Estudiantes de todo el mundo participan en la Escuela de Verano de Estudios Eslavos

Foto: Archivo de la Escuela de Verano de Estudios Eslavos

En la Escuela de Verano de Estudios Eslavos, aparte de estudiar la lengua e historia checas, los participantes pueden aprender a cocinar platos típicos checos o a bailar la mazurka.

Foto: Archivo de la Escuela de Verano de Estudios Eslavos
A través de clases teóricas, ensayos, excursiones y un sinnúmero de actividades de acompañamiento, los estudiantes de la Escuela de Verano de Estudios Eslavos pueden conocer desde dentro la lengua, historia y cultura checas.

En la edición número 63 de los cursos, organizados por la Universidad Carolina de Praga, participan 145 estudiantes de 36 diferentes países, como dice Barbora Baštová, secretaria del programa.

“Vienen estudiantes desde lugares como Albania y Vietnam. La mayoría de ellos son de Alemania, muchos también de Francia, Rusia, Ucrania, China”.

La Escuela de Verano ofrece cursos de checo de diferentes niveles, pero también clases de historia y actividades que permiten a los estudiantes conocer la cultura checa desde otra perspectiva.

Barbora Baštová,  foto: Eliška Kubánková
Los estudiantes se inscriben en los cursos por diferentes razones, dependiendo de sus conocimientos del checo, prosigue Baštová.

“Tenemos muchos estudiantes de Estudios Eslavos que son más avanzados en el idioma checo, pero también hay estudiantes que provienen de un entorno bilingüe, cuyos padres o abuelos vienen de la República Checa (Checoslovaquia), o estudiantes que tienen amigos aquí. Otros estudiantes vienen a aprender checo solo por interés”.

Entre los estudiantes de este año hay 45 principiantes que vinieron a Praga sobre todo para aprender el idioma. Para los estudiantes que todavía no dominan la lengua pero quieren aprender sobre la historia y cultura del país se ofrecen clases y talleres en inglés, así que todos pueden participar.

Por otro lado hay participantes que ya hablan el checo muy bien – estudiantes de lenguas eslavas y de filología, también historiadores enfocados en los países del Este, como explica la directora de la Escuela de Verano, Svatava Škodová.

“Entre los estudiantes de la Escuela de Verano hay muchos historiadores. Su motivación para aprender checo es que se interesan por la historia checa. A menudo, estos estudiantes extranjeros saben más de la historia de nuestro país que los propios checos”.

Comida, baile y excursiones

Foto: Facebook
Como programa de acompañamiento se ofrecen diferentes actividades culturales, desde clases de baile hasta excursiones fuera de Praga, dice la secretaria de la Escuela de Verano, Barbora Baštová.

“Los estudiantes podrán por ejemplo aprender a cocinar platos típicos checos. Tendrán clases de baile, el año pasado aprendieron la polka, este año será la mazurka. Habrá proyecciones de películas checas, por ejemplo Ecce Homo Homolka. Ya se han realizado excursiones a la ciudad de Kutná Hora y al Carso Checo. También estuvieron en la cuenca del río Sázava y en la ciudad de Pilsen, donde está la famosa cervecería. Pueden disfrutar de muchas actividades”.

Una de las estudiantes que participa por primera vez en la Escuela de Verano de Estudios Eslavos es Christina, de Austria. Lleva tres años aprendiendo el checo y dice que le encanta la ciudad de Praga.

“Me gusta el casco antiguo de Praga, me gusta caminar despacio y mirar las fachadas mientras leo en una guía sobre la historia del lugar. También me encantan los cafés, si alguien toca el piano se siente como un viaje al pasado”.

Christina estudia literatura y lenguas eslavas. Eligió el checo a recomendación de su profesora, y al final está muy contenta de haberse inscrito en el curso.

Foto: Facebook
“Estoy muy agradecida por la opción de venir a Praga. Aquí hay muchas opciones de viajar, tomar cursos en la universidad, todo es muy interesante”.

También Rada de Bulgaria disfruta mucho del programa de la Escuela de Verano. Hace un par de años vino a Praga como turista y se enamoró de la ciudad.

Aparte del checo, Rada habla el ruso y el eslavo antiguo. Vino a Praga para ampliar sus conocimientos y mejorar su competencia en el idioma. Dice que de los idiomas que habla, el checo fue el más difícil de aprender.

“Estudio checo desde hace tres años, pero creo que todavía no lo hablo tan bien. Por eso estoy aquí, para mejorarlo. Quiero hablar más, y creo que comunicarse con los checos es la mejor manera de aprender el idioma”.

Rada estudia Filología de Lenguas Eslavas. Dice que le encanta la literatura checa, tanto la prosa como la poesía.

“Me gustó mucho la novela ‘Abuela’ de Božena Němcová. También Milan Kundera y su ‘Insoportable levedad del ser’. Me gusta igualmente Karel Hynek Mácha, su obra Mayo. Su poesía es emotiva, lo que realmente me inspira”.

Sesenta años de estudios eslavos

Svatava Škodová,  foto: Eliška Kubánková
La primera edición de la Escuela de Verano de Estudios Eslavos se celebró en 1948. Después de la Segunda Guerra Mundial se tuvieron que cancelar dos cursos, pero más tarde la escuela adquirió un importante rol diplomático, según explica su directora, Svatava Škodová.

“La historia de la Escuela de Verano de Estudios Eslavos está relacionada con la tradición filológica de la República Checa. Por primera vez se organizó en 1948. Luego siguieron dos ediciones y una pausa de dos años. Este año celebramos de hecho 60 años seguidos del evento. Originalmente la escuela era interdisciplinaria, además del checo se enseñaba el ruso. Más tarde cambió el enfoque porque surgió la necesidad de conectar a los especialistas en lengua y cultura checa de todo el mundo, para que pudieran venir al entorno nativo y aprender el idioma. Durante el régimen comunista la escuela facilitaba mantener relaciones y contactos profesionales que de otra manera no eran posibles”.

Foto: Eliška Kubánková
El ambiente de la escuela es cada vez más multicultural, lo que está conectado al creciente interés de las personas por las lenguas pequeñas, continúa Škodová.

“En la actualidad la escuela es multicultural, lo que tiene que ver con el creciente interés de las personas de todo el mundo por los idiomas pequeños. Es por eso que muchos participantes vienen de rincones lejanos del mundo y quieren aprender el checo. Para ellos es un idioma importante que será de gran utilidad en sus carreras profesionales. En el comercio, por ejemplo, se requieren especialistas que hablan las lenguas no dominantes”.

Por lo tanto, en los cursos de gramática de la Escuela de Verano participan muchos estudiantes de traducción e interpretación. En general, para poder estudiar una acreditación filológica, no basta con saber un idioma. A menudo, los estudiantes combinan una lengua dominante, como el ruso, con otra más pequeña para ampliar sus conocimientos, como apunta Škodová.

“La Facultad de Filosofía y Letras busca mantener y promover el interés por los idiomas pequeños. Creo que es una tendencia mundial que las personas elijan un idioma dominante y añadan uno pequeño, que los hace expertos”.

Michal Pullmann,  foto: Archivo de la Escuela de Verano de Estudios Eslavos
Para los estudiantes que quieren aprender aún más sobre la lengua, historia y cultura checa, se abre este año en la Universidad Carolina un programa de Estudios Eslavos para extranjeros, como dice el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Michal Pullmann.

“El interés por esta rama es grande y estoy muy contento de que hayamos logrado abrirla. Realizamos el proyecto gracias al interés de los estudiantes Erasmus que estuvieron aquí en Chequia, y también de otros estudiantes que se interesan por el checo. Estoy muy feliz de que se hayan inscrito en el programa y les deseo todo lo mejor”.

La Escuela de Verano de Estudios Eslavos tiene lugar hasta el 23 de agosto. El próximo año se celebrará la edición número 64. Cualquier estudiante universitario se puede inscribir.