La situación de la Policía de Extranjería checa se vuelve crítica
Los extranjeros de los países no comunitarios que deseen obtener visado en la República Checa tienen que pasar muchas horas haciendo cola frente al edificio de la Policía de Extranjería, que es capaz de atender diariamente sólo una pequeña parte de solicitantes.
El Defensor del Pueblo, Otakar Motejl, señaló que las condiciones bajo las cuales los extranjeros no comunitarios obtienen los visados en la República Checa son poco dignas y humillantes. Prueba de ellos son las largas filas de solicitantes que se forman cada día frente al edificio de la Policía de Extranjería, en Praga. La mayoría de ellos, no llegan a ser atendidos el mismo día, según afirmó Evaristo García, de México.
“La situación a veces resulta realmente crítica, porque uno tiene que sacar su número, tiene que esperar muchas horas para que lo atiendan. La última vez que llegué a la Policía de Extranjería tuve que esperar prácticamente siete horas y finalmente no me atendieron, y era solamente un sello lo que necesitaba. Resulta bastante desagradable para nosotros los extranjeros pasar horas y horas y no conseguir lo que queremos”, destacó García.
La única manera de conseguir el visado es pasar la noche durmiendo en la acera para estar en la oficina entre los primeros al día siguiente, o recurrir a los servicios de los llamados mediadores, personas que cobran entre 20 y 80 euros por esperar en la cola en vez del solicitante.A pesar de que se trata de una actividad ilegal, la policía pocas veces logra reunir pruebas suficientes para acusar formalmente a estas personas, subrayó Vladislav Husák, director de la Policía de Extranjería de la República Checa.
“Es difícil monitorear la situación y, sobre todo, reunir suficientes pruebas para detener a los mediadores. Nuestro objetivo primordial es tomar medidas para prevenir la práctica de estas actividades”, destacó Husák.
Según el Ombudsman es necesario mejorar el sistema de trabajo de la Policía de Extranjería. Su dirección admite que no contaba con un flujo tan masivo de inmigración en el país y que registra una importante escasez de mano de obra. Husák estima que la situación podría resolverse a principios de octubre.
El número de inmigrantes se ha duplicado durante los últimos ocho años en la República Checa. Mientras que en 2001 se registró a unos 62 mil solicitantes de visado, hoy son 134 mil.