La huelga de los empleados públicos paraliza por un día Chequia

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La República Checa se ha quedado paralizada este miércoles por la huelga de los empleados públicos contra los recortes salariales planeados por el Gobierno. Miles de ciudadanos salieron a la calle para expresar su descontento por las medidas antipopulares del oficialismo.

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Centenares de escuelas cerradas, horarios reducidos en la mayoría de las oficinas públicas y servicios sanitarios limitados al mínimo. La huelga de los empleados públicos contra la reforma salarial ha paralizado por un día la vida en Chequia.

Más de 100.000 personas participaron en la huelga, otras 100.000 la apoyaron indirectamente y alrededor de 40.000 asistieron a las manifestaciones callejeras que tuvieron lugar en 20 ciudades del país.

Jaroslav Zavadil, presidente de la Confederación Sindical Checo-morava, indicó los motivos de convocar la protesta.

Jaroslav Zavadil,  foto: ČTK
“El sistema recién aprobado por el Gabinete significará en la práctica que muchos empleados públicos serán remunerados según le parezca a su jefe o según decidan las instituciones subordinadas al Gobierno. En realidad, la reducción salarial será mucho mayor del 10 por ciento anunciado”, destacó Zavadil.

El martes por la noche, pocas horas antes de comenzar la huelga, el Gobierno checo dio luz verde al discutido paquete de medidas ahorrativas que el próximo año afectará al sector público. Destaca entre ellas, la reducción en un 10 por ciento de los sueldos de los empleados públicos, así como la anulación del incremento salarial acorde a los años trabajados.

Petr Nečas,  foto: ČTK
Terminada la sesión, el primer ministro Petr Nečas declaró que el principal objetivo de los sindicatos no es defender los derechos de los empleados públicos, sino, en estrecha colaboración con la oposición izquierdista, desestabilizar al país. Señaló asimismo que las reformas en el sector público son inevitables.

“Miles de checos empleados en el sector privado han sufrido últimamente la reducción de sus sueldos. Y no sólo eso. Más de 80.000 de ellos perdieron su trabajo en el segundo trimestre de este año. Por su parte, en el sector público prácticamente nadie fue despedido, al contrario, unas 6.000 personas fueron contratadas. Es evidente que también el sector público debe adaptarse a las reformas impulsadas por el Gobierno”, subrayó Nečas.

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En la protesta de este miércoles participaron sobre todo empleados de la educación, la sanidad y la administración pública. Por su parte, los policías y los bomberos saldrán a las calles el próximo 15 de diciembre, ya que la ley les prohíbe declararse en huelga.

El presidente de la Confederación Sindical Checo-morava, Jaroslav Zavadil, no descarta la posibilidad de convocar en el futuro una huelga general, como la de 1994 en la que participó más de un millón y medio de checos.