Las ayudas del Gobierno son insuficientes y llegan con retraso, critican empresas y oposición
El nuevo cierre de bares, restaurantes, hoteles o gimnasios ha levantado una oleada de críticas entre muchos de los afectados. Las ayudas no reflejan la realidad de los gastos de sus negocios, dicen.
En pleno nuevo repunte del coronavirus, el Gobierno decidió volver aplicar el cuarto escenario del sistema contra la epidemia PES, con el que se corresponden las cifras actuales. La buena noticia para muchos es que los pequeños comercios no tendrán que volver a cerrar sus puertas mientras se respeten las limitaciones de aforo establecidas de un cliente por cada 15 metros cuadrados. La peor parte se la lleva de nuevo la hostelería. Bares, restaurantes, hoteles y pensiones tienen que cerrar sus establecimientos pocos días después de haberlos reabierto.
La ayuda prometida por el Gobierno de unos 4 y 15 euros por habitación al día, dependiendo de su categoría, y el reembolso de hasta el 50% del alquiler pagado del último trimestre, para muchos será insuficiente, aseguran. Martin Dell, director del hotel Four Seasons de Praga, señaló a la Televisión Checa también la falta de previsión del Gobierno como otra de las dificultades a los que tienen que hacer frente.
“Todos entendemos que el Estado, o el Gobierno, no puede pagarlo todo. Pero necesitamos una visión más a largo plazo, necesitamos saber qué va a pasar en los próximos tres o seis meses como sucede en el resto de países europeos”.
Especialmente afectados se muestran los hoteles de las estaciones de esquí, que aguardan todo el año a que empiece la temporada y, especialmente a las vacaciones de Navidad y Año Nuevo. Las pistas se abrirán, pero los hoteles y pensiones solo podrán acoger a personas que puedan demostrar que se encuentran en el lugar por motivos profesionales y no turísticos. Las propias estaciones sentirán también el golpe, contando básicamente solo con esquiadores que no vivan muy lejos de las pistas.
Los bares y restaurantes hace dos semanas que pudieron dejar de servir comida únicamente por sus ventanillas. Ahora, después de volver a llenar sus despensas, se encuentran con un nuevo cierre que les sadrá caro, explicó a la Televisión Checa Filip Výborný, propietario y único trabajador del local U Žaludů de Praga.
“Se trata de que avisen con más tiempo. Tenemos comprados productos que habrá que tirar. Todo esto cuesta un dinero que los pequeños autónomos no tenemos. Por supuesto, tendré que pedir un préstamo, porque esto ya dura mucho tiempo”.
Výborný ya comprobó que en su caso no le valía la pena mantener la ventanilla de entrega abierta y en octubre cerró por completo su restaurante. La ayuda del Gobierno de 15 euros por empleado al día, a él no le llegará.
Los gimnasios y saunas también tienen que volver a cerrar. Para Lucie Macášková, gerente del club Aerofit, las ayudas del Estado tampoco reflejan los gastos a los que han tenido que enfrentarse hace dos semanas para apenas quince días de actividad.
“Recibimos cierta cantidad por el alquiler, pero únicamente por el alquiler. Ahí no se reflejan en absoluto los gastos de luz, gas, etc., lo que cuesta calentar el agua de la piscina o la calefacción de todas las salas”.
En cuanto a los recintos deportivos, tampoco están contentos con el cierre total de sus instalaciones tanto interiores como al aire libre. Critican que en los centros comerciales se cuente con una persona por cada 15 metros cuadrados y que no se pueda jugar, por ejemplo, al tenis, donde cada jugador tiene 40 metros cuadrados y una distancia de seguridad más que amplia.
En la Cámara de Diputados también se escucharon críticas al Gobierno, especialmente en lo relativo a lo insuficiente de las ayudas. Markéta Pekarová Adamová, presidenta de TOP 09, señaló, además, que estas tardan semanas y, a menudo, incluso meses en llegar a los afectados. La ministra de Finanzas, Alena Schillerová, se defendió únicamente acusando a la oposición de criticar al Gobierno sin importar lo que hagan y asegurando que, dada la situación, están haciendo todo lo que pueden.