Los checos recuerdan el 20 aniversario de las peores inundaciones de su historia
Desesperación, muertos, miles de evacuados y daños materiales por miles de millones de euros. Ese fue el resultado de las devastadoras inundaciones de hace 20 años en la República Checa.
Las inundaciones del año 2002 fueron unas de las más terribles de la historia de la República Checa. Las grandes riadas llegaron en dos fases, la primera empezó el 7 de agosto de 2002 en Bohemia del Sur y la segunda, mucho más fuerte el 12 de agosto, llegando a extenderse pronto por toda Bohemia. La peor situación se registró en las ciudades de Sušice, Strakonice, Písek y Český Krumlov, en Bohemia del Sur, en Klatovy y Pilsen, Bohemia Occidental, así como en Praga y Beroun en Bohemia Central.
Miles de personas tuvieron que ser evacuadas y el agua destruyó cientos de viviendas, como fue en el caso de la señora Libuše Vavřinová, del pueblo Plav, en las proximidades del río Malše, en Bohemia del Sur, quien compartió sus recuerdos con la Radio Checa.
“El alcalde del pueblo me llamó y me dijo que el agua destruyó nuestra casa. Me acerqué y pude verlo todo desde lejos, fue algo terrible. La casa había desaparecido, en las proximidades vi restos de nuestros muebles, otros se los llevaba el río. Nunca olvidaré lo que sentí en ese momento... Mucho tiempo después seguí despertándome por las noches, porque tenía pesadillas por todo aquello. Y todavía ahora, cuando comienza a llover y se levanta el agua en el río, comienzo a tener miedo. Creo que nunca me libraré de eso”.
Vladimír Nutil, de 86 años de edad, vivía en un molino del siglo XVIII en el pueblo de Doudleby, uno de los primeros que sucumbió ante la incontrolable fuerza de las inundaciones de 2002. Según contó a la Radio Checa, todo ocurrió muy rápido, trataron de proteger cosas del molino, pero la familia tuvo que huir para no morir ahogada, como contó a la Radio Checa.
“Cuando nos enteramos del peligro que corríamos, llevamos al primer piso todo lo que pudimos. Con ayuda de los vecinos pusimos a salvo algunos equipos del molino. Después llegaron los bomberos y nos evacuaron. Lo único que logramos llevar con nosotros fueron unas botas de goma, una lámpara, los documentos de identidad y un impermeable, ya no había tiempo para más. Todo lo demás quedó en el molino”.
Las riadas pronto llegaron a Bohemia Central y también a Praga. A partir del 12 de agosto todo empezó a empeorar hasta alcanzar extremos niveles de destrucción.
El 14 de agosto de 2002 el agua llegó a inundar más de un tercio del territorio de la República Checa. Según recuerda Petr Kubala, director de la Administración de la Cuenca del Moldava en entrevista a la Radio Checa, el 14 de agosto el agua del río alcanzó su punto máximo y la represa de Orlík no fue capaz de retenerla y proteger a Praga ante la riada.
“Una marca en la represa indica el nivel del agua alcanzado el 14 de agosto de 2002. Se trató de un metro y medio más sobre el punto máximo de esta represa. Fue imposible tratar de dominar la corriente del agua”.
El agua del río Moldava subió a una altura de más de 7 metros, se desbordó y en Praga inundó los barrios de Smíchov, Malá Strana, pero sobre todo el de Karlín, así como 18 estaciones del metro, las más afectadas fueron Invalidovna y Křižíkova. Más de 50 000 habitantes de la capital checa tuvieron que ser evacuados y los daños materiales llegaron a más de mil millones de euros.
Las aguas inundaron también gran parte del Parque Zoológico de Praga, causando la muerte de más de 130 animales, más de 1000 tuvieron que ser evacuados. Uno de los símbolos de las inundaciones fue el oso marino Gastón, que como consecuencia de las riadas abandonó el Zoológico nadando por el Moldava, llegando luego hasta el Elba, según recordó Petr Velenský a la Radio Checa.
“Gastón no escapó, el agua subió de tal manera que inundó el pabellón de los osos marinos y al ir nadando salió del Zoo. Trató de quedarse cerca, pero la corriente se lo llevó. Luchó contra la corriente de agua sucia, en la que había muchos objetos, empezó a tener problemas con los ojos. En la prensa aparecieron artículos que indicaban que Gastón se fue en busca de la libertad, pero él quería regresar, sin embargo, la corriente se lo llevó y eso le costó la vida”.
La corriente llevó a Gastón hasta Alemania, a 250 kilómetros de distancia de Praga. En el Zoológico de Praga le erigieron un monumento y su nombre lo lleva el restaurante local.
Ese 14 de agosto estaban bajo el agua ciudades y pueblos de Bohemia del Sur y de Bohemia Occidental. A partir del 17 de agosto los niveles de los ríos y riachuelos comenzaron a bajar. Los especialistas afirman que inundaciones como las de 2002 suelen registrarse una vez cada 500 años.
Las inundaciones se cobraron 17 vidas humanas, 225 000 personas tuvieron que ser evacuadas, el agua cubrió 17 000 kilómetros cuadrados y los daños materiales alcanzaron unos 2680 millones de euros.
La Administración de la Cuenca del río Moldava procedió a la adopción de medidas de protección, sobre todo en Praga, a fin de encarar a tiempo una similar catástrofe natural. Más de 200 millones de euros fueron invertidos en elementos de protección para frenar la entrada del agua y proteger a más de 110 000 habitantes de los barrios capitalinos situados en las proximidades del río.
Con motivo del 20 aniversario de las devastadoras inundaciones tienen lugar numerosas actividades en diferentes lugares, por ejemplo, una exposición de fotografías al aire libre documenta esos sucesos en la isla capitalina de Kampa, que en 2002 estuvo bajo el agua durante varios días.