La editorial y el Salón de Topič, centro de los patriotas checos
La historia de la casa editorial y del Salón de Topič, en Praga, datan de más de un siglo. Además de haber sido a finales del siglo XIX y comienzos del XX un popular centro cultural con una librería y una galería de arte, se convirtió en un lugar de encuentros de los patriotas checos.
Pasado un mes, frente a la librería fue reabierto el edificio del Teatro Nacional, destruido anteriormente por un devastador incendio, y un año más tarde, en agosto de 1884, en la misma zona fue inaugurada la cafetería Slavia. Todos estos lugares pronto pasaron a ser muy concurridos por los patriotas checos que trabajaban por la separación de las Tierras Checas del Imperio Austro-Húngaro y por imponer el idioma checo como lengua oficial.
El surgimiento del llamado Salón de Topič
Tras la muerte de Šimáček, Topič asumió su casa editorial y en 1894 inauguró a su lado y al de su librería el llamado Salón de Topič, la galería de arte privada más antigua de Praga. Durante los más de 120 años de la existencia de este Salón se efectuaron en él exposiciones de la obra de famosos pintores nacionales, como Mikoláš Aleš, Jan Zrzavý y Jožo Úprka, entre muchos otros.El historiador de arte Pavel Vašíček, afirma que František Topič fue una persona muy culta y activa, además de ser un emprendedor con una amplia visión de futuro.
”František Topič fue un conocido editor y un gran patriota. Publicaba mayormente obras literarias checas, aunque también algunas francesas por ejemplo. A su vez, debido a que no le gustaba el alemán, la literatura en lengua alemana quedó durante algún tiempo fuera de su interés. En la vitrina de su salón había un letrero con su nombre y otras informaciones, todo en checo, francés, ruso y polaco, pero nada en alemán. De esta forma Topič mostraba su negativa postura para con el Imperio Austro-Húngaro”.
Para los patriotas y los nacionalistas checos las puertas de la editorial y del Salón de Topič estaban siempre abiertas. El lugar fue muy concurrido, gracias también a su ubicación en el centro de Praga. En la casa editorial de Topič fueron publicadas obras de literatos nacionales de amplio reconocimiento como Václav Beneš Třebízský, Svatopluk Čech y Jan Neruda.En 1887 František Topič asumió la publicación de la revista humorística ‘Švanda Dudák’ de Ignác Herman, y más tarde amplió su empresa con otro comercio en el que se vendían grabaciones musicales, productos artesanales, reproducciones de cuadros de artistas nacionales contemporáneos, cristal, porcelana, cerámica y juguetes.
Topič dio a conocer a los praguenses el cartelismo como manifestación artística
Por su parte, en el Salón Topič, además de dar a conocer cuadros y obras gráficas, organizó varias muestras de cartelería y, por medio de carteles propagaba igualmente su galería. Esto fue algo inusual en aquella época, según sostiene Petr Štembera, del Museo de Artes Aplicadas de Praga.
”Topič fue el primer propietario de una galería que dio a conocer a los habitantes de Praga el arte de los carteles. En esta labor colaboraba con Topič el pintor e ilustrador Viktor Oliva, quien fue el ilustrador principal de su casa editorial y autor de los primeros dos letreros para el Salón”.Gracias al Salón de Topič los habitantes y visitantes de Praga pudieron apreciar los carteles de Arnošt Hofbauer y Alfons Mucha.
En 1897 se efectuó en el Salón una muestra de más de 200 trabajos del pintor y artista decorativo checo Alfons Mucha, incluidos muchos de sus carteles, que hasta el presente son muy populares en Europa, indica Petr Štembera.
”Topič, que era además un hombre de negocios experimentado y muy hábil, compró varias decenas y hasta centenares de copias de cada uno de los carteles de Mucha presentados en la muestra. Estos eran vendidos posteriormente en su tienda de libros y así muchas familias checas y también el Museo de Artes Aplicadas dispone de algunas de estas obras”.
Topič organizó un sinnúmero de exposiciones de arte
En colaboración con Viktor Oliva, el empresario organizaba exposiciones de pintura con el objetivo de comparar el arte pictórico checo de la época con el de otros países europeos. Además de pintores eslavos centraba su atención en artistas del centro de Europa, como los simbolistas de Berlín y de Múnich, así como en autores de Inglaterra, Italia, Bélgica y Holanda. Pero las mayores simpatías de Topič las tenían los artistas de Francia.En 1896 František Topič organizó una amplia muestra de artes gráficas, en la que fueron expuestas obras de unos 60 artistas de varios países de Europa, recuerda el historiador Pavel Vašíček.
”Hasta el año 1899, cuando fue cerrada la primera sede del Salón de Topič, se celebraron en esta institución cultural unas 35 exposiciones de la más diversa índole. Estas actividades estaban centradas en todo lo relacionado con los eslavos, su arte, literatura, etc. El Salón presentaba además obras literarias de autores de otros países de Europa Central, entre ellos de Alemania”.
En el Salón de Topič tuvieron sus primeras exposiciones miembros de la prestigiosa asociación de artistas plásticos checos, Mánes.
Topič se dedicaba también a otras actividades. En 1900 organizó por ejemplo varias excursiones a la Exposición Mundial de París. Estas excursiones eran propagadas a través de carteles artísticos que hasta hoy se guardan en los archivos del Salón de Topič.
La negativa de la crítica artística no afectó la popularidad de Topič
La crítica artística de la época consideraba la actividad de Topič, que incluía una editorial, dos tiendas y la galería de arte, de una empresa comercial horrible y de mal gusto. A pesar de ello, las exposiciones organizadas por el Salón tenían una positiva repercusión entre el amplio público, lo mismo que la oferta de libros y los artículos decorativos vendidos en sus comercios. Aunque por ejemplo el Salón de Topič cambió varias veces de sitio, pero en la misma zona, su popularidad se conservó a lo largo de decenios.
En 1936 František Topič vendió el extenso edificio con todas sus empresas a Jaroslav Stránský, quien instaló en él la redacción del período Lidové Noviny y la editorial František Borový. La librería pasó a ser dirigida por Václav Poláček, quien en 1937 abrió en la planta baja de la editorial el históricamente cuarto Salón de Topič, que hasta 1949 siguió presentando la obra de autores nacionales de la época, como Josef Šíma, Toyen y otros.En 1949 la editorial y los demás centros que habían pertenecido a Topič fueron nacionalizados. Y fue hasta después de los cambios democráticos de 1989 que el antiguo edificio del empresario y patriota checo fue sometido a una amplia reconstrucción y abierto el quinto Salón de Topič. Sigue estando situado en la Avenida Nacional de Praga, aunque no precisamente en el mismo lugar de su sede original.