor hacia la patria y a la vez les inculcaban el respeto y admiración por los ideales del comunismo.

Con los cambios democráticos en el país después del año 1989, Junák volvió a figurar entre las organizaciones de ocio de mayor popularidad entre los niños y pronto llegó a contar con 80.000 miembros, más que cualquier otra organización infantil local.

No obstante, los tiempos ya eran distintos y se hacía necesario cambiar el estilo del trabajo con los niños y el tipo de actividades, si se quería que la organización siguiera siendo atractiva para los niños de las nuevas generaciones.

Al principio los cambios fueron rechazados por los jefes scouts de mayor edad y muchos abandonaron por ello la organización. Pero es imposible detener el desarrollo y así, a diferencia del pasado, los scouts actualmente no aprenden por ejemplo, el alfabeto Morse y no se les obliga a usar uniformes.

A los campamentos pueden llevar sus bicicletas con GPS y, en vez de ir a nadar a un estanque o a recoger plantas medicinales al bosque, pueden hacer rafting o dedicarse al montañismo, según sostiene Josef Výprachtický.

“Hay que tomar en cuenta que la sociedad de antes era muy distinta a la de hoy, lo que se refleja también en los niños. Actualmente son otros sus héroes literarios y fílmicos y desean por ello hacer otras cosas. Antes se viajaba mucho a zonas apartadas en la naturaleza, lo que actualmente es imposible debido al amplio crecimiento de las ciudades. Pero, por otro lado, lo que perdura son los ideales del escultismo, educar a los niños a decir siempre la verdad, a ser activos y confiables y ayudar al desarrollo de la sociedad”.

En el Junák militan actualmente unos 45.000 niños y adolescentes que componen más de dos mil patrullas. A diferencia del pasado, en los grupos puede haber tanto varones como niñas. Para ellos se organizan unos 900 campamentos en la naturaleza cada año.

En el mundo el escultismo está presente en unos 216 países y territorios, con aproximadamente 45 millones de miembros.


El Museo de la Capital Praga
Al centenario del escultismo en Chequia está dedicada una exposición instalada en el Museo de la Capital Praga. Además de presentar las diversas etapas de la historia de los scouts nacionales, la muestra, hecha toda en madera, acentúa la simbiosis de los scouts con la naturaleza.

El visitante puede conocer cómo son los clubes de los scouts, hay allí también una muestra de un campamento, así como diversos objetos utilizados en los juegos y el trabajo en el campamento.

Una parte de la muestra está reservada al emblema y las normas de comportamiento, además de dar a conocer los principios de los scouts. En primer lugar se trata de la responsabilidad de cada uno por su propio comportamiento y por superar sus características personales negativas.

Y también está la responsabilidad por los demás, por el colectivo, ya que el resultado común depende de cada individuo, de sus habilidades, sus conocimientos y su capacidad de ayudar a los necesitados.

La exposición sobre la historia de la organización escultista checa Junák, instalada con motivo del centenario de su fundación, se prolongará en el Museo de la Capital Praga hasta el 24 de junio de 2012.