La cerveza checa es cada vez más popular en el extranjero

Foto ilustrativa: Lenka Žižková

En Brasil, Vietnam o incluso en Kenia, allí se puede comprar cerveza checa tradicional.

Foto: Lenka Žižková,  Radio Prague International

Ladislav Veselý,  foto: Elena Horálková,  ČRo
Desde el comienzo del año hasta el final de las vacaciones de verano, las exportaciones de las cervecerías checas fueron de unos 195 millones de euros, y en los últimos diez años han aumentado en un 50%. No se trata solo de los mercados europeos, la cerveza checa está ganando popularidad en Estados Unidos, Brasil, Vietnam y Kenia.

El cervecero Ladislav Veselý, por ejemplo, tiene experiencia con la elaboración de cerveza tradicional en diferentes partes del mundo. En el proceso siempre trata de mantener la receta original, como recalcó a la Radio Checa.

“Cuando preparo la cerveza en el extranjero, siempre me esfuerzo por obtener los ingredientes originales de la República Checa. Elaborar cerveza tipo Pilsner a partir de levadura seca no es aconsejable”.

Cerveza checa en Asia y la Antártida

Uno de los países donde la cerveza checa está viviendo un ‘boom’ es Corea del Sur. Las exportaciones al país se han multiplicado en los últimos años, como dice Martina Ferencová, directora de la Asociación Checa de Cervecerías.

Martina Ferencová | Foto: archivo de la Asociación Checa de Cervecerías
“La cerveza checa es muy popular en el extranjero. Las cervecerías notan que los números en la República Checa ya no están subiendo, por lo que intentan buscar diferentes mercados extranjeros, en lugares más lejanos. El año pasado registramos que la cerveza checa se vendía en la Antártida”.

El problema es que faltan cerveceros en la República Checa, continúa Ferencová.

“Cada semana surgen diez nuevas microcervecerías en Chequia. En la actualidad hay 450, más hay 30 compañías grandes en el país. Se necesitan expertos, pero hay pocos cerveceros. El trabajo es exigente y requiere destreza manual. Desafortunadamente, no hay mucho interés en este tipo de trabajo hoy en día”.

Este año, 45 estudiantes ingresaron en la Escuela Secundaria de Tecnología Alimentaria de Praga. Según su director, Milan Chmelař, hay una creciente competencia entre las cervecerías checas.

Foto: rawpixel,  Pixabay / CC0
“En cualquier caso, necesitamos más estudiantes. Se trata de una lucha por nuevos cerveceros. Las compañías son conscientes de que si cooperan con nosotros, pueden establecer contactos con los estudiantes para el futuro”.

Esta es precisamente la estrategia de la cervecería Samson, de České Budějovice, que busca nuevos adeptos en las escuelas. Según el director de la compañía, Daniel Dřevikovský, los estudiantes se integran fácilmente en el trabajo después de graduarse.

“Siempre tratamos de dar una oportunidad a los jóvenes. Ofrecemos prácticas a los estudiantes en la cervecería, en el laboratorio o en la sección de producción. Más tarde pueden volver a la compañía, directamente o en un par de años”.

Una nueva cervecería cada semana

El número de pequeñas cervecerías está creciendo, y estas tienen mayores problemas para encontrar cerveceros. No es insólito que un experto trabaje para varias compañías a la vez. Esta situación se ve reflejada en el interés en los cursos de capacitación, que son cada vez más populares en Chequia.

Martin Hložek,  foto: YouTube / Plzeňský Prazdroj
Según Martin Hložek, cervecero de Plzeñský Prazdroj, los expendedores están interesados en aprender cómo elaborar la cerveza, pero también en cómo servirla y almacenarla.

“Tenemos centros de capacitación en todo el país, donde organizamos cursos varias veces al mes. Enseñamos a los participantes cómo servir la cerveza y cómo almacenarla. La cerveza es un alimento propenso a la manipulación descuidada. Son muy importantes las condiciones de almacenamiento, así como la manera en que se sirve la cerveza”.

En la actualidad los expendedores se enfrentan a la pérdida de clientes, ya que los checos suelen comprar cerveza embotellada en vez de cerveza de barril. Más del 60% de la cerveza en la República Checa se consume en latas, botellas y envases plásticos.