Los checos deben una fortuna a las compañías de telefonía móvil
Los usuarios de telefonía móvil deben una suma enorme a los operadores del país; la empresa checa Twareg se impone en el mercado de Internet brasileño; el alcalde de Úvaly cayó en su propia trampa contra los conductores ebrios; Sting entusiasmó al público checo. Esos son algunos de los temas sobre los que escribe la prensa nacional este lunes.
Los deudores no han pagado a los operadores facturas por 400 millones de euros, agrega el rotativo. Las compañías carecen de medios legales eficaces para exigir en corto plazo las deudas pendientes.
Las deudas en general se han disparado en Chequia debido a la mala situación económica de los hogares. El periódico escribe que el monto total por facturas no pagadas asciende a 1.600 millones de euros. Por ejemplo, las estadísticas ponen en evidencia que cada checo debe en promedio 280 euros por la electricidad y el gas.
La primera reúne información de las páginas que ofrecen rebajas, mientras la segunda sirve para comparar los precios de los productos, ambas cuentan con medio millón de usuarios, aproximadamente. El inversor checo espera que en verano comience a generar ganancias y que en otoño pueda expandirse a otros países latinoamericanos.
El alcalde impulsó una extensa redada antialcohol y el primer día del operativo él mismo fue detenido por la Policía con 1,6 gramos por litro de alcohol en sangre, cantidad correspondiente a un litro de vino o dos litros y medio de cerveza.
El Tribunal lo condenó a dos meses de prisión con una pena condicional de un año y le quitó el carné de conducir por 14 meses, indica el rotativo.
El cantante y bajista actuó en la capital checa en el marco de su gira mundial ‘Back to Bass’ para celebrar los 25 años de su carrera en solitario.
El músico, de 60 años de edad, vuelve a sus raíces, como insinúa el nombre de la gira, en la que toca el bajo y ofrece sus canciones con arreglos más crudos y rockeros que evocan la época de gloria de su antigua banda The Police, indica el rotativo.
Sting, que en Praga demostró que es tanto excelente cantante como bajista, recibió ovaciones de pie por parte del público checo, indica Právo.
