Hay checos que buscan viajes de aventura

Una pequeña dosis de riesgo y muchas emociones y aventuras, no el lujo, la comodidad y la tranquilidad, es lo que cierto tipo de los checos espera de las vacaciones. No piensan en pasarlas en las playas y hoteles de cinco estrellas, sino que en el desierto sahariano o en las selvas de Latinoamérica.

Las agencias de viajes checas compiten por los clientes que quieren pasar sus vacaciones de manera aventurera y les ofrecen un amplio abanico de excursiones por todo el mundo. En la metrópoli morava de Brno hay una agencia que organiza excursiones de aventura por Latinoamérica, explica su director Michal Pokorný.

"Ofrecemos excursiones a México y Guatemala concentrados en el conocimiento de la cultura y el estilo de vida, y las excursiones a Venezuela, Chile y la Patagonia durante las que los clientes pueden conocer las bellezas naturales de esos países, su costa, los Andes y la jungla. En el marco de esas excursiones, el cliente emprende caminatas de cuatro o cinco días por los parques naturales y, por supuesto, lleva todo, desde ropa hasta comida en su mochila".

Por ello los interesados en este tipo de excursiones deben ser independientes y estar en buenas condiciones para soportar la carga.

"Deben tener también bastante tiempo porque nuestras excursiones duran como mínimo 24 días y son también más caras. Nuestro cliente típico es una persona activa y abierta que no descansa estando tendida sino moviéndose. En la mayoría de los casos, tiene entre veinte y treinta años, pero el año pasado viajó con nosotros una señora de setenta años y estuvo encantada".

Dicha agencia de viajes satisface a todos los aficionados a la aventura. En su oferta figuran el montañismo, el ciclismo, las caminatas y el descenso de los ríos, afirma Michal Pokorný.

"Nuestra excursión más exigente y, digamos, más peligrosa es a Yakutia, en la parte asiática de la antigua Unión Soviética. Allí los clientes caminan durante tres semanas en la meseta de la Siberia Central cubierta de bosques, alrededor del río Lena, donde se hallan casi abandonados a su propia suerte. Claro que por esa excursión no hay un interés masivo, siempre sale un grupo de cuatro, cinco personas".

Elena Bartosová es una de las guías que acompaña a los turistas durante las excursiones de aventura a México y Guatemala.

"Es un viaje que sigue las huellas de las culturas indígenas. Empieza en la Ciudad de México, de allí nos trasladamos a Villa Hermosa donde visitamos el parque La Venta. Luego vamos a Mérida donde los turistas pueden ver las pirámides y otros monumentos. Después de pasar dos días a las orillas del mar caribe, viajamos rumbo a Palenque y luego directamente a Guatemala. La visita de ese país incluye la ciudad de Flores, la capital y el lago Atitlán".

Los miembros de la excursión se trasladan de un lugar al otro únicamente con el transporte local y duermen al aire libre.

¿Qué momento más fuerte ha pasado durante esas excursiones?

"Una vez nos pusimos de acuerdo, mis clientes y yo, que pasaríamos dos días en la aldea de La Canja, en las fronteras mexicanas con Guatemala. Según informaciones que teníamos no era una destinación turística pero los vecinos sí que ya estaban acostumbrados a recibir a los turistas. Nuestra llegada a La Canja causó un gran revuelo entre los vecinos que nos dijeron que hasta el momento ningún europeo había visitado su pueblo. Nos acogieron fantásticamente, los niños estuvieron con nosotros todo el tiempo acompañándonos al cercano lago y las pirámides. Nos alojaron en las familias".

Tan sólo más tarde la guía conoció que el chófer que los llevó a la aldea La Canja, la confundió con otro pueblo del mismo nombre, situado a quince kilómetros más lejos.

Y ustedes, estimados oyentes, ?han emprendido una excursión de aventura?