Los festivales de música como oportunidad para proteger el medio ambiente
Los festival de música representan cada verano una carga negativa para el medio ambiente. En pocos días se pueden generar hasta 100 toneladas de basura. Los científicos de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida pretenden cambiar esto.
Entre los meses de junio y agosto se llevan a cabo en Chequia muchos festivales de música cada año entre los que destacan Metronome Festival, Rock for People, Colours of Ostrava o Mighty Sounds. La diversión de las personas, sin embargo, afecta de manera negativa al medio ambiente: los festivales vienen acompañados por un ruido extremo, por un excesivo consumo de agua o una producción enorme de basura.
De acuerdo con Lenka Wimmerová de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida, un festival de cinco días como el Brutal Assault, que es uno de los festivales más grandes de música heavy a nivel europeo, sus 25.000 asistentes producen entre 80 y 100 toneladas de basura.
Por ello, el equipo de científicos de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida dirigido por Wimmerová, se preocupa desde hace seis años en reducir el daño que suponen los festivales para la naturaleza. ¿Y qué es lo que hace?
“Nuestro equipo, sobre todo, intenta educar a los asistentes para que reciclen bien, porque no todos los festivales tienen su línea de reciclaje. Enseñamos a la gente por qué es bueno reciclar, cómo hacerlo, a dónde se va la basura al final y cómo se puede aprovechar. También ofrecemos actividades, por ejemplo, cómo fabricar una servilleta. En Brutal Assault, nuestros estudiantes tenían un taller educativo para los más pequeños”.
También los organizadores de los propios festivales son cada vez más conscientes de cómo afectan al medio ambiente. Siguiendo con el festival heavy Brutal Assault, sus organizadores sostienen que se trata de un festival verde. Desde hace ya 12 años no utiliza plásticos desechables, introduciendo en Chequia los vasos retornables. Además de contar con cubiertos de madera y platos de hojas de palma, apoya los productos de comercio justo e incluso planta un nuevo bosque llamado Brutal Forest, situado cerca del lugar del festival en el norte de Bohemia. Lenka Wimmerová confirmó para la Radio Checa que el esfuerzo se nota de verdad.
“Los visitantes preguntan mucho porque es un asunto que se debate mucho por parte de la opinión pública. Algunos también eligen el festival de acuerdo con su postura frente el medio ambiente. Algo muy común en los festivales son los vasos reutilizables. A su vez, los asistentes vienen a nuestro puesto y preguntan por la basura que no saben cómo reciclar bien. También se nota un gran esfuerzo por parte de los organizadores porque quieren contribuir positivamente a la protección del medio ambiente”.
Además de dar información en los festivales, el equipo de Wimmerová también se esfuerza por resolver cuestiones del transporte al festival ofreciendo soluciones de transporte compartido, por ejemplo, para reducir la huella de carbono.
Colillas, colillas y más colillas
De acuerdo con Wimmerová, uno de los mayores problemas de los festivales son las colillas que los asistentes tiran al suelo. Por eso, su equipo se centró este año en los residuos de los cigarrillos, incluidos los electrónicos.
“El año pasado se efectuó un sondeo coorganizado por la compañía EKO-KOM. Se comprobó que tirar colillas es un problema equivalente al de los plásticos en lo que se refiere al medio ambiente. El problema es que las colillas contienen muchos metales tóxicos y sustancias aromáticas cuya descomposición lleva mucho tiempo. Por ejemplo, los filtros se descomponen durante 15 años. Y de algunos tipos de cigarrillos se generan también microplásticos”.
Concluye Wimmerová que para su equipo también es importante la prevención, es decir, que intenta que no se utilicen en absoluto materiales que no se puedan reciclar o aprovechar después de los festivales.