Escollos de la transición a la democracia - II parte

El 17 de noviembre de 1989

Con este espacio, "Del Totalitarismo a la Democracia", Radio Praga trata de ofrecer un vistazo sobre lo que ha representado el proceso de transición en la República Checa. Este espacio está dedicado a todas las personas interesadas en conocer detalles sobre la transformación checa desde la dictadura comunista hasta la democracia, por lo que creemos que encontraremos muchos radioescuchas en Cuba, donde importantes sectores de la población se preparan también para un proceso de cambio pacífico en la Isla.

El 17 de noviembre de 1989
¿Cómo fueron los primeros días tras la caída del comunismo en la República Checa y Eslovaquia?, ¿Cuáles fueron algunos de los principales escollos, preocupaciones, anhelos de ese proceso? Sobre estos temas conversamos con la Dra. Katerina Novakova, experta en temas de la transición checa y eslovaca a la democracia. Basándose en su propia experiencia, nuestra invitada opina que de la misma manera repentina como llegó la libertad a su país, llegará la democracia a la última dictadura de occidente: Cuba. Por esa razón, los futuros gobernantes de lesa isla caribeña deberán "tomar nota" de los errores y aciertos cometidos por países de Europa Oriental tras 1989. Hoy les ofrecemos la segunda parte de esta entrevista.

Muchos expertos que se preparan para los cambios en Cuba coinciden en que uno de los mayores problemas del proceso de transición lo representará la transformación económica. ¿Coincide Ud. con esa teoría?

"Desde luego que si. Y por eso considero que ya en los inicios debe quedar claro qué modelo piensa seguir un país que recien acabó con un régimen comunista. No es una tarea nada fácil y tanto disidentes como representantes del nuevo aparato político tendrán la ardua labor de explicárselo a los ciudadanos. A modo de ilustración les pongo el siguiente ejemplo. En Checoslovaquia, en diciembre de 1989, es decir luego de restablecida la democracia, se realizó un sondeo de opinión pública en el cual se planteaba la siguiente pregunta: ¿Qué sistema económico debería adoptar el país?. Sólo el 3% de los encuestados se menifestó a favor de una sociedad capitalista, mientras que la mayoría pedía un sistema socialista renovado y en el cual no fueran violados los derechos humanos ni la libertad de expresión".

También existen expertos que aseguran que, y cito a la ex disidente checa Petruska Sustrova: "El éxito o fracaso del proceso de transformación de una sociedad depende, en gran medida, de cómo serán distribuídos los bienes anteriormente controlados por el Estado". ¿Coincide con ella?

"En esencia sí, ya que es sabido que el Estado jamás demostró ser un buen propietario. Es decir, cuanto algo le pertenece a todos, en realidad no le pertenece a nadie. Esa es la filosofía de un sistema comunista. El sistema económico planeado por el régimen anterior no motiva a la iniciativa privada, de hecho la descarta y eso será necesario cambiarlo..."

El problema radica en que no hay personas que podrían aquirir las empresas del Estado y renovar su infraestructura y funcionamiento.

"Hay, el problema es que una gran parte de esos bienes cae en manos de antiguos representantes del régimen y para la opinión pública resulta sumamente difícil aceptar que los ex opresores se conviertan en grandes propietarios; la sociedad experimenta enojo, desilusión y comienzan a pensar que "de hecho, nada cambió". La población se inclinará a pensar que los que vivían bien durante el régimen anterior siguen viviendo bien y que a los pobres no les queda otra opción que seguir siendo pobres. No muy lejos de aquí, en Polonia, muchos representantes de la oposición aseguran que más del setenta por ciento de los bienes estatales durante el antiguo régimen es hoy propiedad de los ex comunistas".

En Checoslovaquia la desestatización de las grandes empresas comenzó por un proceso llamado "pequeña privatización", que se manifestó principalmente en las aldeas y ciudades checas, ¿Podría explicar en qué consistió ese proceso?

"Por ejemplo, se propuso que las pequeñas empresas, tiendas, restaurantes o negocios dedicados a diversos tipos de oficios pudiesen ser alquilados con posterior compromiso de compra. Los principales interesados fueron aquellas personas que trabajaban en aquellos establecimientos. Para el banco esos préstamos no representaban grandes riesgos; aquellas empresas, la mayoría hasta hoy existen, ofrecían grandes expectativas de prosperidad y para el banco resultaba claro que el inquilino se esforzaría por pagar su préstamo para con el tiempo convertirse en su real propietario.

¿Y que sucedió con las empresas más grandes?

"Esa es una excelente pregunta. Con las empresas grandes fue peor. La élite política ejerció gran presión sobre los bancos estatales para que se otorgaran créditos a los nuevos dueños; los políticos tenían interés en la privatización de la industria. Sin embargo, como los nuevos dueños no siempre resultaban buenos empresarios, los bancos registraron inmensas pérdidas, y algunas grandes empresas cayeron nuevamente en manos de sus antiguos directivos. O sea, fueron adquiridas por personas que sacaron provecho de sus posiciones ya durante el comunismo, lo que la gente no pudo tolerar. Sin embargo, hubo personas que sabían bien cómo se llevaba a cabo un proceso de privatización y además tenían contactos, por ejemplo en el sector bancario. Contra ese grupo de personas casi no se podía competir en una licitación. Además, muchas de las viejas estructuras guardaban íntima relación con el antíguo régimen opresor mediante la policía política; en muchos casos se trataba de colaboradores, ya sea de manera formal o informal, o en el mejor de los casos participaron de manera indirecta en actos de represión contra el pueblo".

¿Y qué hay del sector bancario? ¿Qué recomendaría a los cubanos llegada la hora de los cambios? Durante el comunismo en Europa del Este los bancos no sólo eran propiedad del Estado, como el resto de las grandes empresas, sino que además funcionaban como instrumento político.

"Por esa razón resulta indispensable que en Cuba los bancos sean privatizados lo antes posible y que comiencen a funcionar como instituciones financieras independientes. Prácticamente en todos los países poscomunistas la privatización del sector bancario estuvo acompañada por numerosos escándalos. Los bancos estatales no consiguieron hacerse una imagen adecuada de la enorme cantidad de instituciones financieras que surgían, por lo que nuevos bancos - grandes y pequeños - que ofrecían ventajas increibles poco a poco comenzaron a quebrar y sus clientes perdieron todos sus ahorros".

¿Dé qué manera pueden evitar todo ello los cubanos?

"Por un lado, y al menos en parte, es posible remediar ese problema con la aprobación de nuevas leyes, pero principalmente, como en todo, se debe poner mucha atención en la elección de personas que formarán parte de la directiva de los bancos. Cuanto más cuidadosamente se realice, menos personas se verán afectadas por fraudes, casos de soborno o simplemente por funcionarios bancarios inexperimentados".

Se dice que toda transición es un proceso caro, sin embargo, es de suponer que durante ese período es posible conseguir prestamos a diferentes instituciones financieras internacionales. ¿Qué tan difícil es conseguir apoyo de dichas instituciones?

"Cuando se espera mucho, conseguir un préstamo es más difícil. Por esa razón, durante los primeros días después del cambio se debería crear un grupo de economistas para conducir la reforma y al mismo tiempo crear concenso en el parlamento para su posterior aceptación. Los economistas deberían consultar con expertos internacionales y encontrar lo más rápido posible un modelo a seguir. Los errores siempre pueden ser arreglados, pero el momento para efectuar la reforma debe iniciarse lo más pronto posible, es decir, durante el período en que la sociedad se halla aún en movimiento y está dispuesta a aceptar cambios desagradables como un precio a pagar por un futuro mejor".