La Biblioteca Nacional recuerda grandes inundaciones del año 2002

Foto: Archivo de la Biblioteca Nacional

En los próximos días, se recordarán en la República Checa las terribles inundaciones ocurridas en verano de 2002. La Biblioteca Nacional, fue uno de los edificios más amenazados en Praga. Una exposición de fotos y de diversos objetos hace revivir el pánico de los días de la riada y la lucha intrépida de sus empleados contra la catástrofe.

Foto: Archivo de la Biblioteca Nacional
Más de 750 municipios devastados, 17 muertos y decenas de miles de personas sin hogar. Las riadas que azotaron el país en agosto de 2002 fueron las más desastrosas de los últimos cinco siglos. El agua inundó también más de 40 bibliotecas y destruyó unos 800.000 libros. Para recordar el ambiente de aquel momento, la Biblioteca Nacional abrió una muestra titulada ‘Inundaciones 2002’ en la que expone tanto fotos como los libros dañados o las botas y guantes que los empleados utilizaron para limpiar el edificio.

Jiří Políšenský, director del Departamento de la Protección del Fondo de la Biblioteca Nacional, recuerda con claridad lo que vivió junto a sus colaboradores hace 10 años.

“Es una mezcla de recuerdos. Por un lado, es la magnitud de la catástrofe, no pudimos hacer nada para evitarla y de cómo el agua puede dañar a los libros. Eso lo recordaré toda mi vida. Por otro lado, tengo muchos recuerdos buenos, la solidaridad de la gente que nos ofreció ayuda y nos apoyó de manera voluntaria. Fue una experiencia muy positiva. Desafortunadamente esa actitud desapareció poco después y nos hace mucha falta en la actualidad”.

La Biblioteca Nacional de Praga tuvo tiempo de prepararse, sin embargo, nadie imaginaba que el nivel del río Moldava iba a subir a unos 7 metros. Durante tres días, los empleados permanecieron en el palacio Klementinum y arriesgaron sus vidas tratando de rescatar sobre todo los libros antiguos.

Foto: Archivo de la Biblioteca Nacional
Letreros hechos a mano utilizados para organizar los trabajos se pueden ver también en la exposición. El hecho de que los hayan guardado durante tantos años muestra que la catástrofe afectó emocionalmente a muchos de los bibliotecarios.

La Biblioteca Nacional sufrió menos que otras instituciones ya que el agua inundó solamente los sótanos del edificio. No obstante, jugó un papel muy importante en el secado de los libros de las demás bibliotecas, señala Jiří Políšenský.

Foto: Archivo de la Biblioteca Nacional
“Del total de 800.000 libros logramos depositar unos 140.000 en las cámaras frigoríficas donde se conservaron hasta ser secados y restaurados. La Biblioteca Nacional estableció tres talleres en los que secamos unos 70.000 tomos pertenecientes a 10 bibliotecas diferentes”.

Las distintas técnicas del secado de los libros son explicadas también en la exposición ‘Inundaciones 2002’ que se puede ver en el palacio Klementinum hasta el 31 de agosto.