La Policía checa actuó correctamente en el tiroteo de Uherský Brod
La investigación policial independiente ha dictaminado que la Policía checa actuó correctamente en el tiroteo del pasado 24 de febrero en Uherský Brod, en el que un perturbado mató a ocho personas en un resturante antes de suicidarse.
¿Qué hubiese pasado si el equipo de intervención hubiese llegado antes? ¿Fueron correctas las comunicaciones que tuvo la Policía con el asesino y con el Ayuntamiento? Éstas son otras de las preguntas que saltaron al aire tras esa fatídica tarde y que pronto el Ejecutivo rechazó, tachando la actuación de acertada para una situación tan intensa y estresante.
La investigación interna de la Policía, tras examinar todas las comunicaciones relacionadas con el incidente y entrevistar a los interesados, ha dictaminado que los agentes reaccionaron correctamente y de acuerdo con sus reglas y responsabilidades.
El jefe de la investigación, Michaela Hýbnerová, decía esto acerca de la decisión de los policías de batirse en retirada cuando fueron atacados por el hombre armado.“Teniendo en cuenta el hecho de que los policías no podían continuar con la acción sin poner en peligro la vida de los que estaban dentro del restaurante, se decidió abandonar el vestíbulo principal. Ellos inmediatamente pidieron refuerzos a otras unidades. Evaluamos esta acción con respecto a la ley y el reglamento interno y encontramos que estaba de acuerdo con todas las medidas legales”.
En sus conclusiones, Asuntos Internos esclarece ahora que cuando la Policía llegó al lugar de los hechos se desconocía cuántos rehenes podía haber y si el secuestrador iba realmente armado. También, sostiene que una de las mujeres heridas que logró escapar no supo explicar la situación que se estaba produciendo.
Y es que cuando los policías entraron por primera vez, vieron un cuerpo en el suelo, pero no pudieron saber si la persona estaba muerta o simplemente se protegía. Más tarde, cuando se abrieron las comunicaciones con el asesino, éste afirmó tener cinco rehenes ilesos que estaba dispuesto a liberar si se le daba acceso a hablar por televisión. Sólo cuando el secuestrador decidió no hablar más, fue cuando la fuerza de intervención entró en el local.A pesar de que el balance de la actuación es positivo, los investigadores sugieren que hubiese hecho falta un psicólogo para tranquilizar al hombre que permaneció todo el secuestro escondido en el baño; que las comunicaciones entre la Policía, el Ayuntamiento y la prensa podrían haber sido mejores, y, finalmente, se postulan dudas acerca de la conducta de uno de los policías que tomó el mando en uno de los momentos.