Los inmigrantes no escogen a Chequia como destino final
La República Checa no es un país atractivo para los inmigrantes que llegan a Europa. La Asociación para la Integración y la Migración informó que más de 700 personas pidieron asilo en Chequia en lo que va del año, pero que se trató sobre todo de ucranianos.
No es la primera vez que el presidente turco amenaza con denegar el acuerdo con la Unión Europea, pero se trata de la primera vez en la que pone una fecha tope.
En caso de que Turquía abriera sus puertas de salida a los inmigrantes, Grecia se vería abarrotada de inmigrantes a partir del otoño y la ola migratoria volvería a golpear duramente a Europa.
Independientemente de estos posibles guiones, los inmigrantes siguen tratando de llegar a Europa y muchos pierden la vida en su intento, tal y como indicara la periodista Jana Čermáková, de la Radiodifusión Checa.“Desde principios del año en curso murieron unos 3.000 inmigrantes en su camino hacia Europa. Esto significa un tercio más en comparación con el año anterior. En la mayoría de los casos se trata de personas que murieron durante su travesía por el mar Mediterráneo, la vía más buscada después de que se cerrara la llamada ruta balcánica”.
La República Checa no es un país buscado por los migrantes, ha servido como lugar de tránsito para muchos de aquellos que se dirigían a Alemania, indicó Čermáková.
“De acuerdo con informaciones de la Asociación para la Integración y la Migración, un total de 765 personas pidieron asilo en Chequia en los primeros seis meses del año. La mayoría de las solicitudes fueron presentadas por ucranianos”.Esto no quiere decir que en caso de un empeoramiento de la situación y de una llegada masiva de migrantes, Chequia se quedará al margen. La República Checa participa en una serie de programas de ayuda para los refugiados, envió policías, funcionarios aduaneros y expertos en migración a varios países.
La situación que se avecina es bastante compleja. Turquía y la Unión Europea mantienen un tire y afloje producto del acuerdo para detener el flujo de migrantes.
Los turcos mantendrán el “muro de contención” a cambio de los 3.000 millones de euros que ofreció Bruselas siempre y cuando se elimine la obligación de visados para los 78 millones de turcos que puedan viajar sin limitaciones a la Unión Europea.