serie

6) La guerra de las salamandras de Karel Čapek, un clásico visionario

'La guerra de las salamandras', foto: repro Karel Čapek, 'Válka s mloky' / Československý spisovatel, 1986

Publicado en 1936, La guerra de las salamandras es un libro de notable imaginación que, sin embargo, advirtió al mundo sobre las terribles consecuencias del fascismo. Periodista, dramaturgo, introductor de la ciencia ficción en su país y figura cultural indispensable, en esta entrevista la escritora y periodista Markéta Pilátová analiza la enorme vigencia de Karel Čapek.

'La guerra de las salamandras',  foto: repro Karel Čapek,  'Válka s mloky' / Československý spisovatel,  1986

Desde 1947 existe en Praga la calle Hermanos Čapek. En el número 1853 de esa calle en Vinohrady aún se mantiene la vivienda doble construida por el arquitecto Ladislav Machoñ entre 1923 y 1924. Josef, que además de escribir como su hermano era pintor, vivía en la mitad izquierda y Karel en la derecha.

Markéta Pilátová,  foto: Adam Kebrt,  ČRo

A pesar de que las dos partes tenían el mismo diseño con el tiempo se fueron diferenciando: Josef necesitaba un estudio para sus pinturas y Karel una sala muy amplia para los encuentros de los viernes que, desde el año 1925, reunía a las personalidades más destacadas de la cultura nacional: entre ellos, Vladislav Vančura, František Langer, Karel Poláček, Josef Kopta, Eduard Bass y, ocasionalmente, el presidente Tomáš Garrigue Masaryk.

Muchos de los integrantes de esas reuniones escribían en el periódico Lidové Noviny, cuyos editores desde 1921 eran, precisamente, los hermanos Čapek. Según la escritora Markéta Pilátová, esa generación marcó un antes y un después en la relación entre periodismo y literatura que no siempre se mantuvo tan activa en el país.

“Esta generación de Poláček y Čapek, esta generación del Lidové Noviny de los treinta que hacía periodismo y literatura, que bebía la literatura del periodismo y el periodismo de la literatura es un ejemplo para mí”.

"La de las salamandras es una metáfora fantástica que me ha dicho todo sobre las dictaduras".

Tal vez esa relación tan vital entre periodismo y literatura sea uno de los factores que volvieron a Čapek una persona muy comprometida con su tiempo, una especie de visionario que, según Markéta Pilátová, no solo supo distinguir el peligro sino también ponerlo en palabras para crear su obra. Pilátová asegura que Čapek era un luchador que se adelantó a su tiempo para gritarle al mundo lo que nos esperaba sin temor a las consecuencias. Eso es lo que lo convierte, explica Pilátová, en humanista, porque un libro como La guerra de las salamandras a pesar de funcionar muy bien a nivel literario y contar una historia muy potente también ofrece una especie de mensaje.

“Y una cierta moral, un imperativo moral que te dice que seas buen hombre, que seas buena persona porque si tú vas a ser una buena persona el mundo va a ser un poquito mejor”.

'La guerra de las salamandras',  1965,  foto: SNKLU

Pilátová aclara que si bien existe esa moral en muchos de sus libros, Čapek estaba muy lejos de ser un moralista. Simplemente parece pedirle a cada uno de sus lectores que traten de ser mejores personas. Sobre todo en La guerra de las salamandras, esa novela tan clásica como visionaria que Pilátová leyó por primera vez en la escuela primaria y, tal como cuenta, resultó fundamental en su formación.

“Lo leí en el colegio y me gustó mucho, sobre todo la imaginación de Čapek, esa imaginación surrealista con salamandras, ¡por favor! Era una metáfora fantástica y yo creo que esta obra me ha dicho sobre las dictaduras todo, después ya no necesitaba más”.

En la actualidad, esa curiosa historia sobre unas salamandras que, al principio resultan amigables y parecen estar al servicio del hombre, pero luego empiezan a reproducirse y a perseguir sus propios fines poniendo en amenaza al mundo, ya es de lectura obligatoria en las escuelas. Pero Markéta Pilátová asegura que se volvió una de las obras fundamentales de la literatura checa por varios motivos: se trata de una propuesta muy original que al mismo tiempo que advertía sutilmente sobre las nefastas consecuencias de los regímenes fascistas también creaba, prácticamente, un nuevo género literario.

“Su intención es alarmar al mundo contra el fascismo, pero lo hace de una forma genial: crea una obra de ciencia ficción que no existía en ese tiempo, al menos no esa clasificación. Él lo hace sin miedo a lo nuevo. Él era muy moderno en su época: hacía cosas que los del canon no hacían: libros para niños, teatro, hacía muchas cosas”.

"Čapek tenía casi una obsesión por el hombre común, el hombre normal: se enfocaba en los pequeños ladrones, en las pequeñas personas corrientes".

Pilátová insiste en que Karel Čapek junto a su hermano Josef crearon el género de ciencia ficción en el país, a tal punto que son los inventores de la palabra robot que aparece en R.U.R. (Robots Universales Rossum), obra teatral que trata sobre la revuelta de una serie de androides contra los hombres que fue muy bien recibida en 1920 como una advertencia contra la globalización de la técnica. Representada con mucho éxito en ciudades como Londres o Nueva York, para muchos se trata de la obra teatral checa más exitosa en el ámbito internacional y una versión moderna de la leyenda del golem.

Čapek también tiene un drama en tres actos que parece muy actual por estos días: La peste blanca, sobre una enfermedad proveniente de China que resulta letal para los mayores de cuarenta años. Čapek muestra en esa obra, que también fue traducida al español, cómo políticos, científicos y periodistas manipulan la información generando caos en la sociedad. Incluso intentan mandar a campos de concentración a quienes padecen algunos de sus síntomas, mientras se reserva el Premio Nobel a quien logre dar con la cura. Pero dentro de la muy variada obra de Čapek, Marketa Pilátová dice que siente especial debilidad por sus Cuentos de un bolsillo y otro bolsillo.

'La guerra de las salamandras',  foto: repro Karel Čapek,  'Válka s mloky' / Československý spisovatel,  1986

“Y para mí también es un gran existencialista checo porque yo creo que la mejor obra de existencialismo que he leído son los Cuentos de un bolsillo y otro bolsillo, es una obra maestra que combina el periodismo con situaciones existencialistas”.

'La guerra de las salamandras',  foto: repro Karel Čapek,  'Válka s mloky' / Československý spisovatel,  1986

Hay que tener en cuenta que Čapek escribió esos cuentos en un país sin tanta tradición, más allá de los casos de Jan Neruda o el propio Hašek. Las historias de un bolsillo fueron publicadas entre 1928 y 1929 en el periódico que, por supuesto, imponía ciertos límites de extensión y legibilidad. Por lo tanto se trata de relatos breves, de un realismo muy vinculado quizás al periodismo y a la vida contemporánea donde se habla, por ejemplo, de estafadores, policías, detectives, adivinos y grafólogos.

Pilátová encuentra que ese estilo tan particular influiría a muchos escritores, entre ellos Bohumil Hrabal.

“Son dos personas que influyeron mucho la literatura checa en general. Hrabal tiene algo de Čapek también, yo creo: esta obsesión casi por el pequeño hombre, por el hombre común, por el hombre normal, este enfoque humanista. Čapek se enfocaba en los pequeños ladrones, pequeñas personas corrientes y Hrabal bebió de esta misma fuente pero de otra forma”.

'La guerra de las salamandras',  foto: repro Karel Čapek,  'Válka s mloky' / Československý spisovatel,  1986
'La guerra de las salamandras',  foto: repro Karel Čapek,  'Válka s mloky' / Československý spisovatel,  1986

A pesar de su indudable talento reconocido desde el principio y esa versatilidad para dominar todos los géneros literarios, a Pilátová le llama la atención que el estilo de Čapek no sea nada ostentoso. Asegura que no es de esos escritores que se deleitan con sus propias frases sino que, por el contrario, una de sus principales virtudes es la austeridad e incluso, por momentos, el minimalismo.

“También me gusta mucho en sus obras la austeridad, en ningún momento se exhibe, no exhibe su talento, nunca hay nada de más, es muy disciplinado, no se exhibe como escritor y está al servicio de lo que quiere decir”.

Incluso eso mismo se podría decir, tal vez, de su propia muerte. Tras enfermar de neumonía, Karel Čapek falleció en navidad, el 25 de diciembre de 1938, a solo dos semanas de cumplir cuarenta y nueve años y solo tres meses antes de que las tropas de Hitler invadieran la ciudad de Praga, confirmando los presagios de su literatura.

palabra clave: