La rotonda de San Pedro y San Pablo: la construcción más antigua de Chequia
Ubicada en Budeč, un asentamiento del que solo queda el nombre, la rotonda de San Pedro y San Pablo data de finales del siglo IX y es, por lo tanto, la construcción en pie más antigua del país. En este paseo, el guía Michal Bařinka nos cuenta los detalles históricos y arquitectónicos de un lugar tan fundamental como poco conocido.
“La mayoría de la gente no sabe mucho de Budeč, y, a veces, lo descubren más bien de casualidad”.
Sobre una colina a dieciocho kilómetros al noroeste de Praga, se levanta una misteriosa iglesia bordeada por un cementerio. Emplazada en el asentamiento altomedieval de Budeč, la rotonda de San Pablo y San Pedro es, sin lugar a dudas, uno de esos sitios donde se respira la historia, lo cual no debería sorprender a nadie teniendo en cuenta lo que explica el guía Michal Bařinka.
“Este lugar es, sin dudas, muy significativo para la República Checa porque aquí se encuentra la construcción en pie más antigua del país, aunque, por otro lado, tengo la sensación de que la mayoría de la gente no sabe mucho de Budeč, y, a veces, lo descubren más bien de casualidad, porque estamos entre Zákolany, que tiene una estación de tren, y el castillo Okoř, que es un destino turístico muy popular”.
No obstante, el lugar cuenta también con un público fiel que ya lo conoce y vuelve cada tanto en largas excursiones a pie o bicicleta. Aunque la rotonda ha sido reconstruida varias veces a lo largo de los años, su nave central, que tiene una altura de más de doce metros, ha conservado su forma original. En cuanto a su interior, se sabe que resultó muy dañado por un incendio en 1876 y, en su momento, hubo un altar realizado en 1926 por el tallador František Vavřich, quien había colocado en el centro un Cristo Crucificado de finales del siglo XVI junto a las estatuas de los apóstoles que dan nombre a la rotonda. San Pedro y San Pablo aparecen hoy en un llamativo púlpito renacentista de piedra.
“La rotonda la mandó construir entre los años 895 y 905 el príncipe Spytihněv y las fuentes históricas muestran que, efectivamente, era uno de los tres santuarios cristianos de Bohemia. En la actualidad, se trata de la construcción conservada más antigua de nuestro país, lo cual se debe también a que las otras dos no han sobrevivido o, al menos, no en su forma original, como es el caso de la Iglesia de San Clemente en Levý Hradec y la Iglesia de la Virgen María en el actual Castillo de Praga”.
Aunque ya no existe, los restos de esa iglesia se pueden ver detrás de un vidrio en uno de los patios del castillo. En ese mismo sitio, una construcción muy antigua que permanece intacta es la iglesia de estilo románico de San Jorge que proviene, en realidad, del siglo X, mientras que la rotonda de Budeč se levantó a finales del siglo IX. También en la capital checa se encuentran otras rotondas muy famosas, como la de San Martin en Vyšehrad, la de San Longino, a pasos de Karlovo náměstí, y la del Encuentro de la Santa Cruz, cerca del Teatro Nacional. Sin embargo, esas tres rotondas son románicas, mientras que la de San Pedro y San Pablo es la única rotonda prerrománica de toda Chequia.
“Aquí hubo una construcción muy intensa, la parte conservada es la nave central que data del cambio del siglo IX al X, por eso la denominamos prerrománica, aunque a esa nave se le fueron agregando otras partes: tenemos una torre románica, un presbiterio del Renacimiento tardío y también una sacristía barroca, así que se trata de una especie de mosaico en lo que respecta a estilos arquitectónicos”.
Además de constituir un hermoso escenario natural en el que no falta, sin embargo, una pequeña tienda para refrescarse o incluso probar alguna delicia checa, el área de Budeč, que en 1962 ha sido declarada monumento nacional, tiene un gran valor simbólico porque se menciona en una antigua leyenda eslava del siglo X. Pero además, la rotonda de San Pedro y San Pablo que, dicho sea de paso, hoy aparece en el escudo de armas del municipio de Zákolany, ni siquiera perdió, en la actualidad, su aspecto religioso.
“Siempre se celebra misa una vez al mes aquí e incluso dos veces al año seguimos teniendo misas de peregrinación: una en el día de San Pedro y San Pablo, ya que esta edificación está dedicada a ellos, y luego, la segunda, que tiene lugar el 28 de septiembre por la festividad de San Venceslao, que es el patrono de Chequia y está legendariamente asociado a Budeč, ya que, de acuerdo a la leyenda, Venceslao aprendió aquí latín”.
Cabe aclarar que la rotonda no era el único templo que había en esta zona. De hecho, hoy es posible ver los cimientos de otra iglesia en Budeč, la de la Natividad de la Virgen María, que fueron descubiertos en la década del setenta durante una excavación arqueológica. Gracias a esas investigaciones y algunos documentos escritos se pudo reconstruir su apariencia y descubrir que fue levantada durante la segunda mitad del siglo X. También se sabe que, luego de varias décadas de deterioro, la iglesia dejó de funcionar en 1786. Es decir, que, más allá de los cimientos de esa segunda iglesia, todo lo que queda de Budeč es su propio nombre, la rotonda de San Pedro y San Pablo y, por supuesto, el actual cementerio, cuyos muros, según dicen algunas fuentes, están hechos con la piedra de aquella iglesia destruida.
“Ya había algunos entierros cerca de la Iglesia de la Natividad de la Virgen María en el siglo X, pero en este cementerio actual, en las inmediaciones de la rotonda, hubo entierros a partir de 1836, y si paseamos por el cementerio veremos, principalmente, tumbas y lápidas de los siglos IX y XX, y todavía hoy se siguen haciendo entierros”.
Otro dato interesante es que, durante algún tiempo, se pensó instalar en Budeč un cementerio nacional destinado a personalidades destacadas del país, lo cual se terminó haciendo, por supuesto, en el de Vyšehrad.
Aunque no recuerda exactamente cuánto hace que trabaja como guía en Budeč, Michal Bařinka calcula que ya lleva más de una década y aprovecha para informar a los interesados que las visitas a la rotonda de San Pedro y San Pablo (que, al principio, solo era, en realidad, de San Pedro) se realizan los fines de semana entre finales de mayo y fines de septiembre. Es decir que la temporada culmina, como no podía ser de otra forma, el día de la festividad de San Venceslao.
“San Venceslao, el patrono de Chequia, está legendariamente asociado a Budeč ya que, de acuerdo a la leyenda, vino a aprender aquí latín”.
“Mis colegas y yo nos turnamos, no estoy aquí todos los fines de semana. En realidad vengo un par de fines de semana por temporada, así que no es un trabajo tan exigente. Además cada paseo es siempre un poco distinto, porque, a diferencia de los tours convencionales por los grandes castillos, aquí no tenemos tanta prisa por mostrarlo todo. De hecho, la presentación puede adaptarse más al turista y lo que realmente le interesa, ya sea la figura de San Venceslao, la arquitectura de la época o incluso la vida entre los siglos IX y X. Eso es lo hermoso de este trabajo: lo que más disfruto es que cada paseo se pueda personalizar de acuerdo al grupo y por eso cada visita es distinta”.
Aclara Michal Bařinka que Budeč no es ni será uno de los sitios checos más famosos entre los turistas extranjeros porque, en efecto, se trata de esos monumentos históricos que no se encuentran a simple vista. Sin embargo, asegura que unas dos veces por temporada, llegan también algunos extranjeros que, quizás en medio de unas vacaciones un poco más largas de lo habitual, descubren esta joya que incluso algunos locales desconocen.
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