“Es una mentira repugnante decir que Rusia está amenazada”

Vladímir Putin ha anunciado la movilización de 300 000 reservistas para luchar en Ucrania y ha apoyado la celebración de referendos de anexión a Rusia en los próximos días de cuatro de las regiones ucranianas que ocupa total o parcialmente. Los mandatarios checos ven en esta escalada de amenazas un reconocimiento implícito del fracaso del ejército ruso.

Jana Černochová | Foto: Ondřej Deml,  ČTK

En un discurso televisado grabado con antelación y emitido con horas de retraso según lo previsto, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció una movilización parcial que afectará a 300 000 reservistas “para proteger a Rusia, su soberanía e integridad”, dijo. Se trata de la primera movilización en Rusia desde la Segunda Guerra Mundial. Putin también apoyó la celebración de referendos de anexión a Rusia en las regiones ocupadas por su ejército y las tropas separatistas e insistió en la intención de “liberar” la región del Donbás. Además, amenazó con usar todos los “diversos medios de destrucción” en su posesión, de los que presumió que eran muchos, contra un Occidente que ha traspasado todos los límites en su “agresión contra Rusia”, dijo, y subrayó que no hablaba por hablar.

El ministro de Defensa ruso,  Serguéi Shoigú | Foto: ČTK/AP

Las reacciones en el mundo no se han hecho esperar. Al igual que otros representantes políticos internacionales, la ministra de Defensa checa, Jana Černochová, ve en esta decisión, el reconocimiento de que las operaciones militares rusas, especialmente después de la exitosa contraofensiva ucraniana, no van en la dirección deseada por el Kremlin.

“Está reconociendo que no es capaz de enfrentarse a los motivados soldados ucranianos y echa mano de un recurso extremo y urgente a pesar de que todo el tiempo ha estado asegurando que no había ninguna guerra, que era una operación militar especial. A la población se la moviliza cuando hay una guerra”.

El primer ministro checo, Petr Fiala, escribió en Twitter que la decisión de Putin es “un intento de que escale el conflicto en Ucrania y una prueba más de que el único agresor es Rusia”. Fiala recalcó que “la ayuda a Ucrania es necesaria y que hay que seguir prestándosela en nuestro propio interés”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores checo también reaccionó en Twitter hablando de “agresión imperial” rusa y rechazando que Rusia esté amenazada. “Es una mentira repugnante. El mundo ve cómo Rusia ataca a una democracia vecina que solo defiende su libertad”, se puede leer en su tweet. Ya este martes, el ministro de Exteriores, Jan Lipavský, había afirmado que “esos pseudorreferendos jamás serían reconocidos”, en sintonía con las aseveraciones de todos los líderes occidentales.

Jan Lipavský | Foto: Úřad vlády ČR

Para la periodista del servidor Deník N Petra Procházková, con una larga trayectoria a sus espaldas como corresponsal en Moscú y varios conflictos armados por todo el mundo, Putin lleva tiempo creando la retórica con la que ahora justifica la necesidad de movilizar a su población, según explicó a la Televisión Checa.

“Habla de Occidente como un todo unitario que quiere dividir Rusia igual que dividió a la Unión Soviética. Ese es el argumento básico que hace necesaria la movilización, porque de otra forma no puede explicar sus propios fracasos. Cómo aceptar que Ucrania, un país mucho más pequeño que hasta hace poco consideraban un pseudoestado y se reían de sus fuerzas armadas, les está ganando en el campo de batalla. Así que Putin ha creado para la ciudadanía rusa el argumento de una especie de nueva guerra patria santa contra una parte del mundo que quiere destruir a Rusia”.

Los riesgos de una movilización esperada

Pero los analistas coinciden en que la movilización es un paso arriesgado para el propio Putin. Libor Dvořák, en la Radio Checa, señaló que este insistió en su discurso en la palabra “parcial”, y que no es una movilización total, que es algo que desde el principio quería evitar el Kremlin, porque puede tener un alto costo en su popularidad y confianza entre los suyos, explica Procházková.

“Hasta ahora, este conflicto no ha afectado a la amplia mayoría de los rusos. De hecho, hasta ayer mismo, si uno veía la televisión rusa tendría la sensación de que no pasaba nada grave, ponían series y programas de entretenimiento, mientras que de la guerra se informaba solo de forma marginal. Pero ahora la guerra va a llegar a los hogares de muchos rusos normales y corrientes. Y en muchos a donde la guerra no llegue ahora, vivirán con el miedo de que se declare una movilización total”.

Libor Dvořák | Foto: Vilém Janouš,  Český rozhlas

Tras el discurso de Putin, también habló a la nación el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, que reconoció casi 6000 muertes rusas en el campo de batalla. Ucrania las calcula en más de 50 000 y los servicios de inteligencia extranjeros en, al menos, varias decenas de miles.

En Rusia se ha intentado reclutar voluntarios de todas las formas posibles, especialmente en las regiones más pobres, e incluso prometiendo conmutar largas penas de cárcel a presos de todo el país. Como parece que ya no pueden seguir contando con más mercenarios y voluntarios, llegó la hora de movilizar a la ciudadanía, apuntan los expertos.

En cualquier caso, piensa Procházková, la movilización ahora declarada, tardará varias semanas o meses en llevar hasta Ucrania a esas 300 000 personas, que además, llegarán sin la preparación de los ucranianos que llevan siete meses luchando y formándose dentro y fuera de su país. Aun así, son muchos soldados, y su presencia será un problema para la contraofensiva ucraniana.

Para que el Kremlin pueda justificar que se trata de una agresión contra territorio ruso, llegan precisamente ahora estos referendos urgentes de anexión a Rusia en las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, solo que las fuerzas de Ucrania controlan buena parte de las dos últimas.

Petra Procházková | Foto:  Jindřich Nosek,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 4.0 DEED

La legitimidad de los referendos, en medio de una guerra, y la credibilidad de los resultados, son nulas a todas luces. Para la Televisión Checa, Petra Procházková explicó en cualquier caso quiénes acudirán a votar.

“Toda la región del Donbás cambió radicalmente en 2014. Hemos estado allí después de esa fecha y el sentir es muy prorruso debido especialmente a que la mayoría de las personas que no querían vivir en un territorio ocupado se fueron hacia otras regiones de Ucrania al oeste, y esto es algo que hicieron millones de personas. Así que, si se hace un referéndum a los únicamente dos millones de personas que se quedaron en el Donbás, es posible que estén a favor de la anexión. Además, están bajo una presión total de los medios rusos, no tienen acceso a otros medios de comunicación”.

En lo que coinciden todos los analistas, es que la movilización rusa de este 21 de septiembre, por muy esperada que fuera, marca un antes y un después en el conflicto.

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