Hace 30 años se decidió la disolución del Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON)
El COMECON (o CAME por sus siglas en español) debía convertirse en una unión comercial del bloque socialista. De él dependía si llegarían al mercado los tocadiscos de la Unión Soviética, las cortinas de la República Democrática Alemana o el carbón de Polonia. El consejo lo dirigía la Unión Soviética y sus miembros nunca llegaron a vivir la prosperidad prometida.
El Consejo de Ayuda Mutua Económica fue creado por el dictador soviético Iósif Stalin en una reunión en Moscú el 5 de enero de 1949 basado en la concepción soviética del centralismo duro. Jugó un papel importante en su fundación el embargo económico que impusieron contra los regímenes comunistas los países democráticos del Europea Occidental y Estados Unidos. Entre los miembros fundadores del COMECON estaban Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumanía y la Unión Soviética. Más tarde se adhirieron Albania, la República Democrática Alemana, Mongolia, Cuba y Vietnam.
La producción fue dividida entre los distintos países. Los fines establecidos tenían un aire pomposo, pero en realidad se trataba más bien de decisiones sin sentido como, por ejemplo, cuando la tarea de desarrollar tecnología avanzada le fue encargada a Bulgaria. Por el contrario, a la Rumanía agrícola le tocó construir plantas siderúrgicas a las que hacía falta transportar el hierro y el carbón desde largas distancias.
Checoslovaquia se vio marcada por el funcionamiento del COMECON principalmente por tener que enfocarse en la industria pesada. En el país, el consejo se convirtió en blanco de bromas y burlas, como, por ejemplo: “¿Qué tendríamos si no existiera el COMECON? En un principio, todo“.
Tras la caída de los regímenes totalitarios, la mayoría de los países transitó a la economía de mercado y el COMECON llegó a su fin tras 42 años de existencia.