Gobierno introduce criterios más rigurosos para la contratación de extranjeros
Los altibajos del salario promedio de los checos, los nuevos criterios para la contratación de trabajadores no comunitarios y una original escultura con llaves son algunos de los temas que aparecen en la prensa checa de este miércoles.
En realidad, pocos trabajadores notaron un cambio. El aparente aumento se debió, sobre todo, a despidos masivos de personas con sueldos bajos. También influyó el hecho de que menos empleados se tomaron baja por enfermedad. Su número disminuyó en un tercio con respecto a 2008.
Los únicos en registrar un incremento salarial fueron los empleados del sector público, que resultó menos afectado por la crisis que el privado, indica el diario.
Por su parte, Právo escribe que quien quiera cobrar más debe trasladarse a Praga. El salario promedio en la capital checa llegó a fines de 2009 a unos 1.160 euros mensuales.
Los extranjeros no comunitarios que quieran trabajar en Chequia lo tendrán más difícil, informa Lidové Noviny. El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales decidió aplicar criterios mucho más rigurosos para el otorgamiento de permisos de trabajo.
Tampoco los que ya trabajan en el país tienen el futuro asegurado. Una vez terminado su permiso de trabajo, el empleador tiene la obligación de declarar su puesto como vacío. Sólo en el caso de que no aparezca un checo para ocuparlo, el extranjero puede seguir desempeñándolo.
El motivo de esta medida es claro. La tasa de desempleo aumentó en febrero y ahora roza el límite del 10 por ciento. En total se registran más de 580.000 personas sin trabajo, cifra récord en la historia del país.
En la República Checa trabajan legalmente alrededor de 300.000 extranjeros. Más de diez mil perdieron el trabajo durante los dos primeros meses de este año, subraya Lidové Noviny.
Los diarios nacionales publican las imágenes de una original obra escultórica que se puede ver en estos días en la Plaza de Franz Kafka, en Praga.
Se trata de una columna constituida por ocho letras, que en conjunto forman la palabra ‘Revoluce’, en español, ‘Revolución’. La obra, de siete metros de altura, está compuesta de 85.000 llaves.Las letras, cuya tipografía recuerda los diarios y la publicidad de la época comunista, se funden una en otra y la palabra como tal da la sensación de que pueda caerse en cualquier momento.
El autor de la ‘Escultura de Llaves’, Jiří David, explica en el diario Hospodářské Noviny, que es una reflexión sobre los 20 años que transcurrieron desde la Revolución de Terciopelo, de 1989.
“Las letras deformadas quieren decir que la sociedad actual no aprecia todos los derechos y libertades adquiridas”, aclara el artista en el periódico.