Los niños deberían viajar en automóvil mirando hacia atrás, ordena la UE

Foto: archivo de Radio Praga

En la República Checa crece el interés por los asientos de seguridad para niños, instalados en la dirección inversa a la que va el automóvil.

Foto: Pixabay CC0

Hay un creciente interés en Chequia por las sillas de seguridad para menores colocadas en el sentido contrario al que se viaja. No se trata solo de los asientos de seguridad para bebés, aumenta la demanda por las sillas de seguridad para niños más grandes.

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De acuerdo con la directiva europea llamada “i-Size”, los niños deben viajar mirando hacia atrás hasta los 15 meses de edad, idealmente hasta que cumplan cuatro años.

Michal Mikoláš, redactor de la revista dTest, se ha dedicado a las pruebas de asientos de seguridad para automóviles durante mucho tiempo y explica por qué este sistema de protección infantil es el más seguro.

“Hablamos de la protección de la columna cervical, que es muy frágil, sobre todo en bebés y niños pequeños. En el caso de una colisión frontal, el cuello podría tirarse hacia adelante y lesionarse fácilmente”.

Los asientos de seguridad situados en la dirección contraria reducen la incidencia de este tipo de lesiones, ya que evitan el impacto del niño contra otros ocupantes y elementos del vehículo. Así, ofrecen la mejor protección del niño a bordo de un automóvil.

En los casos de una colisión frontal o lateral, las leyes de la física están a favor del niño. Lo han mostrado las pruebas de las sillas en Chequia, así como las pruebas más estrictas de coches en Alemania. Según Michal Mikoláš de la revista dTest, en los automóviles se aplica una regla unívoca y simple.

“El niño se debería abrochar en dirección opuesta, siempre que el asiento y la altura del niño lo permitan”.

Según Jan Bílek, quien se especializa en la venta de este tipo de sillas, los padres checos son cada vez más exigentes en la selección. Las ventas de las empresas que fabrican sistemas de protección infantil están creciendo notablemente.

Foto: Lenka Žižková,  Radio Prague International
“Hace un par de años, era inimaginable para los checos que el niño viajara en dirección contraria. Hoy en día es bastante común que el cliente solicite este tipo de asientos de seguridad”.

Sin embargo, las mayores exigencias en cuanto a la seguridad se ven reflejadas en los precios de los asientos, ya que suelen ser mucho más caros que las sillas clásicas.

Jan de 34 años, habitante de Praga, tiene el dilema de si su hijo debería estar abrochado mirando hacia adelante o atrás, dado que ya tiene 3 años y le gusta observar sus alrededores.

“No sé si puedo dejarlo andar mirando hacia adelante. Ya tiene tres años y quiere ver lo que está pasando afuera, pero quizás la seguridad es más importante”.

Petr Vomáčka de la organización Besip explica por qué el asiento instalado en dirección contraria es el más seguro. El modelo antiguo estaba sujetado a los cinturones de seguridad del coche.

“Este tipo de asiento de seguridad está adaptado a la altura del niño, no al peso, por lo tanto garantiza un viaje seguro. No digo que el modelo original estaba mal construido, pero este es mejor”.

Vomáčka hace hincapié en que lo más importante es que el asiento esté instalado correctamente, siguiendo las instrucciones del fabricante.

Todos los sistemas de protección infantil homologados bajo la normativa ‘i-Size’ se basan en la altura para determinar qué silla es la correcta. Según la directiva, lo mejor es montar el asiento a la base “isofix”, es decir, al esqueleto del automóvil.