La Cámara de Diputados checa aprueba el Tratado de Lisboa

Después de un largo periodo de indecisión política, la Cámara de Diputados checa ha aprobado el Tratado de Lisboa. De los 197 diputados presentes, 125 se mostraron a favor y 61 en contra. Para dar el visto bueno al documento hacían falta 120 votos.

Mirek Topolánek  (Foto: CTK)
Ahora el Tratado de Lisboa debe pasar el visto bueno del Senado y, después, del presidente de la República. No es precisamente un camino de rosas, ya que desde su elaboración en 2007, el documento ha creado una gran división política en el país, no solo entre Gobierno y oposición sino también dentro del mismo Partido Cívico Democrático, la principal formación gobernante. Así, en la votación, 36 de los 79 diputados cívico-democráticos se pronunciaron en contra del Tratado, lo que evidencia la amplitud del ala euroescéptica del partido. En el mismo sentido votó el Partido Comunista. Por otro lado, se declararon a favor del documento los socialdemócratas, los verdes, los democristianos y el resto del Partido Cívico Democrático.

El primer ministro, Mirek Topolánek, se mostró satisfecho con el resultado.

“Me alegro de que el Tratado de Lisboa fuera aprobado por la Cámara Baja. Esta resolución siempre tendrá validez, pase lo que pase. Ahora está claro que la próxima batalla será en el Senado”, declaró Topolánek.

En el mismo sentido se expresó el presidente del Partido Socialdemócrata, Jiří Paroubek.

Jiří Paroubek  (Foto: CTK)
“Sin la socialdemocracia el Tratado no habría sido aprobado. Me alegro mucho y creo que abre el camino a la integración europea. Estoy convencido que el documento será aprobado también sin obstrucciones innecesarias en el Senado”, afirmó el líder opositor.

De esta manera la República Checa se convierte en el último país de la Unión Europea en pronunciarse de alguna manera sobre el Tratado de Lisboa. Hasta ahora su discusión en el Parlamento se había visto postergada por las negociaciones con la oposición y por la falta de voluntad política del Partido Cívico Democrático.

De hecho el presidente de la República Checa y hasta hace poco presidente honorífico de los cívico-democráticos, Václav Klaus, es el principal opositor al documento en el país. Fue precisamente Klaus quien sometió el Tratado al veredicto del Tribunal Constitucional al dudar sobre su compatibilidad con las instituciones checas.

De momento el Tratado de Lisboa permanece sin ratificar, además de en la República Checa, en Finlandia y en Reino Unido. En Polonia y Alemania falta la entrada oficial en vigor. Irlanda ha sido de momento el único país en rechazar el documento.

El Tratado de Lisboa marca el camino hacia una futura Unión Europea más unida en lo político, lo cual exigiría una cesión de soberanía de los estados miembros. En caso de entrar en vigor dotaría a la Unión de la capacidad de firmar tratados internacionales y establecería mayores competencias para el Parlamento Europeo, entre otras medidas.