La segunda vida de los rollos de la Torá checos

Foto: Museo Judío de Praga

En el año 1964 el régimen comunista checoslovaco vendió al exterior más de 1500 rollos de la Torá albergados por el Museo Judío de Praga. Este otoño una parte de esta única colección ha vuelto a la capital checa para presentar su segunda vida en el país donde nacieron sus antiguos propietarios, judíos de Bohemia y Moravia que perecieron durante el Holocausto. En esta edición les acercaremos el destino de los rollos de la Torá checos, que se exponen actualmente en el Museo Judío de Praga.

¿Qué es un rollo de la Torá?

Es el objeto litúrgico más importante del judaísmo. Se trata de los primeros cinco libros del Antiguo Testamento en hebreo transcritos a mano por un escribano especial llamado sofer en una faja de pergamino de varios metros de longitud que está enrollada en dos palos llamados árboles de la vida.

Antes de la Segunda Guerra Mundial fue más bien una excepción que los rollos de la Torá aparecieran en las colecciones de los museos de las tierras checas. Debido a su valor sagrado las comunidades judías no se apartaban de los rollos voluntariamente. Además, el número de los rollos poseídos relataba sobre la posición económica y social de la comunidad.

La situación cambió tras la ocupación del país por la Alemania hitleriana. En mayo de 1942 la Central para la Emigración Judía, oficina nazi en Praga encargada de la cuestión judía, ordenó a las comunidades judías todavía existentes en el territorio del Protectorado de Bohemia y Moravia enviar todos sus objetos litúrgicos, libros y archivos al Museo Central Judío que se estaba construyendo en Praga.

La creación del Museo fue estimulada por miembros de la comunidad judía praguense para salvar los objetos cuyos propietarios fueron deportados a campos de concentración. En Praga se reunieron entonces casi 1800 rollos de la Torá.

Acabada la Segunda Guerra Mundial, las comunidades religiosas judías renacientes pedían al Museo Judío que les facilitara el equipo litúrgico necesario, incluyendo las Torás. Sin embargo, en la época turbulenta que siguió a la toma del poder por los comunistas muchas de las comunidades judías volvieron a desaparecer y los rollos regresaron a los depositarios del Museo Judío de Praga.

Los valiosos rollos de la Torá se convirtieron para el régimen comunista, que en 1950 estatalizó el Museo Judío, en una atractiva mercancía. En 1963 los trabajadores del Museo fueron obligados a preparar aproximadamente 1 500 rollos de la Torá para la venta al exterior.

En enero de 1964 los rollos fueron empaquetados y enviados en su conjunto a Londres, Gran Bretaña, con la condición de que no sirvieran para fines comerciales, sino religiosos y educativos. Lo importante fue que la colección no se dividió. Las finanzas para la compra de los rollos checos fueron proporcionadas por el comerciante y filántropo londinense Ralph Yablon.

En Londres, la colección despertó un gran interés. Los rollos de la Torá encontraron refugio en Kent House, la sede de la congregación judía de Westminster. Un año más tarde se encargó de ellos la institución Memorial Scrolls Trust.

En la actualidad los rollos de la Torá representan a la República Checa en el mundo entero, señala Dana Veselská, del Museo Judío de Praga.

"La institución Memorial Scrolls Trust de Londres presta los rollos a comunidades judías que reciben un certificado que indica de qué localidad checa provienen. Las comunidades intentan entablar contacto con los propietarios originales de la Torá, es decir con las víctimas judías checas y moravas del shoa".

Este otoño Memorial Scrolls Trust devolvió una parte de los rollos custodiados al Museo Judío de Praga para presentar su destino al público checo.

En las salas del Museo Judío de Praga están expuestos, entre otros, rollos cuya parte superior está decorada con tallados que representan lugares memorables de Jerusalén o motivos del zodíaco, como es el caso del rollo de la ciudad morava de Lostice, explicó Dana Veselská, que es a la vez comisaria de la exposición titulada "La segunda vida de los rollos de la Torá checos".

"De una colección privada proviene el rollo que en el año 1909 la comunidad judía del pueblo ucraniano de Korosten dedicó al zar ruso Nicolás II y su esposa. Probablemente después de la revolución bolchevique en 1918 fueron lanzados al mercado libre. El rollo se encuentra en el estuche original. La dedicatoria está ubicada en los cilindros de madera del rollo".

El texto en los rollos es absolutamente idéntico. Se trata de una copia estricta de los cinco libros de Moisés, denominados también el Pentateuco. En caso de que a la hora de transcribirlos el escribano cometiera un error y el fallo no se pudiera corregir, había que enterrar la Torá en un lugar especial en la sinagoga o en el cementerio judío.

El rollo de la Torá se guarda en Arón HaKodesh, arca sagrada ubicada en la sinagoga que se cierra con llave. Después de leer de la Torá, el pergamino se envuelve con una faja, luego al rollo se le pone una funda textil y se decora con adornos de plata. En la parte delantera se cuelga un escudillo y un puntero que sirve para seguir el texto leído. Sobre los extremos de los rollos pueden colocarse adornos en forma de granadas o coronas. Al final el rollo de la Torá vuelve a custodiarse en el armario sagrado.

La faja para la Torá es una cinta larga de tela que surgió al cortarse el pañal en el que estuvo envuelto el chico judío durante la circuncisión, precisó Dana Veselská.

"El pañal se lava, se corta en fajas que se cosen junto para formar una serpiente larga en la que se borda una inscripción dedicatoria: Yo soy el padre y lo dedico a mi hijo - sigue su nombre - que nació ese día en ese año. A veces está indicado también el lugar del nacimiento".

Dana Veselská agregó que en los siglos XVI y XVII las fajas para la Torá podían sustituir las partidas de nacimiento y facilitaban la identificación de las personas.

"En el siglo XVIII ocurrió en Alemania que un judío trataba de ocultar su pasado. El juez le preguntó donde estaba su mapa, es decir su faja. La trajeron y averiguaron enseguida cuándo y dónde había nacido".

La faja se decoraba a veces, por ejemplo, con motivos que representan al signo del Zodíaco que correspondía al niño nacido o el deseo para que el niño fuera rápido o fuerte, como el animal reproducido.

Algunas veces se añadía la bendición: que dios le haga crecer hacia la Torá, la "jupá" y hechos buenos, lo cual significa, que sea una persona educada, que se case y que tenga hijos, puesto que "la jupá" es el palio nupcial, y que sea una persona buena.

No siempre se ha conservado la capa o sea la funda con la que iba vestido el rollo de la Torá. Una excepción es la capa de Litomysl del año 1902, que también se puede ver estos días en el Museo Judío de Praga.

"La inscripción que lleva dice que surgió para recordar el rollo de la Torá que salvó el comerciante de Litomysl, moshe Popers, de las llamas. Comprobamos en los archivos que realmente durante la segunda fiesta de Januká en 1902 quedó destruida por un incendio la sinagoga de Litomysl, el señor Popers salvó el rollo siendo éste el objeto más valioso de la comunidad. El rollo no se ha conservado, solamente la funda de textil".

Dana Veselská, del Museo Judío de Praga, subrayó que los casi 1 500 rollos de la Torá de Bohemia y Moravia no abandonaron su país de origen por una vía estándar, adquirieron, no obstante, la oportunidad de funcionar activamente en nuevas comunidades judías, iniciar su segunda vida.

"Su papel como representantes de las comunidades judías de Bohemia y Moravia en el mundo es increíble. Las congregaciones que recibieron prestados los rollos organizan actividades para conmemorar a las víctimas judías. Celebran oraciones por los muertos durante las cuales se leen listas con los nombres de los judíos deportados a los campos de concentración de los lugares de los que procede el rollo".

La exposición "La segunda vida de los rollos de la Torá checos" permanecerá en el Museo Judío de Praga hasta el 28 de enero del próximo año.