Gran Bretaña es el cuarto destino más importante para las exportaciones checas
La decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea ha despertado recelos entre los empresarios checos con intereses en el país. Gran Bretaña es el cuarto destino en importancia para las exportaciones de la República Checa, y el segundo si se tienen en cuenta las reexportaciones. Es también uno de los principales inversores extranjeros en Chequia.
El comercio entre Chequia y Gran Bretaña ha experimentado un crecimiento lento pero continuo en los últimos años, que se aceleró marcadamente en 2015. Ese año las empresas checas exportaron a las islas 7.600 millones de euros, lo que representa un aumento del 12% interanual. Se trata del 5,4% de las exportaciones totales del país y es comparable al volumen enviado a Francia o Polonia.
Los artículos que los checos más venden en Gran Bretaña son automóviles y componentes de automoción, equipamiento electrónico para procesamiento de datos, monitores, aplicaciones eléctricas y juguetes. El año pasado Škoda Auto vendió más de 70.000 vehículos en Gran Bretaña, y la marca fue delcarada además la más fiable en el país.
Las exportaciones británicas a Chequia son menores, de 2.690 millones de euros en 2015, y consisten sobre todo en medicamentos, automóviles y productos de ingeniería.
De acuerdo con la Unión checa de Industria y Transporte, una caída del comercio entre los dos países debido al Brexit es improbable, ya que las exportaciones británicas, al igual que las checas, están muy orientadas al mercado europeo, y el gobierno de Londres se supone que tratará de mantenerlas, al igual que intentará conservar las importaciones de otros países de la UE. Lo que las compañías pueden ver después de la partida de Gran Bretaña de la UE son mayores costes administrativos.
A largo plazo, el impacto del Brexit en la economía checa será más bien indirecto. La probable recesión británica tendrá un mayor impacto en economías como la alemana, lo que a su vez afectará a la República Checa. Al mismo tiempo habrá un impacto en el turismo, puesto que una caída de la libra hará a los británicos más caro el viajar al continente.