La manifestación contra el comunismo concentra en Praga a apenas 500 personas

Foto: ČTK

La manifestación en rechazo de la presencia del Partido Comunista en las instituciones atrajo este lunes a tan solo unas 500 personas a la plaza de la Ciudad Vieja de Praga. En general, de uno y otro lado, los actos con motivo del 65 aniversario de la toma de poder de los comunistas tuvieron lugar de manera más bien tibia.

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Este lunes se cumplió el 65 aniversario de la toma de poder que supuso el inicio del régimen comunista en Checoslovaquia a partir de febrero de 1948. La fecha sirvió de marco para diversas manifestaciones públicas, tanto de nostálgicos como de anticomunistas, que sin embargo no llegaron en ningún caso a suponer grandes demostraciones de fuerza.

El acto más multitudinario fue el organizado por la plataforma SinComunistas.cz (Bezkomunistů.cz), que congregó en la plaza de la Ciudad Vieja de Praga a apenas unos 500 manifestantes. Con pancartas y la presencia de una horca y una jaula roja, los presentes denunciaron los abusos cometidos durante los más de 40 años de régimen y protestaron por el creciente ascenso del Partido Comunista en el país. La falta de participación y el relativo fracaso de la iniciativa fue explicado por el líder de los organizadores, Petr Marek, señalando lo reciente del movimiento.

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“No se ha desarrollado como debiera debido a la diferencia moral que supone el hecho de que empezamos de nuevo, sobre terreno virgen. Es algo que tenemos que empezar a solucionar ya”.

Desde las últimas elecciones regionales de 2012, el Partido Comunista checo forma parte del gobierno de 10 regiones, en ocho en coalición con los socialdemócratas. En la mayoría se han formado movimientos de protesta que piden el fin de esta alianza política.

La más destacada es la de Bohemia del Sur. Una iniciativa pide allí la salida de los comunistas del gobierno regional desde noviembre del año pasado. Posiblemente sus presiones hayan tenido algo que ver en la renuncia de la consejera de Educación de la región, la comunista Vitězlava Baborová, que adujo problemas de salud. También en Bohemia del Sur se pide la dimisión del consejero comunista Václav Kučera, tras conocerse su colaboración con la policía secreta del régimen, la StB. En este caso sin embargo, Kučera ha anunciado que no dejará el cargo.

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Volviendo a la capital, y cambiando de bando, los comunistas celebraron el aniversario homenajeando en el cementerio de Olšany al primer presidente comunista de Checoslovaquia, Klement Gottwald, cuyo papel fue decisivo en el golpe de febrero de 1948.

La diputada comunista Marta Semelová alabó durante el acto el papel histórico de Gottwald.

Marta Semelová
“Abrió el camino a una vida mejor no solo para un puñado de elegidos, sino para toda la gente que quiere vivir decentemente”.

El homenaje junto a la tumba de Gottwald contó con la presencia de varias decenas de personas, a las que se unió un grupo de militantes anticomunistas que acudió para contrarrestar el acto. Aunque hubo enfrentamientos verbales, en ningún caso el asunto llegó a mayores.

Al parecer la sociedad checa está perdiendo poco a poco el miedo al Partido Comunista. Después de su mencionada entrada en los gobiernos regionales, todo apunta a que una victoria electoral de los socialdemócratas en las elecciones generales puede venir seguida de una coalición de gobierno con ministros comunistas. Esto no ha impedido que el Partido Socialdemócrata siga primero en intención de voto con una amplia ventaja.

En unas hipotéticas elecciones generales el Partido Comunista contaría con el apoyo del 17% del electorado. Por su parte los partidos de derecha y centro derecha que componen el actual gobierno se encuentran en retroceso, acosados por diversos escándalos de corrupción y el rechazo a su política de recortes sociales y austeridad presupuestaria.