Hace 600 años se produjo la primera defenestración de Praga
El 30 de julio de 1419 los seguidores del reformador católico, Jan Hus, se levantaron contra la nueva opresión de las autoridades, irrumpieron en el Ayuntamiento y echaron por la ventana a varios concejales. Con esta primera defenestración de Praga comenzó la llamada revolución husita o las guerras husitas.
“El pueblo estaba muy descontento. No sólo por la muerte de Hus, sino también por la aplicación de una nueva reforma de la Iglesia. Esta, además de determinar estrictamente la forma de predicación tanto en las ciudades como en el campo, polemizaba con los seguidores de Hus sobre la necesidad de la comunión bajo las dos especies, concretamente la de beber el vino para conseguir la salvación”.
La situación dentro de la sociedad checa había empeorado marcadamente a principios del año 1419, cuando comenzaron a llegar informaciones sobre los decretos del Concilio de Constanza y del nuevo Papa Martín V que exhortaban a los checos a abandonar de inmediato el legado de Jan Hus, en especial la idea catalogada de hereje de la comunión bajo las dos especies.
Las presiones de Segismundo, hermano del rey Venceslao IV
A su vez, Segismundo de Luxemburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, le reprochaba a su hermano Venceslao IV, rey de Bohemia, que había abandonado a la Iglesia Católica Romana al haber permitido que los seguidores de Hus tuvieran tanto apoyo en el país. Segismundo exhortó a Venceslao a que interviniera duramente contra los herejes.El rey Venceslao IV nunca había permitido que su hermano interviniera en la forma de su gobierno o lo presionara a la adopción de determinadas medidas. Pero a comienzos de 1419 el soberano se dio cuenta de que si quería conservar el trono, debía intervenir finalmente contra los seguidores de Hus, que insistían en la libertad de predicación, la pobreza de los eclesiásticos, la comunión bajo las dos especies, o sea que los comulgantes debían comer la hostia y beber el vino, y el castigo de los pecados mortales en base a la igualdad.
Los seguidores de Hus no se conformaban con que podían oficiar misas en sólo cuatro iglesias de Praga
Uno de los pasos adoptados entonces por Venceslao IV fue que definió sólo cuatro iglesias en Praga en las que se permitía la comunión bajo las dos especies, o sea que las misas fueran oficiadas por los seguidores de las enseñanzas de Hus.El pueblo de Praga se levantó contra ese decreto, liderado por el sacerdote Jan Želivský, a quien le fue impedido oficiar misas en la iglesia capitalina de San Esteban, siéndole asignada la iglesia de la Virgen María de las Nieves. La situación se volvió dramática el domingo 30 de julio, como indica la historiadora Eva Doležalová.
”El 30 de julio de 1419 en la iglesia de la Virgen María de las Nieves fue oficiada una misa normal de los husitas. Algunos historiadores consideran no obstante, que no todo fue normal ese día, que algo ya se estaba preparando y que a la iglesia vinieron sobre todo creyentes del ala radical de los husitas que insistían en la reforma de la Iglesia en base a los ideales de Hus, apoyando a Jan Želivský. Esa gente, además, venía armada, a pesar de que no se sabe con certeza dónde tenían escondidas las armas, a lo mejor debajo de la ropa”.
Posteriormente, una gran masa de personas salió de la iglesia y, bajo la dirección de Jan Želivský se dirigió a la iglesia de San Esteban de donde antes Želivský había sido expulsado. La muchedumbre irrumpió en la iglesia e insistió en que se oficiara allí una misa con la comunión bajo las dos especies. Con probabilidad fue allí donde Jan Želivský se dirigió a los presentes y les exhortó a formar una procesión con el Cuerpo de Cristo al frente y que se dirigieran al edificio del Ayuntamiento de la Ciudad Nueva de Praga, cuenta Eva Doležalová.
”Desde comienzos de ese verano de 1419, en el Ayuntamiento había una nueva dirección, un Consejo Municipal fiel al soberano. Además, la aplastante mayoría de los concejales eran seguidores de la iglesia católica tradicional, con la comunión bajo una especie y que había intervenido duramente contra los husitas. En el Ayuntamiento tenían retenidos incluso a varios seguidores de Jan Želivský y ese, probablemente, fue el impulso para que Želivský exhortara a la muchedumbre a dirigirse al Ayuntamiento y demandar la justicia para sus hermanos en la lucha. Y el pueblo reaccionó positivamente a ese llamamiento”.
La muchedumbre irrumpió violentamente en el Ayuntamiento
En la procesión participaron varios centenares de personas, algunos historiadores aseguran que miles. Eva Doležalová indica no obstante, que en los tiempos de su mayor florecimiento, en la época en que gobernó el país el emperador romano germánico Carlos IV, o sea en el siglo XIV, Praga tenía como máximo entre 30 000 y 40 000 habitantes.O sea que con mayor probabilidad se trató de una masa formada por unos cuantos centenares de personas, que para ese entonces era una gran cantidad. Y esa masa rodeó el edificio con los concejales adentro, señala la historiadora Doležalová.
“Los concejales estaban encerrados en el Ayuntamiento de la Ciudad Nueva de Praga y para salir de allí necesitarían ayuda del Ejército o de algún grupo de militares que les enviara el soberano. Pero la ayuda no llegó a tiempo. La muchedumbre guiada por Jan Želivský rompió y echó abajo la puerta del Ayuntamiento e irrumpió violentamente en el edificio. El burgomaestre y los concejales fueron tirados por la ventana del edificio al patio donde, de acuerdo con los historiadores, ya habían sido situadas armas con puntas para que los concejales murieran. La primera defenestración de Praga se cobró la vida de 11 personas en total. Los concejales no tenían la mínima posibilidad de sobrevivir ese acontecimiento”.
Muere el rey Venceslao IV y comienzan las guerras husitas
El rey Venceslao IV no se encontraba entonces en Praga. Estaba enfermo y los problemas políticos que había enfrentado en los últimos tiempos provocaron que temiera por su vida incluso. Por ello se instaló en Nový Hrad (Nuevo Castillo), situado en el pueblo de Kunratice, actualmente parte de Praga.Además de que en aquel entonces había que cabalgar desde allí a caballo aproximadamente una hora para llegar al centro de Praga, a lo mejor Venceslao IV entonces ya ni tenía las fuerzas suficientes para intervenir en el asunto. Poco más tarde, el 16 de agosto de 1419 el soberano muere a causa de un colapso. Los historiadores no saben con certeza si se trató de un ataque cardíaco, un derrame cerebral u otro problema que ocasionó su muerte.
Según la historiadora Eva Doležalová, resulta paradójico que el soberano no intervino en la situación surgida estando vivo todavía, pero su muerte influyó en ella marcadamente.
”Después de la muerte de Venceslao asumió el trono su hermano, Segismundo de Luxemburgo, habiéndose autoproclamado rey de Bohemia. Parte de la aristocracia de Bohemia y Moravia aceptó al nuevo soberano, le brindó apoyo y lo acompañó a Praga para ser coronado en la Catedral de San Vito en el Castillo de Praga. No obstante, en la Asamblea del Estado, celebrada en 1421 en la ciudad de Čáslav, sus integrantes, representantes mayormente de la alta nobleza, no reconocieron la sucesión. Con ello comenzó un largo período, cuando las Tierras Checas se quedaron sin rey. O sea que con su muerte Venceslao IV abrió camino a la revolución husita y a otros sucesos que por mucho tiempo marcaron el país tanto desde el punto de vista político como religioso, y también económico”.
La muerte del burgomaestre y los concejales católicos a raíz de la defenestración llevada a cabo por los seguidores de Jan Hus, es considerada como el inicio de las llamadas guerras husitas que culminaron pasados 15 años con la Batalla de Lipany de 1434. Dos años después fue firmado un acuerdo que permitió la subida de Segismundo de Luxemburgo al trono del Reino Checo.