La izquierda consigue un presupuesto más social, pero a costa de un mayor déficit

Foto: ČTK

Socialdemócratas y comunistas han conseguido modificar el presupuesto para 2010 para evitar la reducción en gastos sociales y la bajada de sueldos a los funcionarios. El país se endeudará así 465 millones de euros más de lo previsto.

Foto: ČTK
Después de un debate maratoniano, la votación por el presupuesto de 2010 acabó con el primer ministro echándose las manos a la cabeza, la izquierda exultante y el Partido Cívico Democrático fuera de la sala.

Y es que a pesar de que el déficit presupuestario se había aprobado con anterioridad y fijado en unos 6.250 millones de euros, socialdemócratas y comunistas encontraron una vía para aumentarlo y salvar parte de las políticas sociales del Estado. Así, se gastarán 146 millones de euros más en servicios sociales, 57 más para subvenciones a la agricultura y 261 más para educación y oficinas públicas, un desembolso que evitará el recorte de los sueldos de los funcionarios que planeaba el Gobierno.

Esta modificación se ha hecho a costa de reducir otros gastos como los pagos de deuda pública, pensiones o seguro médico. Un trasvase que el líder socialdemócrata, Jiří Paroubek, considera legítimo.

Jiří Paroubek,  foto: ČTK
“Hemos respetado lo que teníamos que respetar, es decir, el volumen de gastos e ingresos previsto. Creo que un cambio de la estructura del presupuesto es totalmente legítimo, y las modificaciones que hemos hecho crean un presupuesto más justo para la gente. Y además, el cambio de estructura presupuestaria que hemos forzado constituye únicamente un uno por ciento”.

La derecha, sin embargo, opina que realmente se ha trampeado el presupuesto, ya que estos conceptos, como el pago de las pensiones, son obligatorios para el Estado por ley, y el Gobierno tendrá que hacerse cargo de ellos de alguna manera, aunque no figuren en el presupuesto. De este modo, en la práctica, el déficit estatal aumentará en unos 465 millones de euros.

El Partido Cívico Democrático, presidido por Mirek Topolánek, estuvo a punto de votar en contra y dejar al país con un presupuesto provisional, sin fuerza de ley. En el último momento, sin embargo, sus diputados salieron de la sala, permitiendo a la izquierda alcanzar el quórum necesario.

Jan Fischer,  foto: ČTK
Para el primer ministro, Jan Fischer, máximo valedor del presupuesto original, la jornada del miércoles supone una decepción, pero no deja de tratarse de un mal menor.

“Pedí a los diputados de la derecha que tomaran en cuenta cuál era la alternativa, porque la otra opción no era otra cosa que un presupuesto provisional. Y esto habría llevado al país a la inseguridad civil, no únicamente económica o financiera. En 2010 nos esperan muchos problemas en las finanzas públicas, y yo esperaba que podríamos atajarlos con el presupuesto que propusimos desde el Gobierno”.

La deuda de la República Checa se planta así en unos 51.000 millones de euros. Solo en concepto de intereses, el país deberá pagar el año que viene más de 2.200 millones de euros.