“Los rusos se están convirtiendo en las primeras víctimas de su propia guerra”
El experto en relaciones internacionales Jan Kofroň apunta que los ciudadanos rusos son los primeros que están sufriendo la invasión de Ucrania.
A pesar de las repetidas advertencias de los servicios de inteligencia sobre los planes de Rusia, la invasión de Ucrania tomó por sorpresa a muchos. Uno de los expertos checos en la materia, Jan Kofroň, académico de relaciones internacionales en la Universidad Carolina de Praga, predijo los acontecimientos desde un buen principio. El experto ha conversado con Radio Praga Internacional, y ha explicado sus impresiones sobre el conflicto y las reacciones de Vladímir Putin.
Para Kofroň, el conflicto ya era latente cuando Rusia hizo claras sus demandas, que incluían que Ucrania siguiese siendo un país neutral, que terminase el proceso de adhesión a la OTAN y que fuese un país federal. Precisamente porque Putin no vio estas concesiones por parte de Occidente ni de Zelenski que se abocó a la guerra, su última opción.
El académico también resalta el ensayo del presidente ruso que publicó en 2021, en el que defendía la unidad histórica con Ucrania. Esta visión del mundo, no obstante, no ha sido el punto clave en la invasión, explica el experto, ya que cree que incluso sin la intención a largo plazo de restaurar las fronteras de la Unión Soviética las demandas serían las mismas.
Sobre el desarrollo de la guerra, Kofroň explica que él ya apuntaba a una resistencia importante por parte de los ucranianos. No obstante, relata, es probable que Rusia subestimase el poder defensivo del país y que ahora se encuentren atrapados en una guerra bastante costosa con unos soldados rusos que no están dispuestos a luchar durante mucho tiempo.
“Esto es interesante porque antes del estallido de la guerra mis estimaciones eran que los ucranianos deberían poder crear una defensa eficaz y coordinada contra Rusia durante al menos dos o tres semanas. Esa fue mi evaluación preliminar. Y al tratar de analizar la situación con la ayuda del modelo de Stephen Biddle, sobre el empleo de la fuerza, no pude llegar a números más bajos. Mi expectativa inicial ya era de dos a tres semanas para una defensa efectiva en el sentido militar convencional clásico. Eso era lo mínimo”.
Por ello, el experto no está sorprendido de la reacción ucraniana. Lo que sí le llama la atención es que los rusos seguramente pensaron que podrían destruir la voluntad de contraatacar en unos pocos días. Esto, según Kofroň, fue un malentendido de la situación, seguramente una consecuencia de las propias mentiras de los rusos. Y es que la propaganda es una herramienta tradicional en un régimen personalista clásico como es el que está liderando Putin en este momento.
El académico señala la creación de un grupo militar paralelo a la defensa convencional, Rosgvardiya, que actualmente está teniendo un papel importante en la invasión. Estos militares están intentando apoderarse de Kíev sin ayuda de nadie, al lado de un ejército ya de por sí mal coordinado y bajo un ambiente de inseguridad, ya que muchas órdenes se dan a voluntad del líder, explica Kofroň.
Su expectativa inicial como experto en la materia fue que Rusia trataría de derrocar al gobierno ucraniano o que trataría de hacerse, al menos, con el tercio oriental del país. En su opinión esto es lo único que puede asegurar los objetivos rusos en Ucrania. Sobre el futuro del conflicto, el experto apunta que probablemente Rusia acabe con la resistencia en las próximas semanas.
“Esa sería mi suposición, y ahora creo que es más probable que hablemos de cuatro a seis semanas de resistencia, tal vez incluso un poco más. Esto se debe a que, hasta ahora, los rusos han cometido grandes errores. La pregunta es qué tan rápido pueden adaptarse. El ejército ruso no es muy conocido por su capacidad de adaptación, pero no lo podemos descartar. También es posible que los ucranianos cometan grandes errores. Los ucranianos hicieron un gran trabajo en Járkiv, en el este de Ucrania. Sin embargo, no estaban muy bien preparados en el sur”.
Para Kofroň, su esperanza y su razón para el optimismo es que los rusos se hayan sorprendido con las sanciones, especialmente con las relacionadas con el SWIFT, ya que están afectando bastante a su economía. Además, apunta, es importante tener en cuenta que los soldados rusos no están contentos con esta guerra, por lo que es difícil para el régimen de Putin avanzar hacia una economía de guerra planificada. Tendría que emitir algún tipo de sistema de racionamiento, que golpearía muy duramente a la población y aumentaría la oposición al conflicto.
“Creo que la probabilidad de algún tipo de ataque nuclear o una guerra nuclear total es relativamente pequeña. Por otro lado, no subestimaría esta posibilidad. Vladímir Putin ha estado diciendo durante años que si Ucrania continúa en su camino hacia la membresía en la OTAN, habrá duras consecuencias. Era bastante fácil deducir que estaba hablando de una guerra. Ahora tenemos una guerra”.
A Putin no le gusta el equilibrio de poder internacional actual, instaurado después de 1989. En las propias palabras de Kofroň, probablemente pensó que podría derrocar el sistema actual y crear algo más favorable para Rusia, pero no era lo suficientemente fuerte. Además, la situación le está resultando contraproducente, porque estaba hablando de su disgusto con la OTAN mientras que con esta guerra está promoviendo la idea de la membresía en Finlandia y Suecia. Según explica el académico, al tratar de detener a la OTAN, la está haciendo cada vez más poderosa.
En su opinión, Kofroň cree que se tendría que pensar más en las posibilidades de guerras a gran escala, ya que los estados se comportan en base a su propio interés: la autoconservación; por lo que los conflictos están a la orden del día. Además, con un personaje como Putin, con una retórica más bien imperialista, con recursos naturales como el gas o el petróleo, con un fuerte ejército convencional y con armas nucleares, la guerra era bastante predecible.
Sobre el papel de China, el experto opina que para el gigante asiático no tiene sentido apoyar fuertemente a Rusia. No obstante, es normal que le dé cierto soporte porque para China la situación no es mala: Rusia se verá muy afectada y se convertirá en un socio comercial y político mucho más importante en el tablero de ajedrez internacional.
“Es probable que Estados Unidos también se centre más en Europa del Este durante los próximos años y eso es una ganancia neta para China en el Mar de China Meridional. Este espacio había estado en el punto de mira de Estados Unidos durante la última década. La invasión hace que Biden tenga que desviar su atención de allí. Por otro lado, no tiene sentido que China apoye agresivamente a Rusia, porque no considero que estén preparados para una acción que podría tener muchas consecuencias inesperadas, incluso para ellos”.
En el caso de la República Checa y su rol en el conflicto, Kofroň apunta que Petr Fiala y el gobierno están mandando ayuda humanitaria y armas, lo único que pueden hacer en este momento. Sobre la intervención en el conflicto, para el experto es impensable. Según apunta, no es razonable esperar que el país se implique más con las posibilidades existentes.