Los cuentos de Navidad checos: demonios y princesas

Tres nueces para Cenicienta

Cuando llega la Navidad a la República Checa, los niños –y no tan niños- esperan con ilusión los cuentos clásicos frente a sus televisores. En este programa especial de Nochebuena les contaremos las particularidades de algunos de los personajes más típicos de estos cuentos populares.

Tres nueces para Cenicienta | Foto: © Barrandov Studio a.s./DEFA

Ya es Navidad en la República Checa, y es habitual que las familias se reúnan en el calor de sus hogares. Para los checos, algo indispensable en estas fiestas son los cuentos navideños que los niños esperan entusiasmados frente al televisor.

Ángel del Señor

Pero estas historias no son como los típicos cuentos navideños a los que estamos acostumbrados en otras partes del mundo. Aunque el invierno aparece en muchos de ellos, la Navidad no es en sí la ambientación de las historias. Lo más importante es que son cuentos populares que suelen aparecer en estas fechas, y que se han ido transmitiendo durante generaciones, primero contados, más tarde por escrito y hoy en día gracias a la televisión.

Como el gélido invierno obliga a las familias a pasar más tiempo en casa, surge entonces una ocasión ideal para narrar estos relatos. Como veremos, los cuentos checos están llenos de personajes interesantes.

Uno de los más típicos es el diablo. Pero cuidado, la figura del diablo en los cuentos tradicionales checos es muy particular, y poco tiene que ver con el diablo en la tradición bíblica.

Anežka Charvátová | Foto: Tomáš Vodňanský,  Český rozhlas

En Radio Praga hablamos con Anežka Charvátová, renombrada traductora checa y profesora en la Universidad Carolina de Praga, que nos explica algunos puntos clave sobre el diablo de los cuentos checos.

“El diablo checo que aparece en casi todos lo cuentos de hadas que se ponen en la tele cuando son las Navidades no tiene nada que ver con la tradición bíblica, con el personaje del diablo que encarna el mal, que es muy inteligente. Mientras que el diablo checo es como aquel muchacho tonto del pueblo, es ridículo”.

El diablo que se nos presenta en estos cuentos es indudablemente un personaje cómico y torpe que no consigue sus objetivos. Como explica Charvatová, no es posible sentir miedo ante un ser de estas características.

“Creo que en la tradición checa se creó este personaje para que la gente no tuviese miedo. Porque si algo me hace reír, no le tengo miedo”.

En su propio entorno es tan torpe que muchas veces es expulsado del propio Infierno tras cometer un error.

“En general, lo expulsan del Infierno por haber hecho alguna travesura. Viene a la Tierra, y tiene que hacer algo para poder regresar al Infierno”.

Con los diablos no se bromea,  foto: YouTube

Un ejemplo tradicional de cuento que se repite cada Navidad en televisión podría ser la película “Con los diablos no se bromea” (S čerty nejsou žerty, 1985), donde el joven Petr acaba forzado a servir en el ejército por una serie de desgracias producidas por su madrastra. Lucifer envía a un demonio para llevar al Infierno a la madrastra, pero por error, este demonio acaba sirviendo en el ejército y perdiendo sus poderes. Allí conocerá a Petr, con el que entablará amistad y quien le ayudará a recuperar sus poderes.

Otras películas donde no faltan diablos torpes son “Suerte de diablo” (Z pekla štěstí, 1999), y una bastante reciente, “Ángel del Señor” (Anděl Páně, 2005).

Ángel del Señor,  foto: ČT

Estos cuentos reflejan muy bien la visión checa de los diablos como seres traviesos y torpes. Para Charvatová, hay una gran diferencia entre estos arquetipos literarios checos y los españoles. En la tradición cultural checa, es muy común ver personajes que comparten características con este diablo del que estamos hablando. Son personajes poco inteligentes.

“Me parece que en el imaginario checo lo que nos representa, los arquetipos literarios que tenemos son los tontos. Compara con la tradición española: Celestina, Don Juan, el Cid, Don Quijote. No son tontos. Un gran héroe (el Cid), la Celestina no tiene un pelo de tonta, Don Juan desafía al Infierno. Don Quijote no está loco, mucho menos loco que la sociedad a su alrededor”.

Y señala algunos de los arquetipos checos.

“Lo que nos representa es Švejk, que a lo mejor no es tonto, pero se hace pasar por tonto. Este diablo de los cuentos de hadas, que es muy ridículo. Y el tercer arquetipo es Juan el Tonto, el muchacho del pueblo que es tan tonto que solo repite una frase, y repitiendo esta frase al final vence todos los obstáculos”.

Muchos hispanohablantes se sorprenden al conocer el trasfondo de estos cuentos, y en ocasiones el desarrollo de la historia supone una sorpresa para ellos.

Švejk  (película de Jiří Trnka),  foto: YouTube

En este sentido, quizás sea importante destacar que cuando hablamos de demonio en checo existen realmente dos palabras que definen a seres completamente diferentes. Frente al “ďábel” bíblico, tenemos al “čert”, un demonio del Infierno más bien ridículo y torpe, que podría ser para los hispanohablantes más similar a un duende travieso.

“Ustedes solo tienen el Diablo, en español es un personaje bíblico del Infierno. Aquí tenemos el diablo bíblico, pero el personaje del cual hablan esos cuentos de hadas tiene otro nombre en checo, es “čert“, no es “ďábel“. El “čert“ al final vuelve al Infierno derrotado o se hace amigo de los hombres y se queda en la Tierra“.

Sin embargo, esto no significa que en los cuentos tradicionales checos no se registre la presencia de un mal con actitudes oscuras. Un caso muy claro es el “vodník“, un duende o espíritu del agua que habita en lagos, estanques y ríos.

Princesa del molino

“Este sí es mucho más malo que el diablo en los cuentos checos. Ahoga a los que se bañan, les roba el alma y la conserva en botes. Él sí da miedo“.

Aunque también existen cuentos sobre espíritus del agua buenos que resultan incluso simpáticos a los niños.

Asimismo, encontramos hadas malvadas que viven en los bosques, que son sin duda otros de los personajes clásicos del floclore pagano. Tal y como señala Charvatová, la influencia pagana es evidente en estos cuentos.

“Los cuentos checos son muy paganos, por eso hay tantos personajes que viven en los bosques, en los lagos. Son restos de los mitos paganos“.

Plebeyos que se ganan el corazón de la princesa

Otros de los personajes más clásicos en los cuentos cuando llega la Navidad a Chequia son las princesas. En estas historias se cumplen los cánones habituales: amor, castillos y aristocracia.

Foto: Biograf Jan Svěrák / TV Nova

Pero los cuentos checos tienen su toque personal. La profesora Charvatová comenta la importancia de las clases bajas en estas historias respecto a otras tradiciones. El “príncipe azul“ que se casa con la princesa no tiene por qué ser alguien de familia noble, más bien suele ocurrir lo contrario.

“En general las princesas, como en todos los cuentos, tienen un papel pasivo. Están ahí esperando a su príncipe azul, o en los cuentos checos al muchacho del pueblo. Los cuentos checos son muy plebeyos. Siempre son los del pueblo los que derrotan a los representantes de la aristocracia, hay mucha ideología escondida“.

Una historia tradicional de estas fechas es la de tres hermanos de origen humilde que a través de sus hazañas consiguen el amor de unas princesas. Aunque con muchos cambios respecto a la historia original, se realizó una película recientemente llamada “Los tres hermanos“ (Tři bratři, 2014), que desde su lanzamiento aparece también en las televisiones checas durante la Navidad. Solo que en esta adaptación, un hermano salva a la Bella Durmiente, otro hermano salva a Caperucita Roja y a su abuela, y el tercero se casará con la joven Maruška, que vive con su madrastra.

Tres nueces para Cenicienta | Foto: NFA

Es un claro ejemplo de cómo unos hermanos procedentes del pueblo llano consiguen prosperar gracias a sus habilidades.

Otra película clásica de Navidad es “Tres nueces para Cenicienta“ (Tři oříšky pro Popelku, 1973), basada en una historia de la escritora checa Božena Němcová. Siendo una adaptación del popular cuento Cenicienta, aquí es una chica de origen humilde la que consigue enamorar a un príncipe.

Todavía dentro de las historias principescas, podemos encontrar a “La princesa orgullosa“ (Pyšná princezna, 1952), donde el bondadoso rey Miroslav quiere casarse con la princesa Krasomile, pero la orgullosa joven lo rechazará antes de conocerlo. Entonces, el rey Miroslav se hará pasar por jardinero para conocer de cerca a la princesa. Y por supuesto, tras un tiempo juntos, el falso jardinero terminará conquistando el corazón de la princesa.

La princesa con una estrella de oro,  foto: ČSFD

Otro cuento recomendable es “La princesa con una estrella de oro“ (Princezna se zlatou hvězdou, 1959).

La tradición de cuentos checos bebe claramente de la tradición folclórica germana, un pueblo que durante siglos dominó la región. Sin embargo, se pueden ver detalles de otras tradiciones como la eslava. Esta mezcla, y las características propias de la personalidad del pueblo checo hacen que los cuentos, a pesar de sus influencias, conserven numerosas peculiaridades que los hacen tan especiales, tal y como aclara Anežka Charvátová.

“En general todos los cuentos se parecen, aquí hay mucha influencia alemana. Los cuentos que tenemos aquí son una mezcla de tradiciones. Pero si hay que hablar del cuento propiamente checo, hay un ateismo y un plebeyismo tremendo. Los personajes derrotan al mal no gracias a su inteligencia, sino gracias también a la solidaridad con los demás. El pueblo siempre es la contrapartida de la aristocracia“.

Si tienen ocasión, no se pierdan estos cuentos que mantienen en vilo a los niños en los hogares checos cuando llega la Navidad. Muchas de estas películas están subtituladas al inglés.

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