Libuse Moníková
Libuse Moníková, escritora checa que escribía en alemán, casi desconocida en su país natal y famosa tras sus fronteras occidentales. Un Franz Kafka en faldas, así podría caracterizarse a esta autora que confirma el proverbio de que nadie es profeta en su tierra. Muchas de sus obras aún esperan su traducción al checo.
Libuse Moníková nació el 30 de agosto de 1945 en Praga. En el barrio praguense de Dejvice, jugando con su amiga y la posterior escritora Eda Kriseová en los patios traseros de las casas y visitando cines pasó su niñez y juventud. Las frecuentes visitas al cine ocasionaron que las películas pareciesen a Libuse más real que la realidad del mundo, y los libros más reales que su vida.
La lectura y la literatura fueron una gran afición de Libuse Moníková ya cuando joven. Leía todo lo que tenía a su alcance sumergiéndose en tales autores como Dostoyevsky, Proust, Joyce. En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Carolina de Praga Libuse Moníková estudió filología alemana e inglesa. Su tesis trataba de los dramaturgos William Shakespeare y Bertold Brecht, el primero un inolvidable gran autor, el otro pérdida de tiempo, como declaró posteriormente. Después de terminar la carrera su vida dio la primera vuelta.
Libuse Moníková recibió una beca para poder estudiar un año en la ciudad alemana de Göttingen. Antes de partir ocurrieron en Praga dos acontecimientos que influyeron y determinaron toda su vida en el futuro. La muerte anticipada de su madre y la ocupación del país por las tropas del Pacto de Varsovia en agosto de 1968.
Hasta aquel momento Moníková leía los clásicos rusos en versión original. Después de la invasión a la Checoslovaquia de entonces se olvidó del idioma ruso, como muchas otras personas de su generación.
Cuando el 16 de enero de 1969 el estudiante Jan Palach se quemó a lo bonzo en la Plaza Venceslao de Praga para protestar contra la ocupación, Libuse Moníková se encontraba en un cine cercano. Dos años más tarde se trasladó con su esposo alemán al Occidente. Daba conferencias de literatura alemana en las Universidades de Kassel y Bremen.
Y empezó a escribir. Ello le permitía regresar por lo menos por el camino de la fantasía a su tierra natal. Su primer libro, "Perjuicio", comenzó a escribirlo aún en checo. Pero lo reescribió en alemán para adquirir cierta distancia del tema. "Perjuicio" es una historia de violación, no sólo de una mujer sino de todo un país. Una estudiante joven fue violada por un policía y defendiéndose lo mata.
"Pavana para una infanta difunta", así suena el título de la primera novela de Libuse Moníková, publicada en 1983. Pero el primer éxito se hizo esperar hasta cinco años después. En 1987 salió la novela "Fachada", obra traducida a 11 idiomas y condecorada con el Premio Alfred Döblin. Su primera traducción al checo fue publicada en la editorial de exilio 68 Publishers, administrada en Canadá por el escritor checo Josef Skvorecký.
Libuse Moníková no estaba contenta con la adaptación al checo. En una entrevista confesó que escribía en alemán pero utilizando construcciones checas. Transmitir este lenguaje con todos sus matices a su lengua materna resulta una tarea casi insuperable.
La escritora se quejó varias veces que su lenguaje fue interpretado a menudo por los críticos en Alemania como "insuficiencias lingüísticas de una extranjera que no maneja bien el alemán". A Franz Kafka, su "maestro espiritual, adversario y al mismo tiempo apoyo personal", se lo perdonaban considerando su manera de expresar como innovadora.
El 28 de octubre de 1997 el presidente checo, Václav Havel, otorgó a la escritora por sus méritos la Medalla Masaryk. El 12 de enero de 1998 Libuse Moníková falleció en Berlín, a causa de una grave enfermedad. En una de sus últimas entrevistas que concedió en checo declaró: "Ser escritor es una profesión de homicidas".