La industria cervecera checa aspira a figurar en la lista de la UNESCO
La Unión Checa de Cervecerías y Malterías ha presentado la candidatura de la industria cervecera checa a la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
La danza folclórica verbuňk, el arte titiritero, la cetrería o el teñido de tejidos con añil son algunas de las siete tradiciones checas inscritas en la lista del Patrimonio Inmaterial. La mundialmente conocida industria cervecera checa podría sumarse y secundar a la cultura cervecera belga, inscrita en 2016. La directora ejecutiva de la Unión Checa de Cervecerías y Malterías, Martina Ferencová, explicó a Radio Praga Internacional los impulsos para presentar la candidatura de este fenómeno nacional.
“Pocos ámbitos en nuestro país merecen tanta atención como la industria cervecera. Uno de los motivos es su tradición centenaria. Desde el siglo XIX, representa un elemento unificador del orgullo nacional checo. Al igual que su pasado, su presente también es muy rico, innovador y está vinculado con una animada vida social”.
Un largo camino para la inscripción
El primer paso para llegar a formar parte del Patrimonio de la Humanidad es pasar por una selección regional. En tal virtud, la Unión ha solicitado recientemente la inscripción de "La cultura cervecera como un fenómeno de la cultura popular checa" en la Lista de los Bienes Intangibles de la Cultura Popular de la región de Pilsen, señala Ferencová.
“Presentamos la inscripción en la lista de la Región de Pilsen que representa la cuna de la cerveza lager checa, elaborada por primera vez hace 180 años. Otra inscripción está preparada para la lista de la Región de Bohemia del Sur. Hay un camino largo para llegar a formar parte de la familia del Patrimonio Inmaterial de la UNESCO”.
La industria cervecera contribuye al buen nombre del país
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Si la candidatura regional recibe el visto bueno del jurado, podrá competir a nivel nacional ante el Ministerio de Cultura. En caso de tener éxito, el ministro de Cultura finalmente presentará la inscripción en la lista de la UNESCO. La Unión Checa de Cervecerías y Malterías destaca en su solicitud la importancia de la cerveza checa como un símbolo del orgullo nacional e incluye una presentación dedicada a la elaboración de cerveza y la artesanía cervecera desde sus inicios hasta el presente. Describe asimismo las características y principios de la producción cervecera y las profesiones y ocupaciones individuales asociadas con el cuidado del producto. No falta una referencia a la cultura cervecera como un atractivo turístico. De acuerdo con Ferencová, el fenómeno de la cerveza checa tiene un lugar merecido en la lista.
“En el mundo es conocida la tradición de la cerveza tipo lager checa, así como el uso de la malta checa y del lúpulo procedente de la región de Žatec. El arte de los cerveceros checos y de otros trabajadores en la industria es legendario. Al mismo tiempo, es un fenómeno social destacado que contribuye al buen nombre del país en el mundo. La cerveza y la cultura vinculada con ella siempre han sido y seguirán siendo parte de nuestra cultura”.
Lograr la inscripción brindaría beneficios tanto a los cerveceros checos como al país entero, destaca la directora.
“Creo que la industria cervecera checa tiene un buen nombre en el mundo, por lo que el reconocimiento de este patrimonio a nivel mundial sería beneficioso y se seguiría hablando bien de nuestro país”.
Según señaló para ČTK el Presidente de la Unión Checa de Cervecerías y Malterías, František Šámal, la inscripción a nivel nacional podría efectuarse en 2023 y a nivel mundial en 2026.