La inmigración ocupa la agenda de los políticos europeos
La actualidad política de Europa sigue estando marcada por la inmigración, un tema sobre el que discuten este miércoles el primer ministro de Chequia, Andrej Babiš, y la canciller alemana, Angela Merkel.
La agenda de los políticos de la Unión Europea está marcada últimamente por la inmigración y no dejan de sucederse las reuniones entre sus líderes para hablar del tema. Después de Italia y Hungría, el primer ministro de la República Checa, Andrej Babiš, se dirige este miércoles a Alemania.
La posición de Babiš al respecto es clara, no desea que inmigrantes ilegales entren en Chequia y considera que la mejor opción es ayudar a estas personas directamente en sus países de origen.
Pero el debate polariza a la sociedad y hay opiniones dividas en lo que se refiere a la manera de solucionar estos desafíos y a si los políticos están haciendo lo suficiente. Según el secretario general de los Asuntos Europeos, Aleš Chmelař, la República Checa desarrolla una gran labor para resolver estos problemas.“Las acciones solidarias de Chequia no se limitan solo a la voluntad de diálogo. Por ejemplo, hemos aportado 20 millones de euros al fondo para refugiados que se encuentran en Turquía desde 2015, al fondo para África hemos aportado más de 10 millones de euros para ayudar a la gente en sus países. Hemos enviado a 80 expertos a Grecia y a Italia para apoyar este trabajo. Y en los últimos tres años hemos enviado a más de 300 personas al programa Frontex para la protección conjunta de fronteras, así que esto no se trata solo de palabras, también ayudamos financieramente y a través de expertos”.
Por otra parte, otras voces argumentan que en países con escasez de mano de obra como la República Checa, la inmigración podría tener un efecto positivo. En esta línea se posiciona Lucie Sládková, directora de la oficina checa de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).“Yo sé que existe una ayuda técnica y financiera, lo que me pregunto es qué podemos hacer a largo plazo, si la República Checa puede ofrecer otro tipo de ayuda. Por ejemplo, me refiero a la migración laboral. A la posibilidad de investigar si entre las 60 000 personas que hay atrapadas en las rutas de los Balcanes existen personas con habilidades que Chequia necesita”.
Aunque por el momento, el Gobierno checo mira con escepticismo estas opciones. Uno de los principales problemas es que estas personas no suelen tener la cualificación adecuada, añade Chmelař.
“La gente que consigue llegar a Europa normalmente no está cualificada para realizar un trabajo específico. Por supuesto se puede apreciar el esfuerzo de algunas personas que han conseguido integrarse en la Unión Europea, pero según la información que tengo, este porcentaje es mucho menor de lo que pensaban los países que los acogieron en 2015, así que esto es mucho más complejo de lo que parece”.
En opinión de Chmelař, hay millones de personas en África a las que les gustaría trabajar en Europa y cree que sería difícil absorberlas. Insiste en que si se aumenta la ayuda que la Unión Europea ofrece a estos países, un mayor número de sus habitantes podrían encontrar una vida satisfactoria allí, sin la necesidad de inmigrar.