Los scouts checos fabrican velas de trinchera para Ucrania
Los grupos de scouts en la República Checa han encontrado una nueva forma de mandar ayuda a Ucrania: las velas de trinchera.
A partir de latas, cera y cartón, varios grupos de voluntarios checos llevan semanas trabajando en la fabricación de las llamadas velas de trinchera: una especie de estufa portátil hecha a partir de cartón ondulado con la que esperan poder mandar luz y calor a los soldados ucranianos y todas aquellas personas a las que el conflicto ha dejado sin electricidad y calefacción.
La idea no es nueva. Este tipo de velas era ya utilizado como fuente de calor por los soldados en las dos guerras mundiales y, en Ucrania, las donaciones comenzaron a llegar desde diversas partes de Europa tan pronto como comenzó el invierno.
Desde principios de este año, también los scouts de Praga han querido sumarse a esta iniciativa. En entrevista para Radio Praga Internacional, el físico y miembro activo del movimiento scout Jan Lukačevič explica así el proceso de fabricación de las velas.
“Para hacer las velas de trinchera utilizamos restos de velas o parafina y latas de conserva. Casi cualquier lata nos sirve, excepto las de bebidas, que son demasiado finas. Cogemos la lata, ponemos cartón ondulado dentro y luego dejamos caer la cera en el interior”.
Durante las jornadas de fabricación, añade Lukačevič, los scouts cuentan con el apoyo de voluntarios y numerosas instituciones checas. Comerciantes y empresas, pero también la oficina gubernamental y varios ministerios, han organizado recogidas de material para contribuir a la causa.
“Organizamos talleres de fabricación de velas de trinchera abiertos a todo el mundo. Mucha gente nos ayuda, nos traen velas viejas e incluso nos envían materiales desde todo el país”.
En lo que va de año, el grupo del que forma parte Lukačevič ya ha enviado más de un millar de velas de trinchera a Ucrania. La ventaja de estas velas, explica el scout, es que pueden ser utilizadas como calefacción pero también como herramienta para, por ejemplo, cocinar un plato sencillo.
“Estas velas especiales tienen una llama muy grande. La cera del interior se funde por completo, lo que a su vez calienta rápidamente la lata. Funciona como una pequeña estufa en una noche fría o durante los cortes de electricidad. Una vela de este tipo arde hasta 8 horas y puede incluso calentar una habitación pequeña. Además, estas velas, cuando están bien hechas, no echan humo y por lo tanto no llaman la atención, lo que supone una ventaja importante para los soldados”.
Más allá de la utilidad que los soldados puedan dar a las velas enviadas por los scouts, para Lukačevič el envío de este tipo de mercancía tiene un fuerte componente emocional.
“Cuando estas velas llegan al frente, también tienen un efecto psicológico. Los soldados ucranianos saben que pensamos en ellos y les apoyamos, que no les olvidamos. A veces añadimos dibujos de niños a las velas. En la República Checa hay muchas comunidades de mujeres ucranianas que fabrican velas de trinchera y las acompañan con mensajes para los soldados”.
Fueron estos grupos de mujeres, aclara Lukačevič, los que sirvieron de inspiración para el trabajo de los scouts. Uno de los grupos de refugiadas ucranianas, por ejemplo, prepara casi 2000 velas al día desde el distrito praguense de Vršovice.