Lara Iurinic, la flamante reina de la comunidad checa de Oberá en Argentina

La flamante reina de la comunidad checa de Oberá

Lara Iurinic se acaba de convertir en la reina de la comunidad checa de Oberá, en la provincia argentina de Misiones. Lejos de los antiguos concursos de belleza, el objetivo de ese título es, sobre todo, representar la cultura de sus ancestros, algo que esta joven de veinticuatro años graduada en genética promete hacer con pasión.

Comunidad checa en la Fiesta del Inmigrante | Foto: Marcos Segali

Cada año, durante la primera quincena de septiembre, se celebra en la ciudad de Oberá de la provincia argentina de Misiones la Fiesta del Inmigrante. Con la presencia de distintas comunidades: la brasilera, la suiza, la polaca, la ucraniana y, por supuesto, la checa, entre otras, se trata de una enorme celebración en la que no faltan espectáculos artísticos, ferias gastronómicas y actividades deportivas. Este año, en el contexto de su 43 edición, la comunidad checa contará con la representación de su flamante reina, Lara Iurinic, quien se muestra muy feliz con su nueva función, aunque no la convence el título.

Ballet infantil Lipa | Foto: archivo personal de Lara Iurinic

“Para todas nosotras, que somos quince reinas, además de la paisana del pabellón argentino en la fiesta, para todas, el título de reina es medio obsoleto. Más bien nos gusta llamarnos representantes porque eso es lo que hacemos: una difusión de nuestras colectividades y de la fiesta. Entonces, la palabra reina no nos gusta mucho y, sin embargo, está. Una vez me dijeron que esto seguía siendo un concurso de belleza y, en realidad, no, eso es lo que estamos tratando de erradicar de a poco y de hecho fue cambiando muchísimo. Las chicas que se elegían en las primeras fiestas tenían alrededor de 16 años y, por lo tanto, no sabían desenvolverse y cada vez se opta más por chicas un poco más grandes que quizás hayan terminado sus estudios, porque el fin es buscar a alguien que nos represente a todos los obereños, porque la fiesta es algo muy importante para nosotros”.

La flamante reina dando una entrevista | Foto: archivo personal de Lara Iurinic

Es decir, que ahora el foco está puesto, sobre todo, en las herramientas de comunicación de la reina y, por supuesto, en su conocimiento sobre la colectividad que representa. En el caso de Lara, ella afirma que le encanta difundir la cultura checa a partir de pequeños datos de color que suelen despertar mucho interés. Aclara que cada comunidad tiene su propio sistema de elección de la reina y, en su caso, fue propuesta por una persona muy influyente dentro de la comunidad checa y todos los directivos estuvieron de acuerdo. El pasado 4 de junio se realizó la ceremonia en la que tanto ella como la reina saliente vistieron los trajes típicos de Moravia. Además de contar con sorteos y la actuación del conjunto de danzas folklóricas Lipa, durante ese acto Lara recibió los atributos y, sobre todo, la banda.

“Me siento checa desde que conozco la colectividad que se fundó cuando yo tenía unos siete años; es decir, desde siempre, desde que tengo memoria”.

“Y mi banda dice República Checa, en realidad tenemos otra que dice Chequia pero no la uso todavía porque la gente cuando lee Chequia no sabe qué es, a veces no conocen ni siquiera el país ni ubican nuestra casa. Entonces tenemos una tarea de difusión importante, de darnos a conocer y de dar a conocer la cultura, por supuesto, pero creciendo, y la comunidad apuesta por la gente joven también, entonces en eso estamos”.

Lara Iurinic | Foto: Marcos Segali

Cuenta Lara que la colectividad checa de Oberá empezó a gestarse en el año 2003, cuando los socios fundadores contactaron a la embajada checa en Argentina para formalizar la casa, y en el año 2005 participó, por primera vez, de la Fiesta del Inmigrante. Se trata, por lo tanto, de una comunidad relativamente nueva que todavía tiene que hacerse conocida y, al mismo tiempo, convertirse en un canal de información ya que, tal como ella misma explica, varios argentinos siguen pensando que el país es aún Checoslovaquia porque el llamado Divorcio de Terciopelo tuvo lugar hace relativamente poco y muchos adultos quizás se quedaron con el nombre que estudiaron en el colegio.

Checa desde chica

El caso de Lara es representativo de lo que les sucede a muchos jóvenes que, si bien no llegaron a conocer en persona al familiar que decidió mudarse a un nuevo destino, siguen manteniendo al pie de la letra todas las costumbres del país de sus ancestros.

Lara Iurinic | Foto: archivo personal de Lara Iurinic

“Mi ascendencia viene de mi lado paterno, la checa era la mamá de mi abuelo paterno, es decir, mi bisabuela paterna, que se llamaba Ana Menchik, y yo no la llegué a conocer. De hecho, yo soy una de las primas más jóvenes de la familia entonces no la conocí. Sin embargo, las tradiciones se mantienen, yo no sé si será porque tenemos la Fiesta del Inmigrante, pero todas nuestras ascendencias están muy presentes. Participamos de la Fiesta del Inmigrante prácticamente desde que nacemos, entonces me siento checa desde que conozco la colectividad, que se fundó cuando yo tenía unos siete años; es decir, desde siempre, desde que tengo memoria”.

Por supuesto, una de las formas más habituales de mantener las tradiciones es a partir de la gastronomía. Y aunque Lara reconoce que cocinar no es lo suyo, asegura que su familia todo el tiempo prepara platos típicos checos para agasajar a sus amigos y conocidos. Lara ingresó al ballet Lipa este año y asegura que un tema en el que le interesaría profundizar es el del bordado checo. También desea descubrir de qué ciudad checa proviene su familia.

Conjunto de danzas folklóricas Lipa | Foto: archivo personal de Lara Iurinic

“Yo sé que somos de la región de Bohemia, pero no de qué ciudad en particular, esas son cosas que todavía estoy tratando de averiguar. Lo que pasó también es que mi familia, es decir, los padres de mi bisabuela Ana Menchik, llegaron a Brasil, y Ana se casó con mi bisabuelo Carlos Iurinic y vinieron de Brasil ellos solos a Misiones. Así que gran parte de nuestra familia checa está en Brasil”.

De hecho, cuenta Lara que, hasta el momento, el único país al que viajó fue, precisamente, Brasil. No solo porque le queda muy cerca sino también porque ahí sigue viviendo gran parte de su familia. De todos modos, aclara con mucho entusiasmo que está planeando hacer, el año que viene, su primera visita a República Checa.

Siguiendo los pasos de Mendel

Si bien dice que la comunidad de Oberá es bastante chica en relación con las que existen en Chaco o Buenos Aires, asegura que está en franca expansión y, con ese objetivo, les están pidiendo a los descendientes checos de la zona que acerquen a la comunidad fotos, historias y recuerdos para fortalecer cada vez más los lazos.

“Gran parte de nuestra familia checa está en Brasil”.

“Oberá es un pueblo-ciudad, ya es bastante grande, así que es una ciudad pero bajita: no tiene muchos edificios ni nada por el estilo. Está a unos 90 kilómetros de la capital de la provincia de Misiones, que es Posadas, tiene más o menos cien mil habitantes y a mí me encanta y me parece hermosa porque tiene mucho verde, que es algo muy misionero, y alrededor tiene también muchos saltos, cascadas, arroyos”.

Agrega Lara que ella vivió en Oberá hasta los diecisiete, cuando decidió mudarse a Posadas para estudiar una carrera universitaria. No obstante, luego de recibirse el año pasado, regresó a su ciudad natal. Es decir, que la comunidad checa de Oberá puede presumir de contar con una joven representante que es, además, licenciada en genética.

La casa de la colectividad checa de Oberá,  Misiones,  Argentina | Foto: archivo personal de Lara Iurinic

“Siempre me gustó mucho estudiar y en la secundaria me apasionó la biología celular, la biología me encanta y la genética es una rama muy interesante de la biología. En Posadas tenemos la carrera de genética más vieja, por lo menos de Argentina, y tiene muy, muy buen nivel. Entonces me quedaba cerca, tiene muy buena calidad, es una carrera pública… Así que era un golazo en todos los sentidos y estoy enamorada de mi carrera”.

Afirma Lara que la carrera de genética es muy amplia y, por lo tanto, tiene múltiples posibilidades de inserción laboral. A ella le interesa sobre todo la biología molecular que implica trabajar con informática, área en la cual se está especializando y que, por ejemplo, puede resultar útil para hacer diagnósticos. Poco después de recibirse, Lara se enteró de que Gregor Mendel, el padre de la genética moderna, nació en un pueblo de la actual República Checa. Y asegura que tomó esa revelación como una hermosa señal de que no se había equivocado a la hora de elegir su carrera.