La cumbre de la OTAN y los ciudadanos de Praga

Muchos vendedores y empresarios tapan con tablas de madera los escaparates, foto: CTK

La cumbre de la OTAN que iniciará mañana jueves en Praga cambió la vida en la metrópoli checa. Los escaparates tapados por tablas de madera, muchos almacenes y restaurantes cerrados, grupos de policías en las calles, helicópteros en el aire - esta es la actual imagen de la capital checa, que más de todo se asemeja a una ciudad en estado de sitio. Todo se prepara para la inauguración de la cumbre de la OTAN.

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Todo parece indicar que Praga será durante el jueves y viernes el lugar más vigilado y protegido de todo el planeta. En las calles de la capital checa circulan unos 12 mil policías, así como más de cuatro mil soldados y agentes de los servicios secretos.

Según el apoderado gubernamental para los preparativos de la cumbre, Alexander Vondra, Praga está preparada para recibir a los representantes de 46 países del mundo.

"Estoy convencido de que los ciudadanos de Praga mirarán la cumbre con una sonrisa en sus labios y prepararán una atmósfera agradable a los huéspedes. Muchos de los participantes en la cumbre de la OTAN esperan con impaciencia el inicio de las conversaciones, ya que esperan que serán invitados a sus filas".

En las zonas adyacentes al Palacio de los Congresos, escenario de la sesión, rigen minuciosas medidas de seguridad. El miércoles por la tarde la policía cerró la zona cercana al Palacio de los Congresos, permitiendo el acceso exclusivamente a quienes viven o trabajan allí. Para este fin, la policía controla también a todos los pasajeros que bajan del metro en las estaciones situadas en la zona protegida. Los ciudadanos están obligados a mostrar a la policía sus documentos personales para poder entrar en el área. De las cercanías del Palacio de los Congresos desaparecieron este miércoles todos los automóviles.

Muchos vendedores y empresarios tapan con tablas de madera los escaparates y las vitrinas de sus almacenes, cafeterías y restaurantes para protegerlas ante los eventuales ataques de los extremistas. En sus entradas aparecieron, además, letreros que anuncian que durante la cumbre sus establecimientos no abrirán. El propietario de un almacén de teléfonos móviles afirmó que cerrará a su almacén, pese a que ello afectará sus ganancias.

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"Sólo las tablas de madera para los escaparates costaron unos 200 euros. El alquiler por los dos días y las pérdidas nadie me los recompensará. No me atrevo a calcular las pérdidas porque se acerca la Navidad, que es para todos los vendedores la época más importante del año. No soy el único comerciante en esta ciudad que tiene buena razón para llorar."

Los centros comerciales situados en las principales avenidas de Praga están custodiados por un elevado número de agentes de seguridad. Se prevé que los extremistas centrarán su atención sobre las empresas multinacionales, como McDonald y KFC, que durante la sesión del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, celebrada hace dos años en Praga, fueron blanco de los ataques de los activistas antiglobalización.

Medidas de seguridad más rígidas fueron adoptadas por los Ferrocarriles Checos a causa del incidente surgido en uno de los barrios capitalinos, donde en los rieles fue encontrado un explosivo capaz de interrumpir la circulación de los trenes. El ministro del Interior, Stanislav Gross, informó que la policía y los especialistas estudian el caso.

En relación con la cumbre de la OTAN cancelaron este miércoles las clases unos 150 establecimientos educacionales.