La ampliación de la UE a los Balcanes será una prioridad de la presidencia checa
La integración en la Unión Europea de los países de la antigua Yugoslavia ayudaría a cerrar heridas abiertas desde la guerra de los noventa. Además, la ampliación tendría un gran valor estratégico para los Veintisiete, según el embajador checo en Serbia, Tomáš Kuchta, que asegura que Praga se esforzará durante su presidencia de la Unión Europea en reanimar un proceso dormido.
Cuando se cumplen precisamente treinta años del cerco de Vukovar, uno de los capítulos más sangrientos de la ya de por sí cruenta guerra de los Balcanes, en gran parte de los rincones de la antigua Yugoslavia se respira aún rencor, cuando menos.
Para el embajador checo en Serbia, Tomáš Kuchta, el ingreso en la Unión Europea podría ayudar a la región a superar su duro pasado, dijo en la Televisión Checa.
“Veinte años no es tiempo suficiente para olvidar los horrores que tuvieron que sufrir los habitantes de la antigua Yugoslavia. Las reminiscencias de los noventa perduran. Uno de los modos de alcanzar, al menos un poco, el estado anterior es precisamente la integración de estos países en la Unión Europea y que se vuelvan a reunir bajo un mismo techo. Pero es un camino pedregoso”.
La guerra de los noventa sigue presente en los Balcanes Occidentales y, entre sus muchas secuelas, también se encuentra el retraso de la región en el proceso de integración en la Unión Europea. Eslovenia, con diferencia el país menos afectado por las hostilidades, ingresó a la vez que la República Checa, el 1 de mayo de 2004. Croacia lo haría después, en verano de 2013. Otros países de la zona como Serbia, Montenegro, Macedonia del Norte o Albania, comenzaron su proceso de ingreso poco después, pero por varias razones propias de las siempre difíciles relaciones entre vecinos de los Balcanes, el procedimiento se está alargando demasiado, provocando, por una parte, un gran desencanto en la población y los políticos con respecto a la Unión Europea, y, por otra, el aumento de la influencia rusa y china en la zona.
También en Bruselas se siente ya la falta de entusiasmo en el proceso, reconoce Kuchta, que, sin embargo, defiende la importancia estratégica de la región para los Veintisiete, no solo económica, sino también en términos de seguridad. Para Kuchta, la Unión Europea podría hacer más por la ampliación.
“La cuestión es si es adecuado por parte de la Unión Europea poner requisitos tan complejos o cambiar la metódica una vez iniciado el proceso, y si no sería bueno ahora, con los acontecimientos en Oriente Medio, que se reflexionara de alguna forma en el valor estratégico de los Balcanes para la UE y en que Europa debería ser compacta y estar, de alguna forma, unida. No quiero decir que haga la vista gorda, pero sí que piense en si no sería posible de alguna manera motivar a la integración a estos pequeños países de los Balcanes”.
Para la República Checa la integración de estos países será una de las prioridades de su presidencia de turno de la Unión Europea, que ocupará durante seis meses desde el 1 de julio de 2022, asegura Kuchta.
“Entre las prioridades de nuestra presidencia queremos poner la ampliación como uno de los objetivos principales, no solo reforzando el apoyo a la integración en general, sino estableciendo, puede que no fechas concretas, pero sí el ingreso de Serbia en la Unión Europea, porque sin el ingreso de Serbia, la ampliación de la UE a los Balcanes Occidentales no tendría gran sentido”.
Antes de entrar en la Unión Europea, estos países tienen que abordar importantes reformas en sus sistemas judiciales, económicos o electorales. Para ilustrar la falta de motivación de, por ejemplo, Belgrado para cumplir con el proceso de ingreso, el embajador Kuchta recordó que Serbia, tras verse aceptada su solicitud, abrió en los primeros años 18 de los 35 capítulos establecidos, mientras que en los dos últimos años no ha abierto ninguno. Los líderes políticos de la región critican que Bruselas cambia los requisitos sobre la marcha.
Ante la lentitud del proceso, tres de los países candidatos a, algún día, engrosar el conjunto de la Unión Europea, como son Serbia, Albania y Macedonia del Norte, anunciaron este verano su intención de eliminar los controles fronterizos entre ellos a partir de 2023, inspirándose claramente en el espacio Schengen de la UE.