La RCh seguirá con la ratificación de la Constitución de la UE

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La República Checa continuará con el proceso de ratificación de la Constitución de la Unión Europea, independientemente del "NO" de Francia y Holanda a ese documento.

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Praga propondrá a Bruselas una prórroga del proceso de ratificación de la Carta Magna comunitaria para después del año 2006, con el fin de ofrecer a las naciones de Europa el tiempo suficiente para reconsiderar su postura frente al documento. El gabinete checo acordó este miércoles contribuir de esta forma al proceso de ratificación de la Constitución comunitaria, después de que Francia y Holanda lo rechazaran.

El Gobierno de coalición checo reafirmó que en la RCh el proceso de ratificación seguirá de acuerdo al proyecto original. El democristiano Partido Popular propuso suspender la campaña, pero los demás partidos gubernamentales lo rechazaron. En opinión del vicepresidente de la liberal Unión de la Libertad, Frantisek Pelc, convendría, no obstante, moderar un poco el ritmo de la campaña.

"Naturalmente, la moderación del proceso de ratificación no significa que consideremos muerta la Constitución de la Unión Europea. Simplemente creo que cierto aflojamiento del proceso no afectará a la Constitución, sino todo lo contrario".

El "NO" de Francia y Holanda a la Constitución comunitaria demostró que las naciones de Europa necesitan cierto tiempo para asimilar las ventajas que brinda la Unión. Acelerar el proceso de ratificación podría resultar contraproducente, afirma Jana Hybásková, eurodiputada checa.

"Si el 63 por ciento de los habitantes de Holanda rechazó la Constitución de la UE, es evidente que ese país no está convencido de la integración europea. Creo que Europa necesita todavía algún tiempo para adaptarse a las nuevas condiciones y aceptar los beneficios que brinda la Unión Europea".

Jana Hybásková  (Foto: CTK)

Una postura negativa frente a la Carta Magna comunitaria la sigue manteniendo el presidente checo, Václav Klaus, para quien el rechazo de Francia y Holanda confirmó que ese documento estaba definitivamente muerto.

Václav Klaus dijo que si alguien trató de interpretar el "NO" de Francia como una excepción, un episodio casual en la ratificación, la negativa de otro país habrá convencido a todos del rechazo de los habitantes de Europa a la Carta Magna comunitaria.

El presidente Klaus acotó que confía en que también el pueblo checo demostrará su sabiduría y no se dejará cegar por la propaganda.