La Virgen María del Exilio llegó a Praga hace 25 años
La estatua de la llamada Virgen María del Exilio cumple este martes el 25 aniversario de su instalación en el Monasterio de Strahov, en Praga.
Desde hace justamente un cuarto de siglo decora ese jardín una estatua de la Virgen María del Exilio, una réplica de la Virgen María de la columna mariana que en 1652 fue levantada en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga (Staroměstské náměstí). Fue en agradecimiento de la exitosa defensa de esta ciudad ante los ataques de las tropas suecas en 1648, según recordara en entrevista para Radio Praga el abad emérito del Monasterio de Strahov, Michal Josef Pojezdný.
”En tiempos difíciles las personas suelen dirigirse más que otras veces al Señor y a la Virgen María. Durante la invasión de las tropas suecas a Praga, le pidieron ayuda a la Virgen María, sabiendo de la enorme supremacía militar de los suecos. Luego, al derrotar al enemigo, los defensores de Praga estaban convencidos de que fue sólo gracias a un milagro, porque el enemigo había sido mucho más fuerte”.
Las masas populares derrumbaron en 1918 la columna mariana en Praga
La columna mariana, obra del destacado escultor barroco Jan Jiří Bendl, se había conservado en esa plaza céntrica de Praga hasta el año 1918. No obstante, tras la proclamación de la República Checoslovaca independiente una multitud desenfrenada derrumbó y destrozó el 3 de noviembre la columna, considerándola un símbolo del odiado Imperio austrohúngaro. De acuerdo con el abad emérito de Strahov, fue un acontecimiento muy doloroso tanto para la Iglesia como para muchas otras personas.”Para la Iglesia fue un suceso muy doloroso. Estoy convencido que casos similares resultan dolorosos para cada persona de cierto nivel cultural, porque fue un monumento barroco muy bello. Cuando se destruye el arte siempre está mal. Además, la Virgen María tiene para nuestra Iglesia un significado especial, dirigimos a ella nuestros rezos y le tenemos un gran aprecio, por lo que nos dolió que la columna fuera destrozada”.
Los checos en el exilio se encargaron de restablecer la estatua de la Virgen María de Praga
Desde entonces hubo varios intentos por recaudar finanzas para la realización de una fiel réplica de la columna mariana de Praga, sin embargo, todos fracasaron. Después de la Segunda Guerra Mundial y la llegada al poder en Checoslovaquia de los comunistas, un grupo de checos que se exiliaron en el extranjero huyendo del comunismo, asumió la tarea de mandar a hacer una réplica de la obra e hicieron una colecta financiera para materializar su plan, sostiene el abad emérito del Monasterio de Strahov, Michal Josef Pojezdný.
”Cuando en el año 1948 muchas personas tuvieron que abandonar el país dominado por los comunistas, deseaban conservar algún contacto con su patria. Los checos exiliados en Norteamérica decidieron pedir que se creara una escultura que recordara a la Virgen María de la columna mariana de Praga, destrozada el 3 de noviembre de 1918. El escultor italiano Alessandro Monteleone creó una estatua de la Virgen. No era una réplica fiel del original de la columna mariana de Praga, lo que fue imposible de hacer, pero era una estatua de la Virgen María que a los exiliados les hacía recordar el original de la capital checa”.La escultura fue realizada en el año 1955 y consagrada posteriormente por el nuncio apostólico Clemente Micara en el Colegio Pontificio Nepomuceno, en Roma. En mayo de ese mismo año la estatua de la Virgen María fue instalada en una abadía benedictina checa cerca de la ciudad estadounidense de Chicago, indica Pojezdný.
”Junto a esa estatua se reunían los checos residentes en Estados Unidos y también los que llegaban de otros países. Allí rezaban a favor de que al igual que la Virgen María salvó en 1648 a Praga de las tropas suecas, que protegiera a la República Checa ante los comunistas. Se propusieron también que cuando la República Checa volviera a ser libre, trasladarían la escultura de la Virgen María a Praga, imaginándose que sería instalada en la Plaza de la Ciudad Vieja”.
La Virgen María del Exilio llega a Strahov en 1994
Tras la Revolución de Terciopelo de 1989, los checos residentes en Estados Unidos decidieron realizar su plan de trasladar la estatua de la Virgen María de Chicago a Praga. Esto sucedió en 1993, pero debido a que no era una réplica fiel del original de la derrumbada en 1918 columna mariana, no pudo ser instalada en el lugar deseado en el centro de la capital checa.Los organizadores del traslado de la obra pidieron entonces permiso al abad del Monasterio de Strahov para instalarla en el jardín del monasterio, donde hay una hermosa vista panorámica de Praga. La llamada desde entonces Virgen María del Exilio se encuentra allí desde el 7 de mayo de 1994, recuerda Michal Josef Pojezdný.
”Fue una fiesta muy bonita, en el patio del Monasterio de Strahov, junto a la iglesia de la Asunción de la Virgen María, se celebró una misa a la que llegaron muchas personas de Moravia, de todos los rincones de la República Checa. Y también checos del exterior. La misa fue celebrada por el cardenal Miroslav Vlk, y luego hubo una procesión hacia el jardín monástico, donde la estatua fue levantada y nuevamente consagrada”.
La estatua de la Virgen María del Exilio está hecha de mármol de Carrara, extraído de las canteras de los Alpes Apuanos, en Italia. Al lugar vienen tanto turistas como peregrinos de Chequia y del extranjero, dice Pojezdný.
“Durante los 25 años que la estatua se encuentra en nuestro jardín, cada primer sábado del mes, después de la misa de la tarde se realiza una peregrinación desde la iglesia de la Asunción de la Virgen María hacia la escultura situada en el jardín del Monasterio de Strahov. Allí rezamos por nuestra patria y por el restablecimiento de la columna mariana en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga. Y cada año, el primer sábado de mayo, comienza aquí una peregrinación a pie a través de Praga”.
Una fiel réplica de la estatua de la Virgen María que había formado parte de la columna mariana en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga se puede ver junto a la entrada lateral a la iglesia de Nuestra Señora de Týn, en la mencionada plaza, y es obra del escultor checo Petr Váňa. A su vez, fragmentos de la columna mariana destruida por la muchedumbre en 1918 se guardan en el lapidario del Museo Nacional, situado en el Área de Exposiciones de Holešovice, en Praga.