Kasperské Hory, la tradicional región donde se confeccionan belenes
Con motivo de las Fiestas Navideñas, el Museo de Sumava, en la ciudad de Kasperské Hory, Bohemia del Sudoeste, ha preparado una exposición de pesebres. La muestra está acompañada con un libro en el que su autor, Vladimír Horpeniak, director del Museo, resume las tradiciones y costumbres del Adviento y la Navidad en Sumava, cadena montañosa de la parte sudoccidental de la República Checa, fronteriza con Austria y Alemania.
En el Museo de Sumava están siendo expuestos treinta belenes confeccionados por talladores rústicos de esa región. Los más antiguos provienen de finales del siglo XVIII, los más modernos fueron elaborados hace apenas una semana, lo que es, según Vladimír Horpeniak, testimonio de que la secular tradición de confeccionar pesebres ha sobrevivido hasta el presente en Sumava.
"La tradición de confeccionar belenes siempre ha sido muy popular sobre todo en los centros mineros. También la ciudad de Kasperské Hory es de origen minero, en sus cercanías se extraía oro ya en el siglo primero antes de Cristo, cuando el territorio checo estaba poblado por los celtas. Kasperské Hory mantenía relaciones con Príbram, otra ciudad minera de Bohemia Central, de donde procedían muchos talladores rústicos que trabajaban y vivían en Sumava".
El director Horpeniak menciona, entre otros, al sepulturero Wenzel Tutschka, que vivía entre los años 1862 y 1940 y cuyos pesebres son altamente apreciados por los historiadores de arte.
Muy lindo es también el pesebre procedente de la cercana ciudad de Susice cuyo autor fue el peletero local, Jan Hofmeister. Sus figuritas tienen articulaciones flexibles de manera que pueden moverse y lucen vistosos trajes coloridos. Hofmeister lo confeccionó en 1876 durante su servicio militar en Dalmacia, región histórica al Oeste de los Balcanes, por aquél entonces perteneciente al Imperio Austro-Húngaro.
¿Cuál de los belenes expuestos en su Museo es el más valioso?
"Es un pesebre confeccionado en 1859 para la Iglesia local por un vecino de Kasperské Hory, Prokop Mack. Sus figuritas policromadas, de 70 centímetros de altura, fueron talladas en relieve. Lo singular en este pesebre es la Ciudad de Belén, plasmada por Mack no como una localidad del Oriente sino como la misma ciudad de Kasperské Hory, con sus casas de burgueses, el ayuntamiento, la iglesia y el castillo".
El historiador Vladimír Horpeniak explica en su libro publicado con motivo de la exposición que el belén era el símbolo de la Navidad mucho antes que el árbol, que empezó a adornarse en las tierras checas a mediados del siglo XIX.
El pesebre era la pieza más importante de la decoración navideña de la sala en la que la familia se reunía para la cena de Nochebuena. En su alrededor solían ponerse ramas de abeto y al pie de la cuna se encendía, en la Nochebuena, una vela en agradecimiento a la Natividad del Niño Jesús. Al pie del belén se colocaban los regalos navideños y, el Día de Reyes, el seis de enero, se solía instalar en él la comitiva de los Tres Reyes Magos.
El belén permanecía expuesto en los hogares checos hasta la Candelaria, el dos de febrero.