Los políticos checos desean un buen gobierno a Eslovaquia tras el regreso de Robert Fico al poder

Robert Fico

Tras conocer el triunfo del antiguo primer ministro Robert Fico, en los comicios generales eslovacos, los políticos checos se limitaron a desear a Eslovaquia un buen gobierno.

Robert Fico, líder del partido Smer, vuelve a la política activa de Eslovaquia golpeando fuerte. A lo largo de la campaña y tras conocer su victoria declaró que combatirá la migración ilegal, que no enviará armas a Ucrania y que en Bruselas dirá en voz alta lo que le molesta de la Unión Europea.

“Una de las primeras medidas del nuevo Gobierno será la reanudación de los controles fronterizos con Hungría. No serán imágenes agradables, porque utilizaremos la fuerza para resolver el problema de la migración. La orientación política de Eslovaquia no cambiará, pero eso no quiere decir que no criticaremos a la Unión Europea. Estamos preparados para enviar ayuda humanitaria a Ucrania, pero no armas”.

En su mensaje en la red X, anteriormente Twitter, el primer ministro checo, Petr Fiala, indicó que Chequia y Eslovaquia están unidos por profundos vínculos históricos, proximidad y por relaciones amistosas a todos los niveles.

“Seguí los resultados de las elecciones eslovacas y deseo a los eslovacos que las negociaciones postelectorales conduzcan a la formación de un buen gobierno. Creo que continuaremos trabajando estrechamente a nivel gubernamental en beneficio de nuestros dos países”, reiteró Fiala.

Por su parte, el presidente checo, Petr Pavel, en declaraciones para la Televisión Checa hizo énfasis en las negociaciones poselectorales para la formación del nuevo gobierno eslovaco, con la esperanza de que perduren las excelentes relaciones entre ambos países.

“Ahora empezarán las negociaciones poselectorales que determinarán cómo será el gobierno, qué dirección tomará y en qué medida nuestros caminos coincidirán o no. Estoy convencido que nos interesará que sigan los más cercanos posibles”.

Peter Pellegrini | Foto: Martin Strachoň,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 4.0 DEED

El partido de Robert Fico fue el más votado en estos comicios, con un poco más del 23%. Su mayor rival Michal Šimečka del partido Eslovaquia Progresista consiguió el 17,1%, mientras que el tercero más votado fue el antiguo primer ministro Peter Pellegrini, antiguo socio de Fico, y ahora líder del partido Hlas con el 15%, que será clave para la formación del nuevo gobierno.

En caso de que Fico y Pellegrini lleguen a un acuerdo, les bastaría añadir un tercer aliado, probablemente el conservador Partido Nacional Eslovaco (SNS), que también se opone a la ayuda militar a Ucrania, y tendrían un gobierno tricéfalo.

El triunfo de Fico, causa inquietud entre las fuerzas democráticas eslovacas y europeas que ven en el futuro primer ministro eslovaco un aliado de su homólogo húngaro Viktor Orbán y un abierto admirador del presidente ruso Vladímir Putin.

Robert Fico, fue primer ministro en dos periodos (2006-2010 y 2012-2018), pero se vio obligado a dimitir en marzo del 2018 ante la indignación popular por el asesinato del periodista Jan Kuciák, y de su novia, Martina Kušnírová. Miles de manifestantes protestaron por la ambigüedad de la investigación de los asesinatos y exigieron la dimisión del Gobierno.

En las elecciones, Fico supo explotar el descontento de los eslovacos de menos recursos con la inflación, la caída del poder adquisitivo y aprovechó la tradicional simpatía hacia Rusia de una significativa parte de la población eslovaca.