Las memorias de la superviviente del Holocausto Lieblová se traducen al castellano

Dagmar Lieblová, foto: Centro Checo de Madrid

Los nazis se equivocaron al escribir su fecha de nacimiento, y por eso sobrevivió. ‘Estoy aquí por un error’, las memorias de la superviviente checa del Holocausto Dagmar Lieblová, acaban de ser traducidas al castellano y serán presentadas este jueves en Madrid.

Dagmar Lieblová,  foto: Centro Checo de Madrid
Dagmar Lieblová tenía una vida normal hasta que en junio de 1942 fue deportada por los nazis junto a su familia al campo de concentración de Terezín, como sucedió con la gran mayoría de judíos que habitaba entonces en el Protectorado de Bohemia y Moravia. De allí al campo familiar de Birkenau, en Auschwitz. Una casualidad la salvó de perecer en las cámaras de gas, un destino que sí sufrieron su madre y hermana.

Como superviviente del Holocausto destacada y de visibilidad pública, a Dagmar Lieblová se le había pedido en varias ocasiones que relatara por escrito lo sucedido en aquellos funestos años. Sin embargo no fue hasta hace relativamente poco cuando surgió la idea de escribir, o mejor dicho, dictar, unas memorias, nos cuenta en entrevista para Radio Praga.

“Ya desde hace muchos años mis hijos y conocidos me vienen diciendo que debería escribir mis recuerdos, para que se conserven. Yo siempre me excusaba diciendo que no tenía tiempo y que no me gusta escribir. Y un día estábamos con amigos y con el historiador Marek Lauermann, y una amiga dijo que debería escribir mis recuerdos, y Lauermann dijo que si no lo escribía yo, que lo haría él”.

Foto del autor del libro Marek Lauermann,  fuente: Centro Checo de Madrid
El resultado fue un libro publicado en 2013 y que después de ser traducido a inglés y alemán, ha visto la luz en español con el título de ‘Estoy aquí por un error’ (‘Přepsali se – a tak jsem tady’). El autor, Marek Lauermann, fue especialmente fiel tanto al contenido como al estilo narrativo de Lieblová.

“Es exactamente como lo narré. Incluso mucha gente que sabe cómo hablo o me han oído hablar, dice que es realmente como si hablara yo, como si lo hubiera escrito yo. Marek Lauermann dice que fui muy exacta, y que intenté que estuviera todo, así que no tuvo que poner nada de su parte”.

La traducción al español, publicada por la editorial Huso y realizada por Kepa Uharte, será presentada este jueves en la Casa Sefarad de Madrid. El viernes, día del 88 cumpleaños de la señora Lieblová, se celebrará un encuentro con estudiantes universitarios en el Teatro Real.

Un número equivocado, y la posibilidad de sobrevivir

La abuela de la joven Dagmar ya había fallecido en los vagones de carga que trasladaron a toda la familia a Auschwitz-Birkenau. La muchacha de 15 años se encontraba con su madre y hermana pequeña en la antesala de la muerte, pudiendo ser enviada en cualquier momento a las cámaras de gas. Sin embargo, y ante el rumbo que estaba tomando la guerra para Alemania, se decidió mandar judíos aptos para trabajar a que laboraran en calidad de esclavos para la industria nazi.

Cubierto del libro ‘Estoy aquí por un error’,  fuente: Centro Checo de Madrid
Fue entonces cuando se dio el milagro, nos cuenta la señora Lieblová.

“Conseguí salir de Auschwitz porque hubo un error en mi fecha de nacimiento y alguien escribió en lugar de 9, porque yo nací en 1929, un 5. De esta manera quedé como si fuera más mayor y fui incluida entre los capaces de trabajar. De otra manera no habría entrado en ese grupo, porque tenía 15 años y el límite de edad era de 16”.

Aun así encontrarse o no en el margen de edad establecido no era garantía de nada, como sigue explicando Lieblová.

“Había otra chica de la misma edad que sobrevivió también. Pero es que había también selecciones para ver si alguien era capaz de trabajar. Mi amiga se presentó a la selección aunque tenía 15, y fue con su madre, que entraba en la categoría de edad para trabajar, porque tenía menos de 40 años. La madre no pasó la selección porque estaba débil y enferma, y mi amiga sí que la pasó”.

En otras circunstancias la joven Dagmar habría permanecido con su madre y hermana, pero el error burocrático la obligó a abandonarlas. Así esquivó su destino final en los hornos crematorios de Auschwitz para pasar casi un año como mano de obra esclava para el Tercer Reich, prosigue.

“Nos mandaron a Hamburgo. Allí estuvimos tres cuartas partes del año. Era un trabajo muy duro, pero todos estábamos contentos de haber salido de Auschwitz y haber escapado de las cámaras de gas, y que teníamos la posibilidad de sobrevivir”.

Carlos Ferrerr y Dagmar Lieblová,  foto: archivo de Radio Praga
Ante la inminencia del fin de la guerra y el consecuente caos entre las autoridades alemanas, los trabajadores judíos fueron enviados, en un último intento de exterminio, al campo de Bergen-Belsen.

“De Hamburgo nos mandaron a Bergen-Belsen, donde la situación era tal que no se podía sobrevivir mucho tiempo. Llegamos a finales de marzo, y el 15 de abril llegó el ejército británico y liberó el campo. Fue una gran suerte porque allí no habríamos podido sobrevivir mucho tiempo”.

En Bergen-Belsen, convertido en un sumidero para los prisioneros evacuados tanto del frente oriental como occidental, los reclusos vivían en condiciones de hacinamiento, sin facilidades higiénicas y apenas sin comida, siendo diezmados además por una epidemia de tifus. Se calcula que allí murieron en total entre 30.000 y 50.000 personas.

Dagmar Lieblová volvió a Checoslovaquia en 1945, donde tuvo que tratarse de tuberculosis. Estudió filología germánica y checa y pasó a ser profesora universitaria. Después de 1989, con el cambio de régimen en Checoslovaquia, fundó junto a otros supervivientes la iniciativa Terezín, de la que llegó a ser presidenta.