La paz social reina en el palacio de Letovice

Ramón Llinàs i Vila, foto: Zámek Letovice

El artista español Ramón Llinàs i Vila expone en el palacio de Letovice su particular visión de las sociedades europeas tras el trauma de la crisis económica. Las obras expuestas, creadas por Llinàs en los últimos cuatro años, encuentran su fuente de inspiración en el arte pop neoyorquino de los años 80.

Ramón Llinàs i Vila,  foto: Zámek Letovice
Muchas veces se ha puesto en cuestión si el arte debería comprometerse social y políticamente o dedicarse más bien a la introspección personal del artista. El pintor español Ramón Llinàs i Vila por su parte vence esta dicotomía y supone un ejemplo de cómo alcanzar el equilibrio entre lo personal y la problemática colectiva, como puede comprobar el público asistente a la exposición ‘Paz Social’, organizada en el palacio de Letovice, en Moravia del Sur.

La colección reúne lo producido por Llinàs en los últimos cuatro años y recoge una interesante variedad de técnicas y formatos, comenta el pintor.

“Unas cien obras. Hay pequeñas pero también hay de gran formato. Hay una gran parte de las obras que se hacen sobre material reciclado, hay frescos sobre latas de cerveza, por ejemplo. Son todo, casi el 90% con un mensaje de paz social, de compartir, de unir Europa. Hay cosas muy básicas en el ser humano que son necesarias, tanto el sexo como el comer, el divertirse y compartir, intentar ver el vaso medio lleno y tirar hacia adelante”.

De hecho ‘Paz Social’ consiste primordialmente en un mensaje esperanzador lanzado a una sociedad desorientada, convulsa tras el seísmo de la crisis económica mundial, que necesita refundarse y encontrar de nuevo su sitio, prosigue Llinàs.

Pintura de Ramón Llinàs i Vila,  foto: archivo del pintor
“Esta crisis económica, el pueblo, la clase media de Europa, no tenemos ninguna relación con esta crisis. La han creado los grandes lobbies financieros del mundo, los europeos evidentemente. Yo creo que la colección es básicamente una pinacoteca de los últimos cuatro años. Pero hay una parte que pide, porque yo a veces escribo también pequeñas frases o conceptos, que la vieja Europa no se deje hundir por esta crisis económica. Hay una gran capacidad, sobre todo de Moravia. La gente trabaja, mira hacia adelante, no se hace responsable del pasado, porque tú no puedes hacerte responsable de tu pasado, sino de tu presente y de tu futuro”.

Las obras de Llinàs, que podrían describirse como figuración abstracta, abundan en contrastes de color y sombra, y en ellas encontramos influencias de distintos orígenes: la Movida madrileña, el arte Povera, por ejemplo, pero principalmente del arte pop norteamericano, subraya el artista.

Pintura de Ramón Llinàs i Vila,  foto: archivo del pintor
“Hay mucha figuración, pero pop, podríamos definirlo así. Mi gran mentor inicial fue Keith Haring, que era más grafista, pero en todas sus obras ponía un mensaje. Depende del crítico o del mentor de arte que las ve, alguien dice que hay mucho de Liechtenstein, otros de Andy Warhol, que por cierto era checoslovaco de origen. Soy muy de los años 80 de Nueva York, que yo viví allí en esa época. Esa técnica la llevas dentro aunque vas evolucionando”.

Esta estética, poco común en Europa Central, es precisamente un atractivo más para el público checo, afirma Llinàs.

“Los artistas del sur de Europa quizás usamos menos colores, somos más dramáticos, mediterráneos, y queremos hacer siempre un reflejo del momento social. En principio, las obras un poco oscuras, en blanco y negro, con mucha fuerza, les sorprenden realmente. Ya con el tiempo, conviviendo con ellos, vas adaptándote a sus necesidades y vas añadiendo colores. Hay gente que no entiende, pero la mayoría de la gente que va a las exposiciones (en Orlovna, en 2012 fue el artista más visitado de toda la temporada) tiene una gran curiosidad por ver puntos de vista que no tienen nada que ver con una estructura académica”.

Pintura de Ramón Llinàs i Vila,  foto: archivo del pintor
La exposición cuenta además con el aliciente de tener lugar en el bello entorno del palacio de Letovice, parcialmente restaurado, que ya por sí mismo justificaría el desplazarse a este pueblo de Moravia del Sur, añade Llinàs.

“Tiene más de 300 años de historia. Hay partes reconstruidas y hay partes muy discontinuas, que están muy destruidas, y eso para el espectador, que puede comparar obras tan contemporáneas con cosas tan antiguas, para restaurar, es la gran simbiosis de la sociedad actual. Por eso me gustó y me sorprendió muchísimo que el señor Martin Daniel pudiera hacer la exposición ahí”.

La puesta en marcha de ‘Paz Social’ en Letovice no es un proyecto súbito y aislado, sino que forma parte de la especial relación que se estableció entre Ramón Llinàs y la República Checa hace cuatro años.

“A partir de 2010 contacté con un comisario, y artista también, del museo de Kroměříž. Entonces programamos una exposición para 2012 en la galería Orlovna. Vine a la República Checa, para conocer, y mi impresión personal de la vida social, del nivel de cultura, sobre todo de la parte de Moravia, donde he expuesto más, me dejó completamente enganchado, sería la palabra”.

Ramón Llinàs i Vila,  foto: Zámek Letovice
El flechazo del pintor con Moravia marcó el comienzo de un ir y venir entre la República Checa y España y el crecimiento progresivo de Llinàs en el mundo cultural checo.

“Entré en contacto también con la Unión de Artistas de Olomouc, he viajado mucho, he hecho exposiciones colectivas en Karlovy Vary, en el DOX de Praga, en muchas galerías, sobre todo de Moravia. Gracias al director artístico y coleccionista de arte Martin Daniel, que conocí al visitar el castillo, me propuso hace un año hacer una exposición en Letovice”.

Tal es la nueva implicación de Ramón Llinàs con Moravia que el pintor planea trasladarse en breve a la República Checa e iniciar así un nuevo capítulo de su vida. 'Paz Social' permanecerá expuesta hasta el 31 de octubre.

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Autor: Carlos Ferrer
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