La obesidad infantil acorta la vida en hasta 30 años
La mejora de la calidad de vida y la producción industrial de alimentos han contribuido al incremento de la obesidad entre los niños. La tendencia, que se ha visto agravada por la pandemia del COVID-19, se registra también en Chequia.
Mientras que el número de niños malnutridos en el mundo va en baja, la tasa de obesidad infantil no deja de crecer. De acuerdo con la revista médica The Lance, en el año 2022 la obesidad dominará sobre la desnutrición por primera vez en la historia.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 17 niños menores de cinco años sufre sobrepeso. Alrededor de la mitad vive en Asia, una cuarta parte en África. En los países desarrollados el sobrepeso y la obesidad afectan principalmente a los niños de familias de bajos recursos.
Los expertos afirman que el problema es patente también en la República Checa y, como en otros países, ha deteriorado en consecuencia de la pandemia del coronavirus que ha confinado a los menores en casa y los ha privado de sus pasatiempos habituales.
El experto en obesidad, Zlatko Marinov, afirma que en Chequia se puede hablar de una crisis. Antes de la pandemia, las estadísticas ofrecían datos más bien favorables que no señalaban un aumento de la tasa de obesidad. No obstante, en los últimos dos años el número de casos de sobrepeso y obesidad en la población ha aumentado en un 5% en ambos casos y los número absolutos son alarmantes, según dijo Marinov a la Radio Checa.
“Antes de la epidemia del coronavirus, un 25% de la población sufría sobrepeso y un 16% de los niños era obeso. Pero ahora, dos años después, vemos que las cifras se han disparado a valores muy diferentes. El 30% de los niños tiene sobrepeso, y el 20% sufre obesidad, es decir el 20% de la población infantil está enferma. Y lo que es peor es que de los 32 000 niños que tenían obesidad extrema hemos pasado a 40 000”.
En promedio, los niños han subido unos tres kilos durante la pandemia. En un 40% de los casos, las familias lograron mantener su estilo de vida habitual y previnieron que los niños sufrieran el impacto del confinamiento. No obstante, en el caso de otro 40%, el entorno en el hogar se convirtió en tóxico y hay niños que subieron incluso 15 o 20 kilógramos, afirma Marinov.
El experto explica que, mientras que el sobrepeso indica un nivel elevado de masa corporal, no causa problemas de salud. Por el contrario, la obesidad brinda toda una serie de riesgos.
Entre ellos figuran enfermedades cardiovasculares, la resistencia a la insulina o la diabetes, de acuerdo con Zdeněk Hamřík, jefe de la Cátedra de Recreología de la Faculta de Cultura Corporal de la Universidad Palacký de Olomouc. Al mismo tiempo afirma que, la adolescencia es un periodo clave, dado que es cuando se fijan hábitos esenciales en torno a la nutrición, el equilibrio o desequilibrio entre la energía adquirida y emitida, la longitud y calidad del sueño o el tiempo pasado de manera sedentaria.
Muchos de estos factores se han visto impactados durante la pandemia, abriendo paso a la obesidad que, según enfatiza Zlatko Marinov, tiene también otra consecuencia alarmante.
“Una de las consecuencias de largo plazo es la reducción de la esperanza de vida, porque los 40 000 niños vivirán una tres décadas menos debido a la obesidad. Son personas que morirán antes pero con un cuerpo devastado y que, además supondrán, una carga extrema para el sistema sanitario, que explotarán de manera sistemática”.
De acuerdo con Marinov, con el estado actual de las cosas es demasiado tarde para la prevención, ya que las medidas ya no tendrían efecto. Lo que se necesita es un tratamiento eficiente y funcional. Según explica, este está disponible para todos los niños obesos a un precio asequible. No obstante, hace falta contar con el seguro médico cubre solo una parte de los gastos, la otra tienen que asumirla las familias.