Historia increíble de una medalla de oro olímpica
La esquiadora de fondo Katerina Neumannová es una de las deportistas checas más exitosas de toda la historia. La competidora se proclamó en 2006 campeona olímpica en Turín, conquistando para la República Checa la cuarta medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Invierno.
La afición deportiva checa seguía en febrero reteniendo la respiración la emocionante final de la carrera femenina de 30 km, estilo libre, en los Juegos Olímpicos de Turín, Italia.
Durante su carrera profesional, Katerina Neumannová ha sumado en su haber cinco medallas olímpicas, pero le faltaba completar esa colección con la presea más válida de los Juegos Olímpicos.
La esquiadora de fondo checa, de 33 años de edad, tenía la última posibilidad de conseguir la medalla de oro en Turín en la carrera de 30 km, que nunca figuraba entre sus pistas favoritas.
La competidora checa entró en la larga recta final en tercer lugar y parecía que estaba perdiendo sus fuerzas y no alcanzaría a sus contrincantes, la rusa Chepalova y la polaca Kowalczyk.
No obstante, gracias a un enorme esfuerzo, Neumannová en una batalla trepidante se adelantó a las dos esquiadoras haciendo su sueño realidad. Tras pasar la meta, Katerina se tumbó agotada en la nieve, y su pequeña hija Lucie fue la primera en darle la enhorabuena.
La flamante campeona olímpica sonriente con su hija en los brazos se convirtió en una de las fotos más famosas del 2006 en la República Checa.
"No puedo creérmelo", expresó la esquiadora tras pasar la meta, "en la última cima de la carrera tenía las piernas de piedra y esperaba que por lo menos defendiera la tercera posición. Pero una fuerza desconocida me empujó a la meta en primera posición", dijo Neumannová que siempre destacaba por su extraordinaria voluntad de ganar.
Con 18 años se convirtió en esquiadora profesional y durante su carrera ha sumado numerosos trofeos: La competidora es doble campeona mundial en la categoría de júniores y en 2005 consiguió la medalla de oro en el Mundial de Alemania en la pista de 10 km, estilo libre. Además de la medalla de oro de Turín, posee cinco medallas olímpicas.
Tras conseguir dos medallas de plata en las Olimpíadas de 2002 de Salt Lake City, Katerina interrumpió su carrera debido al embarazo, pero logró regresar a las pistas de manera fenomenal. Apenas medio año después de dar a luz, se adjudicó la primera victoria en una carrera de la serie de la Copa Mundial.
En Turín, la esquiadora participó en su quinta Olimpíada, siendo la única checa que tomó parte en los JJ.OO. de invierno y de verano. En 1996 representó a la República Checa en la carrera de bicicletas de montaña, terminando en la posición 18. En 1995, incluso conquistó la medalla de bronce en esa disciplina en el Campeonato Europeo.
Tras el triunfo en Turín, Katerina consideraba la posibilidad de terminar su carrera, pero al final decidió seguir esquiando.
En la encuesta sobre los mejores esquiadores checos de toda la historia, Neumannová ocupó el segundo lugar tras el fenomenal saltador de esquís Jirí Raska.
