La visita del presidente chino a Chequia, entre inversiones y protestas
La visita de tres días del presidente chino, Xi Jinping, a la República Checa se salda con la firma de un acuerdo de colaboración estratégica y de una decena de memorandos que establecen nuevas inversiones de la potencia asiática en el país. Por otro lado unos 500 activistas protestaron contra el estrechamiento de relaciones con un país violador de los derechos humanos.
El plato fuerte fueron sin embargo los acuerdos de inversión económica entre grandes compañías de uno y otro lado, que acarrearán el desembolso en la República Checa de 3.500 millones de euros, una cifra mayor de la anunciada inicialmente. Al mismo tiempo la multinacional checa Škoda Auto invertirá unos 2.200 millones de euros en China durante los próximos cinco años para la construcción de fábricas en este país.
De acuerdo con el ministro de Relaciones Exteriores checo, Lubomír Zaorálek, se trata del resultado de un trabajo diplomático a medio plazo.“Esta visita es el momento cumbre de lo que hemos estado preparando un año y medio, cuando creamos el marco adecuado para que se firmara lo que se ha acordado estos días. Por ejemplo, la entrada de capital chino en las empresas de maquinaria Žďárské Strojírny y Ostravské Opravny a Strovirenské, o en la compañía química Moravské Chemické Závody, así como en el fondo de inversión de Moravia del Sur. Sigue sin poderse comparar con Alemania, que constituye el 12% de las inversiones extranjeras. China tiene de momento el 0,3%, así que estamos solo en los comienzos”.
Defender o no los derechos humanos
La presencia en Chequia de Xi Jinping y la intensificación de las relaciones económicas entre los dos países han sido sin embargo criticadas desde la oposición de derechas y desde algunos grupos de activistas. En su opinión el Gobierno no debería tender la mano a un país comunista conocido por la ocupación del Tíbet y las violaciones de los derechos humanos. En un debate televisivo, el exministro de Defensa y antiguo opositor al régimen comunista checoslovaco Alexandr Vondra acusó al Gobierno de servilismo.“El Gobierno está demostrando un comportamiento indigno y desmedido. Otros países, como Alemania y Gran Bretaña, también desarrollan una colaboración con China, pero en base a sus propios intereses. En nuestro caso no es así: los chinos traen su propuesta de declaración a Praga, la presentan y la imprimen tal cual. Eso es de un estado soberano indigno: pagamos un alto precio en forma de genuflexión y no recibimos nada a cambio”.
El ministro Zaorálek por su parte respondió a Vondra asegurando que sí que se habían realizado modificaciones en los acuerdos por petición de la parte checa. Remarcó asimismo que también se había hablado de derechos humanos con el presidente chino y que, gracias a su mayor intercambio con las naciones europeas, China poco a poco se irá europeizando.
En este sentido, Xi Jinping comentó públicamente en Praga la necesidad de universalizar los derechos humanos, matizando que cada país, por encontrarse en un estado de desarrollo diferente, puede aplicarlos de forma distinta. El mandatario chino también expresó su voluntad de seguir avanzando en la colaboración con Chequia en materia bancaria, altas tecnologías, educación y cultura.El martes las protestas contra la ausencia de libertades en China continuaron. Unas 500 personas se dieron cita en la isla de Kampa con pancartas que denunciaban la ocupación del Tíbet o la política marítima de China en el Sudeste Asiático, entre otros temas. Por la noche unos activistas proyectaron sobre el Castillo de Praga lemas sobre la misma temática.