Las fotografías de David Těšínský: “Lo que más me chocó fueron las pandillas de Guatemala”

El último gran proyecto de David Těšínský fue fotografiar a las pandillas de narcotraficantes en Guatemala. Ahora, el fotógrafo piensa descansar y dedicarse a la preparación de varias exposiciones.

Pandillas de Guatemala, travestis de Cuba, un racista checo en Ghana, exorcistas de Etiopía, mujeres soldado en el Donbás, la deforestación en Brasil… Estos son solo algunos de los proyectos del fotógrafo David Těšínský, ganador de varios premios Czech Press Photo de fotoperiodismo.

Uno de sus últimos grandes proyectos se desarrolló en Guatemala durante el COVID. Y fue más bien de casualidad, según explicó para la Radio Checa.

“Guatemala fue brutal desde todos los puntos de vista. Originalmente me fui a México con la idea de seguir hacia EE.UU. Pero luego eso no se podía hacer debido al COVID. Así que en vez de EE.UU., me fui hacia el otro lado, a Guatemala. Allí me puse en contacto con periodistas y empecé a averiguar cómo conectarme con las pandillas o con la Policía para poder acercarme desde el otro lado. Pero nadie me ayudó. Así que iba a un bar y le pedía a la gente que me ayudara a llegar hasta la Policía para que me pudiera llevar a sus intervenciones. Así conseguí ver un asesinato. Después, un periodista me dio un informe independiente de que la pandilla sabía de mis actividades y me dijo que tuviera cuidado”.

Těšínský es conocido por el hecho de captar el ambiente de las subculturas. Uno de sus primeros proyectos en 2011 fue la documentación de la vida de los drogadictos en Praga. Según recuerda, un día fue a un centro de tratamiento y prevención de la drogadicción y, simplemente, se puso a preguntar a los clientes si podía documentar sus vidas.

A ese mismo período de su trayectoria pertenecen las fotografías de los travestis de Cuba.

“Los travestis en Cuba fue un proyecto al azar. Lo que me gustó de aquello es que encontré al primer travesti en Cuba de la historia. Eso me gustó mucho”.

Cuenta Těšínský que en su labor busca romper los estereotipos y siempre ofrecer al espectador lo contrario de lo que espera. Por sus declaraciones, parece que cada vez busca temas más chocantes. Mientras que antes intentaba reflejar desde otra perspectiva temas bastante conocidos en la sociedad, ahora pretende impactar. Por eso, por ejemplo, decidió no viajar a Ucrania como reportero de guerra porque allí ya hay cientos de fotógrafos.

“A mí me parece que en la actualidad tiene sentido solo aquello que afecte, golpee, impacte a la gente”.

“En términos generales yo intento impactar con el contenido. Lo que más me chocó a mí fueron las pandillas de Guatemala. Siempre es chocante una fotografía que muestra muerte o sangre. Ahora estoy atravesando una crisis. Decidí no fotografiar y solo hacer exposiciones de lo que ya tengo. Si es que decido volver a hacer fotos, me gustaría tomar aquellas que chocaran, porque la gente ahora es indiferente y está acostumbrada a todo. Es la única manera de influir en las personas. A mí me parece que en la actualidad tiene sentido solo aquello que afecte, golpee, impacte a la gente”.

Además de temas chocantes, en el trabajo de Těšínský también se puede observar cierto activismo en cuanto a los problemas ecológicos de nuestro planeta. La mejor muestra de ello es una serie de fotografías que documentan la deforestación de la selva amazónica en Brasil. Al mismo tiempo, el fotógrafo subraya que le molesta cualquier tipo de activismo demasiado insistente y por eso cree que la fotografía es una buena forma de expresar su opinión.

“Me identifico con el planeta, al mismo tiempo pienso que si una persona quiere ser activista, es bueno hacerlo de una forma que no resulte molesta. Así que yo lo hago mediante la fotografía”.

Las fotos de la Amazonia, pero también, por ejemplo, de Jamaica, India, Nepal, la juventud revolucionaria iraní, los asesinos en las cárceles de Járkiv, en Ucrania, y mucho más se pueden contemplar en el libro Jiná krása (una belleza distinta) que se publicó en otoño de 2022. Těšínský explicó por qué había escogido ese título y qué significaba para él la belleza en las fotos.

“Cada foto tiene su energía, su dios, y eso es parte de mi filosofía”.

“Creo que lo que hago es un poco distinto. Y muchas personas creen que yo soy distinto. Para mí, una foto hermosa es aquella que conlleva una especie de divinidad. Una foto que tiene más que una imagen, que es una reflexión de la persona que la toma. El mismo instante lo pueden captar 10 fotógrafos de 10 formas distintas. Cada foto tiene su energía, su dios, y eso es parte de mi filosofía”.

En marzo, Těšínský inaugura dos exposiciones fotográficas, una en Seúl y otra en Tokio. En abril, su obra se podrá ver en Ámsterdam.

Autores: Lucie Vopálenská , Martina Kutková
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