Especialistas checos enseñan medicina táctica a soldados ucranianos
Un equipo de especialistas checos del Proyecto Fénix ayuda en zonas de guerra en Ucrania a preparar a los soldados para prestar primeros auxilios a heridos de bala o explosiones en plena batalla.
Desde principios de abril, especialistas en medicina táctica checos se mueven por Ucrania junto a unidades del ejército enseñando a los soldados a realizar primeros auxilios. Como contó recientemente desde la región de Poltava el doctor con el nombre en clave Taylor a la Radio Checa, el desarrollo de la guerra afecta de lleno su programa.
“Se trata de medicina operacional, o medicina táctica, esto es, tiroteos y batallas, con todo lo que eso supone, y hasta ahora en Ucrania todo lo hemos tenido que resolver sobre la marcha, dependiendo de las posibilidades de la unidad con la que fuéramos y el desarrollo de la guerra, porque se trata de una guerra normal, no un conflicto de baja intensidad como cuando estábamos en Afganistán. Todo sucede de forma imprevista, muy rápido. Así que siempre lo normal ha sido que, por ejemplo, tuvieran que venir 15 personas al entrenamiento y llegaran 150. O al revés, que tuvieran que llegar soldados de dos unidades y llegara solo una porque la otra había sido desplegada”.
Taylor calcula que desde abril han entrenado a más de 2000 soldados. Los médicos checos van perfectamente equipados, incluso con una amplia variedad de útiles que podríamos llamar de atrezo, que imitan, por ejemplo, fracturas abiertas en una pierna, un ojo reventado o intestinos saliéndose del vientre. Estos objetos se los pone el soldado que hace de herido en los entrenamientos. Un espectáculo horrible pensado con toda la intención, explica Taylor.
“No tiene que ser bonito, si lo fuera, no prepararía a los soldados a lo que se van a encontrar en la batalla real, que no es nada bonita. El estrés en esos momentos es enorme y desempeña un papel muy importante. Muchas cosas suceden en un espacio de tiempo muy breve y orientarse y tomar la decisión adecuada es muy complicado. Por eso, intentamos que las condiciones sean lo más realistas posible”.
Los soldados aprenden, por ejemplo, a hacerse a sí mismos un torniquete en el brazo o en la pierna en menos de 35 segundos.
El entrenamiento consta de dos fases. En la primera se les enseña que en zona roja de batalla, la peor, lo más importante es saber cómo salvarse uno a sí mismo para empezar. La segunda es de ayuda a los demás, retirar a los heridos y encontrar espacio de maniobra en el campo de batalla, llevarlos a un espacio seguro para poder realizar los primeros auxilios sin poner en riesgo la vida propia. No se puede olvidar tampoco, explica Taylor, que en ese contexto de batalla, el compañero herido puede no reconocer a quien va a ayudarlo y puede usar su arma contra él. También a enfrentarse a eso aprenden los soldados en los cursos, que se realizan en inglés con traductor para quienes no lo entiendan bien.