Comunistas se preparaban para cercar las fronteras desde 1945
Exiliados y emigrantes. Unos huyeron de la Checoslovaquia comunista por temer por su vida, los otros por no ver ninguna perspectiva profesional, explica Adolf Rázek, de la Oficina para la Documentación y la Investigación de los Crímenes del Comunismo.
El régimen comunista checoslovaco necesitaba mano de obra. Ésta fue la razón principal por la que impedía a los ciudadanos salir del país tras el golpe de Estado de Febrero de 1948 y porque edificó en la frontera el “Telón de Acero”, dice Adolf Rázek.
“La vida de la gente políticamente incómoda estaba en peligro. Los escultistas, miembros de la asociación de gimnasia Sokol, soldados, representantes de partidos políticos huían como exiliados. Y después había muchas personas que sabían que el sistema comunista no les permitiría crecer profesionalmente, ya que en este régimen no decidían la cualificación y las calidades personales, sino el carné de miembro del Partido Comunista. Los comunistas se esforzaron en impedir la fuga de cerebros y no se trataba sólo de los sectores técnico o científico, sino también de deportistas”.
Los comunistas empezaron a prepararse para asumir el poder inmediatamente después de terminar en mayo de 1945 la Segunda Guerra Mundial y aparte no dejaron ni las fronteras. Según sostiene Adolf Rázek, como un Gran Maestro de ajedrez los comunistas siempre tenían calculadas dos jugadas por delante.
“Para cerrar las fronteras necesitaban personas de confianza, así que crearon sus propios destacamentos de policía. Ello pasó inadvertido por los demás partidos no comunistas que se interesaban sólo por su política. Es una situación análoga a la actual. Yo afirmo que lo que ocurrió entre los años 1945 y 1948 pasa de manera similar, aunque más sofisticada, hoy. Nos lo presentaron los diputados durante la elección presidencial”.
La Seguridad del Estado infiltró los campos de refugiados con su gente que fingía la emigración para reunir información sobre los trayectos de fuga y sobre los agentes-peatones que regresaban al país.
Según datos de la Oficina para la Documentación y la Investigación de los Crímenes del Comunismo, entre los años 1948 y 1989 perdieron la vida durante un intento de cruzar la frontera occidental checoslovaca como mínimo 282 personas. Del otro lado, perecieron como mínimo 584 efectivos de la guardia fronteriza, la mayoría de ellos a consecuencia de diversos accidentes.
“Las fugas al exilio” fueron el tema de una de las veladas del festival internacional contra el totalitarismo, el mal y la violencia, Mene Tekel, que se celebra esta semana en Praga ya por segunda vez para recordar los sucesos del 25 de Febrero de 1948 y sus consecuencias para el pueblo checo.