Los caprichos del tiempo

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Según los especialistas, este mes de enero es el más caluroso de los últimos 232 años. Mientras que otros años a estas alturas todo el país solía estar cubierto de nieve y las temperaturas se mantenían muy por debajo de los cero grados centígrados, este año todo es diferente.

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El tiempo se asemeja al de la primavera con temperaturas de hasta 17 grados centígrados, la naturaleza está en pleno verdor y también las personas se ven obligadas a cambiar sus costumbres.

Sobre lo positivo y lo negativo de estos caprichos del tiempo hablamos en esta A Toda Marcha con varios checos de distintas edades. Honza, que es un gran deportista y amante del esquí, no está contento con las altas temperaturas.

"Estamos a mitad de enero y muy a menudo en los parques de las ciudades, así como en la naturaleza se pueden ver aves migratorias, lo que no es normal. He visto también a jardineros cortar el césped, cuando normalmente en enero no hay pasto, puesto que éste se congela con las heladas. Lo malo es que el frío puede llegar en febrero o hasta marzo y entonces los árboles y las plantas que ya podrían estar en flor se congelarán. Lo mismo puede ocurrir con las plantas agrícolas y eso sería catastrófico para la agricultura del país", sostuvo Honza.

Semejante postura frente a las actuales jugadas del tiempo adopta Iveta, de Praga.

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"Creo que la mayoría de las personas están descontentas con el estado actual del tiempo. Estamos en invierno y no tenemos nieve, por lo que todo aquél que gusta de los deportes invernales debe estar desilusionado. Las relativamente altas temperaturas y la falta de nieve tampoco favorecen la salud del hombre. Los consultorios médicos están llenos de pacientes con gripe y otras dolencias respiratorias, así como de personas que sufren a causa del insomnio o tienen depresión", señaló Iveta.

Honza lamenta de no poder ir a la montaña a esquiar por falta de nieve pero reconoce que el tiempo actual tiene sus facetas positivas.

"Estando uno en una ciudad, por ejemplo, en Praga, está contento si no hay nieve, porque así las aceras no están llenas de fango y no nos ensuciamos. También conducir un automóvil es mucho más fácil cuando la carretera está limpia de nieve y fango. Pero lo malo es cuando uno gusta del esquí, como yo. Este año no he ido todavía a la montaña a esquiar porque no hay nieve y eso sí que me desagrada", afirmó Honza.

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Mientras que los adultos están mayormente preocupados por los bruscos cambios del tiempo registrados en los últimos años en diferentes partes del mundo, los niños no se hacen problemas. Lo testimonia la postura de Bárbara, alumna de cuarto año de primaria.

"Bueno, creo que todo hay que tomarlo desde un punto de vista positivo. No tenemos ni un poco de nieve, pero ¿cuándo antes habíamos podido andar en bicicleta en enero como ahora? Nunca. Cuando salgo con mis amigas a pasear los padres no me obligan a que me abrigue más, que me ponga una bufanda y un gorro que es algo que detesto. Lo único malo de este invierno es que si no cae nieve, no podremos andar en trineo ni en esquís", dijo Bárbara.

Un cálido invierno con escasez de nieve se registra en toda Europa. Los especialistas en climatología advierten que los cambios del clima son resultado del calentamiento global de la Tierra que se debe al negativo comportamiento del hombre frente a la naturaleza.

Y ustedes, amigos ¿qué opinan del tema?