La Filarmónica Checa: 120 años difundiendo la música nacional en el mundo
La Orquesta Filarmónica Checa lleva difundiendo el legado de la música clásica checa en el mundo desde hace 120 años. Los hitos más importantes del elenco, en cuya actividad resuena la historia checa del siglo XX, se los daremos a conocer en esta edición del 'Panorama Checo'.
Exactamente tras 120 años del nacimiento del elenco, los visitantes pudieron disfrutar de la fiel réplica de ese recital inaugural, bajo la batuta de Jiří Bělohlávek.
Los primeros intentos de formar una filarmónica nacional acaecieron ya en los años sesenta del siglo XIX de la mano del compositor checo Federico Smetana, que organizaba conciertos filarmónicos junto a una orquesta teatral.
La Filarmónica Checa se independizó a raíz de una huelga
En 1894 el Teatro Nacional formó el conjunto musical denominado la Orquesta Filarmónica Checa, con motivo de elevar el arte musical en Praga y apoyar con las ganancias a los antiguos miembros del grupo y a sus familias.No obstante, la primera piedra de una Orquesta Filarmónica Checa autónoma, tal y como la conocemos hoy día, fue puesta en unas circunstancias inusuales, según indica su actual director, David Mareček.
“Una parte de los músicos de la orquesta del Teatro Nacional se declararon en huelga. El entonces director, Karel Kovařovic, les despidió, y contrató a otros músicos. Los rebeldes tuvieron que formar su propia orquesta, y es así como nació la Orquesta Filarmónica Checa”.
Para ganarse la vida, los integrantes de la nueva orquesta filarmónica apenas pararon de afinar las cuerdas. De octubre a diciembre de 1901 realizaron casi 50 conciertos en 22 ciudades checas.Uno de los primeros hitos de la historia del elenco aconteció el 8 de diciembre de 1901, al poner por primera vez en escena 'Mi Patria', del compositor Federico Smetana. Paradójicamente, el escenario de este gran momento no fue una sala pomposa, sino la Cervecería de Smíchov, donde el conjunto tocaba regularmente.
En aquel entonces, el elenco empezó a exportar el legado de la música checa al extranjero, apunta Mareček.
“En 1902 se realizó un triunfal viaje a Londres con el legendario violinista Jan Kubelík y el director Oskar Nedbal”.
Aunque fue ganando fama universal, la Filarmónica Checa sobrevivía ante todo gracias a sus actuaciones en tabernas praguenses. Importantes recursos obtuvo también durante su gira de cinco meses por Rusia. En varias ocasiones, la orquesta compartió el escenario con invitados de renombre. En 1908 tuvo el honor de estrenar la Sinfonía n.° 7 bajo la batuta de su autor, Gustav Mahler.La música de la orquesta filarmónica acompañó asimismo algunos hitos fundamentales de la historia checa, apunta David Mareček.
“En 1925 su concierto protagonizó la primera transmisión en directo de la Radiodifusión Checa. Entonces tocaron también la obra 'Mi Patria', al igual que en 1939 durante la ocupación nazi. Entonces se realizó en el Teatro Nacional un legendario concierto dirigido por Václav Talich. El recital culminó con el himno nacional checo, que fue cantado por todo el teatro, que entonces tenía un carácter muy simbólico”.
La música prohibida por los nazis sonó en un concierto para Goebbels
Durante la ocupación por la Alemania nazi, la famosa obra de Federico Smetana sonaba con más frecuencia que nunca. Dado que los tonos de esta obra patriota impulsaban a los ciudadanos a organizar manifestaciones en defensa de su nación, los nazis prohibieron reproducir algunas de sus partes, como por ejemplo 'Tábor' y 'Blaník'.En febrero de 1941, la Filarmónica Checa se vio obligada a dar un concierto en Berlín, a petición del ministro de Propaganda de la Alemania nazi, Joseph Goebbels. Para aquella ocasión, el director Václav Talich incluyó intrépidamente en el repertorio la prohibida obra completa 'Mi Patria'. Al acabarse la Segunda Guerra Mundial volvió la actividad del elenco a las andadas. Bajo la batuta de Rafael Kubelík llevó a cabo un sinfín de conciertos, uno de ellos también en homenaje de una España democrática. En 1946, con motivo de su 50° aniversario, la Orquesat Filarmónica Checa inauguró el legendario festival de música clásica Primavera de Praga, auspiciado por el presidente Edvard Beneš.
Homenajes a Stalin y a Lenin
Con el ascenso de los comunistas al poder en 1948, el elenco empezó a recibir encargos de carácter político, tocando en eventos en homenaje a Iósif Stalin y Vladimir Ilich Lenin, en los Días de la Amistad Checoslovaco-Soviética y muchos más.Fue precisamente por motivos políticos, porque se le hizo algo amarga la estancia al nuevo director del elenco, Karel Ančerl, que asumió el cargo en 1950. Para los músicos no era nada más que un intruso político, y no se cortaban en dárselo a conocer. El director finalmente salió airoso, gracias a su diligente trabajo y un trato obsecuente para con los demás. De hecho, durante su dirección la orquesta experimentó un número récord de viajes al extranjero, llevando a cabo más de 60 conciertos en 28 países del mundo. De una gira Karel Ančerl ya no volvió, quedándose en Canadá en protesta contra el violento fin del proceso reformista conocido como Primavera de Praga.
Otro de los hitos del elenco está vinculado precisamente con estas circunstancias. En 1969 la Filarmónica Checa dio un concierto en homenaje a Jan Palach, estudiante que se autoinmoló en 1969 en protesta contra la invasión de las tropas del Pacto de Varsovia. Fue la primera y última vez que durante el régimen comunista se rindió homenaje oficial a Palach. El conjunto de poemas sinfónicos 'Mi Patria' sonó simbólicamente también tras la caída del régimen totalitario, indica Mareček.“En 1990 organizaron el 'Concierto de la Comprensión Mutua en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga con Rafael Kubelík. Podemos decir que la Filarmónica Checa vivía con la nación checa”. Uno de los últimos hitos fue un concierto en la agotada Carnegie Hall de Nueva York, una de las salas de conciertos más conocida del mundo, que se dio en 2014.
La Filarmónica Checa agotó la Carnegie Hall de Nueva York
En cuanto a su repertorio, la elección de las obras va de la mano con los tiempos que corren, apunta Mareček. “Por una parte tenemos que tocar los clásicos de calidad probada, y no me refiero exclusivamente a Mozart o Beethoven, sino también a compositores checos como Antonín Dvořák, Federico Smetana, Leoš Janáček y Bohuslav Martinů. La tarea de la Filarmonía Checa es cuidar este legado, pero también provocar y solicitar la creación de nuevas piezas para que surja algo que en cien años sea considerado clásico. Así que a veces organizamos concursos para compositores o buscamos novedades de todo el mundo”.De acuerdo con el director, los proyectos clave para el año 2016 son la interpretación de la pieza 'Jenůfa' del compositor checo Leoš Janáček, la inauguración del festival Primavera de Praga con el director estadounidense Paavo Järvi y una larga gira por China, que se realizará en otoño.